Mis pies están completamente agotados. Apenas puedo dar otro paso, y para colmo, siento una sed insaciable que no puedo calmar. Ya casi no me queda agua, solo tres botellas y apenas hemos recorrido un día y medio. Esto no pinta nada bien.Nuestra siguiente parada es una vieja fábrica. Según Connor, allí encontraremos lo necesario para reparar el sector Rojo, que sufrió una perforación hace algún tiempo. Después de eso, nuestro plan es buscar un lugar para establecernos en la superficie. Pensamos que el estadio de la ciudad podría ser ideal, pero antes debemos comprobar su estado. Esa será nuestra segunda parada.
Caminamos despacio, en silencio. La formación no ha cambiado desde que partimos; todos están atentos, alertas. Ni siquiera Alex, que siempre tiene algo que decir, ha pronunciado palabra. Se ve raro que él, de conversación interminable, esté tan callado. Pero la verdad es que nadie está para bromas hoy.
El sol está por ocultarse, y debemos encontrar un refugio antes de que anochezca. No podemos arriesgarnos a estar expuestos a los Rabiosos, especialmente en medio de la nada. Al final, encontramos una casa abandonada en nuestro camino. Es grande, de madera, y hay un viejo establo al costado. No hay señales de animales, y eso no es sorpresa, han pasado años desde que la vida normal dejó de existir.
Entramos con las armas en mano, listos para cualquier cosa. Connor revisa el interior y, tras asegurarse de que todo está despejado, nos hace una señal para que entremos. El lugar está oscuro, tan oscuro que apenas puedo ver mis propias manos. Tyler y Dante encienden las linternas, revelando cuadros polvorientos colgados en las paredes.
—Tyler, Camila, revisen el lado izquierdo —ordena Connor—. Dante, Alex, ustedes revisen a la derecha. Yo me encargaré de la planta alta. Emma, ven conmigo.
Asiento y lo sigo de cerca mientras subimos las escaleras, ambos con las armas preparadas. El lugar está en ruinas. A cada paso que damos, el crujir del suelo bajo nuestros pies parece más fuerte, como si fuera a colapsar en cualquier momento.
Llegamos a una de las habitaciones y veo un retrato en la pared. Una familia sonriente: madre, padre, dos hijos pequeños. No puedo evitar estremecerme al pensar en lo que les habrá pasado.
—Todo despejado —anuncia Dante desde abajo.
—Aquí también —responde Tyler segundos después.
—Lleva abandonada muchos años —le digo a Connor, mirando alrededor—. Está en mal estado.
El olor a humedad es asqueroso. Las paredes están cubiertas por una especie de moho verde y viscoso.
—Dormiremos todos abajo —dice Connor, algo serio—. Es más seguro, y el olor es más soportable.
Cuando bajamos, veo a los chicos sentados sobre sus mantas, alrededor de un pequeño farol. Camino hasta las ventanas y cierro las cortinas. No podemos arriesgarnos a que la luz atraiga a los Rabiosos.
Tyler está acostado boca arriba, con los ojos cerrados. La herida en su ceja se ha vuelto a abrir. Voy a mi mochila, saco el botiquín y me acerco a él.
—Deja que te cure eso —le digo suavemente, sacando suero fisiológico y gasa.
Él abre los ojos y me deja curarlo sin protestar.
—El suero no arde, no te preocupes —añado.
Él asiente, aunque veo en su mirada que quiere decir algo más. Lo conozco demasiado bien.
![](https://img.wattpad.com/cover/325943419-288-k192097.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¿Por qué nosotros?
Science-FictionLibro 1 y (Segundo en proceso) Muertes misteriosas han devastado el mundo, y solo unos pocos han tenido la suerte de sobrevivir. Tras pasar 15 años confinados en un búnker, se ven obligados a regresar a la superficie y enfrentarse a un mundo que cr...