Nuestra (Sakura-Harén Inverso +18)

VIII

Sasuke

- ¿Que haremos con Sakura hermano? - Observo a Indra que se encuentra jugueteando con una pelota, lanzandola contra la pared y regresando nuevamente a él, como siempre tan infantil.

- ¿A qué te refieres? - Preguntó, hacerme el indiferente siempre a funcionado, pero mi hermano por muy tonto que sea, es muy perspicaz, ya que me mira sin poder creer que en mi mente no esté aquella chica, me desabotono la camisa y me dejó caer al sofá con las piernas abiertas, últimamente mi poder a estado un poco descontrolado, ocasionando que sienta un fuego en todo el cuerpo.

- Ya sabes, aquella pelirrosa problemática que es nuestro lazo, que estuvo desaparecida y que ahora vive con nosotros - Responde de manera sarcástica, el sudor me recorre la frente y los pectorales. - ¿Que mierda te pasa?

- No lo sé, desde que Sakura está aquí me he sentido más descontrolado con mis poderes, como si quisieran consumirme.

- ¡Madara! Sasuke se está derritiendo - Grita el imbécil, me levanto con dificultad y le tapo la boca.

- Cállate tarado - Susurro con debilidad, siento como mis extremidades pierden fuerza, mi visión se nubla y mi respiración se hace más pesada, y pierdo la conciencia con la imagen de aquella que me ha rechazado.

Sakura

Trato de grabar en mis retinas cada casa, cada negocio, cada persona que saluda a Karin, me presenta a unos cuantos que parecen amables a los que nos miran con sospecha o de manera despectiva ella simplemente les da un asentimiento.

Llegamos a una casa que tiene una pinta demasiado hogareña y dulce, así que asumo que es la casa de Karin, en el jardín se encuentra un tipo fornido llevando una carretilla con lo que parece ser estiércol, en algún tiempo cuando no había conocido a mis lazos podría haberme parecido sexi y muy atractivo, pero ahora conociendo a mis parejas todos los hombres que veo se quedan cortos ante ellos. Karin suelta un chillido demasiado extraño y sale corriendo agitando su mano, llamando la atención de aquel hombre, el levanta la mirada y unos preciosos ojos violetas contemplan a Karin con adoración, tiene un semblante rudo, pero al mirarla a ella todo en el se destensa.

Karin se lanza a sus brazos y se miran por unos minutos algo incómodos para mí, porque estoy aquí contemplando una escena que no debería mirar, soy una intrusa, se que debería mirar a otro lado, pero mis ojos parecen pegados a ellos, se dan un leve beso que a duras penas y es un roce de labios y se vuelven a mirar, algo en su mirada cambia y siento como el deseo que sienten mutuamente se desborda de sus cuerpos haciéndome difícil respirar, es algo difícil de observar, por qué me obliga a darme cuenta que jamás tendré eso con mis lazos, ese amor, esa devoción y ese deseo que se escapa por los poros.

Me muevo incomoda en mi sitio y trato de llamar su atención, antes que se follen en el jardín de su casa, salen del trance en el que se encontraban y es hasta ese momento que el hombre o lo que sea repara en mi presencia, pero su mirada en mi, es leve, como si fuera algo insignificante, no me molesta, desearía que así fuera para mis vínculos.

- ¡Oh dios! Sakura, discúlpame - El sonrojo en las mejillas de Karin es tan auténtico que no puedo pensar que halla hecho todo esto sabiendo que estaba ahí. - Por un momento solo... me perdí. - El fornido la mira con ternura, algo extraño para alguien que luce algo temible, su cabello es de un extraño plateado, y pasa sus manos sobre el con exasperación. - Oh Suigetsu, ella es Sakura el lazo de los Uchiha.

- Me lo imaginé, mucho gustó Sakura - Tiene una sonrisa torcida, como si se la pasará riendo.

- Mucho gusto Suigetsu.

- ¿Están los demás en casa? - Pregunta Karin.

- Salieron a comprar unas cosas para el jardín trasero, quieren tener lista la fuente que pediste - Le sonríe nuevamente, y vuelvo a sentir un malestar en mi corazón, me golpeó mentalmente para hacerme entrar en razón, tengo que recordar que esto no es para mí, jamás lo será.

- Bueno creo que no podré presentarte a los demás, ya nos hemos tardado mucho y luego Madara se pondrá de gruñón.

- Karin no quiero tener que ir a defender tu honor cuando Madara se ponga pesado contigo. - Ella agita sus manos tratando de restarle importancia, pero creo que no es la primera vez que enoja a aquellos imbéciles y sus lazos salen en su defensa.

- De todos los hombres en el mundo tenían que ser ellos los que serían tus lazos - Murmura con desagrado Suigetsu.

- Me estoy perdiendo de algo - Pregunto, quizás, todavía Karin puede ser mi aliada, si sus lazos sienten repulsión por los míos podrían ayudarme a escapar, aunque, no entiendo por qué me enoja mucho pensar que ellos desprecien a mis vínculos.

- Una vez llegue un poco deprimida aquí, y Suigetsu junto con Jugo fueron a reestablecer mi honor - Dice entre comillas y haciendo muecas graciosas.

- Será por qué el imbécil de Obito te corrió de su casa - Suigetsu parece muy molesto solo con recordar eso, su mandíbula se ve muy tensa, tanto que parece que se romperá la quijada.

- Fue una tontería, pero como siempre lo tomas todo a mal. - Murmura Karin haciendo un puchero.

- Mira Karin, mejor dejemos de hablar de eso, que puede que si sigues me termine enojando y valla nuevamente a ajustar cuentas.

- Me gustaría ver eso - Aliento a Suigetsu, nada sería más satisfactorio que ver cómo le patean el trasero a Obito. Karin me mira fingiendose ofendida.

- ¡Sakura!, No lo animes que te aseguro que si irá. - Suigetsu comienza a reír y la toma por la cintura y la besa en la coronilla.

Más tarde veo que mi tiempo fuera de aquella prisión, se terminó, en la entrada de la casa se encuentra Madara, que camina como un león enjaulado, cuándo se percata de mi presencia me toma bruscamente por el brazo, y sin dejar que me despida de Karin y empuja a dentro de la casa y se despide de ella.

- Vamos, necesito que me ayudes con Sasuke - Quiero insultarlo pero me contento al verlo tan preocupado. Caminamos en silencio hasta llegar a la habitación de mi otro némesis. Pasamos y veo a todos alrededor de la cama de Sasuke y a él, rojo y sudoroso, y lo peor prácticamente desnudo.

- Que diablos - Murmuró - ¿Y en qué se supone que quieres que te ayude?

- Necesito que te vincules con él.

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Me ofrezco como tributo XD 🤭