Un Imperio puede ser tan fuerte como cientos de elefantes caminando en manada. Pero igual de frágil como millones de hormigas buscando comida para sobrevivir en invierno.
Puede ser aplastado con tan solo la voluntad de un hombre.
Un hombre con los recursos suficientes para comprar la lealtad.
Y Él sabía el precio de la lealtad.
Sabía que todo valía la pena por ellas.
Todo el oro y riquezas del mundo no se comparaban con ellas.
Porque ellas eran incalculables.
Las últimas descendientes de Niffâ, la Reina Ninfa más letal que alguna vez existió. Era una leyenda no solo entre los humanos por su belleza y poder. También entre las criaturas mágicas fue respetada y temida.
Niffâ. La única Ninfa capaz de invocar los poderes de la naturaleza.
La gran y poderosa Niffâ. Olvidada en la historia y dejada solo en un lejano recuerdo perteneciente a la era más oscura de este mundo.
Ella fue la clave para que los humanos ganaran la guerra contra las criaturas mágicas.
Ella les dio las armas necesarias para conquistarlos. Ella les entregó a los humanos su poder. Quedando como una simple mortal, una presa fácil para sus enemigos.
Niffâ se fue. Pero antes de partir dejó una maldición.
Una niña iba a nacer.
Nacería con su misma estrella y sus poderes. Y esa niña conquistaría el mundo.
Traería de vuelta a las criaturas mágicas para una Quinta y última Gran Guerra.
Y ese sería el fin de los humanos.
Los libros que contenían esta información se quemaron. Las mujeres que nacían con algún tipo de don especial fueron asesinadas. Muchas incluso cuando estaban aún en la edad de la inocencia. Todo por eliminar cualquier amenaza contra los humanos. Todo por una leyenda.
El tiempo pasó. La leyenda se olvidó y solo quedó el miedo contra la magia.
Todos creían que se había eliminado la amenaza.
Pero muy pocos. Solo algunos sabían la verdad. Sabían que allá afuera, en algún lugar aún esa niña vivía. Y mientras más pasaba el tiempo.
Más poderosa se volvía.
— Tienes diez segundos para decirme que es lo que quieres antes que te corte la cabeza.
El joven ríe divertido mirándolo a los ojos. Se sienta frente a él en la mesa y acomoda su mano sobre esta.
— La quiero a ella.
— Se más específico.
Hay diversión en su mirada. Puede que un brillo de desafío.
— Cabello rubio, hermosa como ninguna otra... atrevida y descarada.
Él endurece su rostro mirando al joven. Este último mencionado mueve a un lado la cabeza.
— No acepto otra cosa.
— No puedo. Ella no.
El joven vuelve a sonreír.
— No digo que tenga que ser ahora.
—¿Cuándo?
— Un año. Conozco las leyes de tu país. Si en un año no tienes heredero puedes disolver el matrimonio.
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Esposa virgen
عاطفيةMi nombre es Zetaree. Soy la princesa Imperial de Nirvania de Norte. Y me acabo de casar. Me he casado con La Muerte. El hombre más temido y despiadado de este continente. Este matrimonio se suponía que sería mi ruina. Pero no estoy dispuesta a acep...