Llegué hace unos minutos a la cabaña luego de recoger unas manzanas y las hierbas que necesitaba Rovin para la medicina del Rey. Cuando llegué al campamento los guardias de Cedric se me quedaron mirando de manera muy extraña.
Aunque no me sorprende.
Anoche volví a cometer un error. Volví a usar mis poderes. Volví a exponerme.
Pero...
Por Joy no me puedo ni pensar que hubiera pasado si él moría. Moría por mi culpa.
No sé por qué. No lo puedo explicar.
No me importan las consecuencias. Estoy dispuesta a afrontarlas. Porque al menos él está vivo.
Miro hacia la cama donde descansa el Rey. Ya su rostro está tomando color. Pongo las manzanas sobre una mesa de madera cerca de la chimenea y las miro detenidamente mientras las acomodo en una canasta de mimbre. Toco mis labios y cierro los ojos.
Vuelvo a vivir ese pequeño instante. Ese instante en el que él fue mío.
Solo mío.
No de ella, no de sus obligaciones con su Imperio.
Mío.
Cuando mi cuerpo y el suyo se llamaban con desesperación, con deseo y necesidad.
Cuando sus besos me hacen olvidar todos nuestros problemas. Cuando me hacen creer que en sus brazos todo está bien y nada malo me podrá pasar.
—¿Ya volviste?
Abro mis ojos y me volteo asustada por la voz de Rovin. Él entra a la cabaña y cierra la puerta. Sonrío y le entrego una manzana.
— Las recogí esta tarde para nosotros.
Rovin huele la manzana con los ojos cerrados y le da un mordisco. Me volteo y tomo el canasto.
— Voy a repartir el resto entre los hombres de Cedric. Deben estar hambrientos.
Rovin me toma por el brazo y no me deja avanzar un paso haciendo que varias manzanas se caigan al suelo. Lo miro a los ojos sin entender. Él me devuelve la mirada serio y con un semblante sombrío.
—¿Qué pasa Rovin?¿Por qué...?
— No puedes salir Zetaree — Me interrumpe nervioso.
—¿Por qué?— Pregunto preocupada.
Rovin retrocede y se pone frente a la puerta.
— Drogo me ordenó mantenerte a salvo.
¿Drogo?¿Qué tiene que ver Drogo conmigo?
Escucho ruidos afuera. Trato de acercarme a la puerta pero Rovin me detiene otra vez.
— Dice de morir como traidores—Escucho la voz de un hombre. Me quedo callada para poder escuchar— Pero es usted, su alteza, el que ha traicionado a Nirvania del Sur por una bruja.
¿Qué? ¿Qué está pasando?
— Entonces... luchen en contra mía.
Escucho su voz y mi cuerpo se desespera.
¿Qué significa luchar contra él? No, no, no Cedric. No puedes estar tan mal de la cabeza.
No, no,no. No serías capaz de luchar contra tus propios guardias. Tus hombres.
No Cedric. ¿Qué carajo estás a punto de hacer?
— Rovin. Sal del medio.
Le ordeno pero él no se mueve. Ya siento mi cuerpo hervir de nervios y se que pronto comenzaré a llorar.
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Esposa virgen
RomanceMi nombre es Zetaree. Soy la princesa Imperial de Nirvania de Norte. Y me acabo de casar. Me he casado con La Muerte. El hombre más temido y despiadado de este continente. Este matrimonio se suponía que sería mi ruina. Pero no estoy dispuesta a acep...