Las horas previas habían sido tensas, la falta de noticias de Alexander empezaba a pesar en el ambiente. Cada intento de comunicación había sido en vano, y la incertidumbre se colaba en cada rincón del campamento. A pesar de ello, los entrenamientos seguían. La rutina militar no daba tregua y, como todos los días, las clases de tiro y combate eran parte de nuestra vida diaria. Dante, con su tono implacable, ya estaba listo para otra sesión de lucha cuerpo a cuerpo.-La clave son los reflejos, -dijo Dante con su habitual severidad-. Deben anticipar los movimientos del oponente. Para eso, harán movimientos lentos y esquivarán los golpes de sus compañeros. -Nos miraba con atención, buscando debilidades en cada uno-. Entrenarán con las mismas personas de la clase pasada.
Mis ojos buscaron a Ally en el grupo. Sabía que me tocaría entrenar con ella de nuevo. Aunque nuestros combates anteriores habían sido duros, habíamos desarrollado una especie de entendimiento mutuo en estas peleas. Sabíamos medir nuestras fuerzas, aunque siempre había un aire de competencia sana entre nosotras.
-Bien, ahora la primera pareja al círculo, -anunció Tyler con su voz resonante.
Max y David entraron al centro, listos para enfrentarse. Me preparé para observar con atención. Aunque las peleas eran controladas, cada ronda era un recordatorio de lo que estaba en juego: sobrevivir no era solo cuestión de fuerza, sino de inteligencia y estrategia. Dante cruzó los brazos, evaluando a los dos con su mirada crítica.
-Recuerden, movimientos lentos, no peleen a lo bruto. No me interesa saber quién es mejor, -advirtió con frialdad.
Max, ansioso por mostrar su destreza, lanzó el primer golpe. Fue rápido, pero David, ágil, lo esquivó con facilidad. Sin embargo, el siguiente intento de Max fue más certero, su puño conectando justo en la cara de David, haciéndolo retroceder.
Dante no tardó en intervenir.
-No bajes los brazos, no pierdas el enfoque, -ordenó, caminando alrededor del círculo como un depredador.
Los dos continuaron, midiendo cada movimiento. David, rápido y decidido, apoyó su peso en un pie y lanzó un golpe que Max esquivó por poco. La pelea escaló cuando Max contraatacó, conectando un golpe en el abdomen de David, haciéndolo doblarse de dolor. Pero David, obstinado, no abandonó. Se reincorporó rápidamente y consiguió golpear a Max en la mandíbula. Fue un intercambio brutal de golpes que continuó hasta que Dante dio por terminada la ronda.
Ambos respiraban con dificultad, agotados por el esfuerzo y el dolor.
-Esto fue un claro ejemplo de todo lo que no deben hacer, -reprendió Dante, su voz cortante-. No pueden dejarse llevar por la ira. No terminará bien. Dejen sus papeles de machos impulsivos y salgan de aquí.
Max y David salieron del círculo a regañadientes, lanzando insultos por lo bajo mientras volvían a sus posiciones. Era evidente que ninguno de los dos estaba satisfecho con el resultado, pero sabían que discutir con Dante solo empeoraría las cosas.
-Bien, la siguiente pareja. Johnson y Brown. Demuestren que aprendieron algo, -anunció Dante, llamándonos al círculo.
Me coloqué frente a Ally, quien me devolvió una sonrisa leve. Sabía que esta pelea no sería fácil. Había aprendido en las últimas sesiones que Ally no era alguien a quien subestimar.
-Recuerden, no pierdan de vista los brazos del oponente. Esas distracciones les costarán caro, -advirtió Dante, mientras Tyler y Camila seguían en la zona de radio, aún sin lograr reconectar la señal.
Connor, que había estado observando las peleas en silencio, se encontraba al lado de Dante, su expresión concentrada. Él también evaluaba cada movimiento, buscando debilidades en nuestra técnica.
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¿Por qué nosotros?
Science FictionLibro 1 y (Segundo en proceso) Muertes misteriosas han devastado el mundo, y solo unos pocos han tenido la suerte de sobrevivir. Tras pasar 15 años confinados en un búnker, se ven obligados a regresar a la superficie y enfrentarse a un mundo que cr...