~Capitulo 3~

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Toda la noche estuve buscando la manera de decirle a Tyler que iría con él a la superficie como representante del sector azul. No hay forma correcta de decírselo. Él jamás permitiría algo así.

Los exploradores empiezan a entrenar a las 5 de la mañana, pero Connor había fijado nuestro entrenamiento para las ocho, lo que me daba algo de tiempo. Al llegar al sector negro, todos ya estaban entrenando en parejas. Entré sin hacer mucho ruido y me senté en las gradas, esperando a Tyler. Lo vi entrenando con Camila, la única mujer del grupo de exploradores. Son muy cercanos, casi como mejores amigos, pero siempre he sospechado que hay algo más entre ellos. Conozco demasiado bien a mi hermano.

Connor los reunió en el centro para dar instrucciones. Apenas comenzó a hablar, me llamó.

—Emma, ven aquí. Necesito hablar contigo. —Su tono serio me indicó que no podía posponer más lo que sabía que se avecinaba.

Sabía perfectamente de qué quería hablar.

—Sabemos que partiremos el miércoles a primera hora —empezó Connor, reuniendo a todo el equipo a su alrededor—. Llevaremos suministros para una semana, ni un día más ni uno menos. Esto es solo un reconocimiento de la zona. Han pasado 15 años desde que alguien subió, así que no tenemos idea de lo que nos espera. Quiero que todos se mantengan concentrados y alerta. No se permiten distracciones.

Hizo una pausa para observar a cada uno de los presentes, luego se giró hacia mí.

—El suministro médico estará a cargo del sector azul, y Emma será la encargada. John la asignó como representante en la misión.

En ese instante, todas las miradas se clavaron en mí. Tyler fue el primero en reaccionar.

—¡Esto es una broma! —exclamó furioso, avanzando hacia mí—. ¿Qué demonios está pensando John?

—Tyler… —intenté calmarlo, pero no me dejó continuar.

—No, Emma, ¡no puedes estar de acuerdo con esto! Oliver tiene más experiencia, es mucho más capaz. Lleva años trabajando en el sector azul. ¡Esto no tiene sentido!

Connor intervino con calma.

—No es tan simple, Tyler.

—¿No es tan simple? —Tyler lo miró incrédulo—. ¿Estás de acuerdo con esta locura?

—No es cuestión de estar de acuerdo o no. Son órdenes. No podemos desobedecerlas. Somos como un ejército, y John es nuestro coronel.

—Ya lo intenté, Tyler —le dije—. No hay otra opción. Además, quiero ir.

Tyler se quedó en silencio un momento, asimilando lo que acababa de decir. Finalmente, una risa amarga escapó de sus labios.

—¿Quieres ir? ¿Esto es algún tipo de juego para ti? Si es necesario, hablaré yo mismo con ese imbécil. Esto no va a pasar. —Dio media vuelta, dispuesto a ir a ver a John, pero Connor se interpuso en su camino.

—Tyler, cálmate —le pidió, sin perder la compostura—. ¿Crees que no lo intenté? Ya hablé con John, pero no va a cambiar de opinión. ¿Qué te hace pensar que a ti te escuchará?

Tyler apretó los puños, frustrado, pero finalmente bajó la cabeza y respiró hondo.

—Ve a caminar un rato, relájate —dijo Connor, dándole un pequeño empujón hacia la salida—. Hablaremos después, cuando estés más tranquilo.

Tyler me lanzó una última mirada antes de irse, seguido de Camila, que había dejado su botella de agua para acompañarlo. Le agradecí en silencio por cuidar de él.

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