⚜️Capítulo 17⚜️

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— ¿Estás bien?

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— ¿Estás bien?

La voz de una chica me hace abrir los ojos. Me encuentro debajo de una chica de cabello corto por el cuello y lacio de color blanco. Sus ojos son esmeraldas preciosas. Tiene unas cuantas pecas en el puente de su nariz y su piel es canela. Me mira preocupada y nerviosa. Se quita de arriba de mi y me brinda su mano para ayudarme a levantarme.

—¿Están bien?

Escucho la voz de un hombre. Alzo mi vista al frente y veo a un chico gordito correr hacia nosotras con un arco en la mano. Llega hasta nosotras, se detiene y pone sus manos en las rodillas para tomar aire. La chica de cabello blanco lo mira molesta.

— ¡¡Rid!!— Le grita con furia.El chico se incorpora y se para en firme con una mano en su cabeza en señal de respeto. La chica lo golpea en el hombro y este se queja de dolor.—¿A caso eres idiota pedazo de...de.— La chica infla sus mejillas con colera, hace un gruñido y lo vuelve a golpear.

— Lo, lo siento Lady Lucila. Esta mañana recibí órdenes de que había un ciervo en esta zona del jardín y me pidieron que viniera a cazarlo.

—¿Ella parece un ciervo?

Me señala la chica. El joven que ahora se que se llama Rid me mira de arriba a abajo, vuelve a mirar a la chica.

— No.— Dice en una risita.— Ella parece un ángel.— Ahora sus mejillas se tornan carmesí mientras ríe nerviosos. La chica lo vuelve a golpear en el hombro.

— Discúlpate con ella y lárgate de aquí.

Rid se para frente a mi. Toma mi mano y se arrodilla.

— En verdad lo siento Lady...— se queda en silencio.

— Lady Zetaree, puedes llamarme así.— Respondo.

Ahora la chica me mira de arriba a abajo sorprendida. Rid igual se levanta del suelo con los ojos abiertos.

—¿Zetaree?¿Zetaree del Norte?— Pregunta la chica.

Sonrío nerviosa.

— Si, la misma.

Abren la boca sorprendidos.

—Con razón.

—¿Qué?¿Qué pasa?— Le pregunto a la chica que se llama Lucila. Ella me toma por el brazo y me indica para que la siga.

— Ten cuidado de andar sola.

¿Qué?¿Por que?

Llegamos al interior del palacio. Se detiene y me mira.

— Nunca hay ciervos en esta zona.

Me quedo mirando sus ojos detenidamente.

—¿Entonces crees que alguien me quiso hacer daño?¿Crees que Rid...?

Esposa virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora