PARÍS, AÑO 1996 [SEGUNDA PARTE]
La vida de Violet Hansen ha cambiado enormemente. Es una ocupada universitaria con una vida un poco monótona; los amigos perfectos, el novio perfecto, la reputación perfecta.
¿Pero qué pasará cuando sus amigos decid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
HABÍA TOMADO PRESTADO EL APPLE POWERBOOK DE THOMAS más veces de las que imaginaba. Usualmente ponía la excusa de que sólo quería buscar páginas en las que encontrar buenos alojamientos si al final iban a aceptar ir de vacaciones con Guy-Man y Maar.
A Maar le gustaba la Provenza Francesa. Aquellos famosos campos de lavanda con un violeta tan hermoso que podías perderte junto a la fusión del campo con un sol embriagador. Incluso siempre había una playa cercana donde acomodarse sobre la arena y recordar viejos tiempos.
Desprendiéndose de aquellos pensamientos que la distraen, toma aquella computadora portátil con acabado en titanio. Después presiona un botón de encendido y ya accede al navegador para volver a llenar su cabeza de pensamientos aún más angustiantes.
Era probable que el rizado pensase que ahora ella estaba sentada en medio de aquel enorme estudio buscando más alojamientos en páginas webs o tal vez completando algun informe semanal de una jornada laboral.
Sus dedos, que han estado más hinchados que de costumbre por los signos de un repentino embarazo, parecen agitarse cuando al fin cierra la pestaña del navegador y comienza a teclear la información que necesitaba para tomar una decisión.
«Aborter une grossese à Paris - Rechercher»
Al principio todo parece ir sobre ruedas cuando avanza unas páginas para encontrar la información que necesita. Comienza a leer con atención y su consciencia se llena de un terror enorme cuando entiende que el proceso de la interrupción de una gestación no es fácil.
Norman había mantenido el contacto con ella esperando que tomase una precisa decisión antes de que el período legal en Francia pereciese.
Sólo tenía veintiséis años y nunca antes hubiese imaginado que algo como esto pudiese ocurrir. Aún creía considerarse aquella adolescente malhumorada que había aterrizado en París gracias a la obligación de su familia. Y ahora estaba posada frente al escritorio de un estudio repleto de sintetizadores, figuras de cómics de la infancia y vinilos llenos de polvo, preguntándose qué es lo que realmente había salido tan mal como para terminar en este estado.
¿Qué reacción era exactamente la que él tendría?
Diablos, estaba embarazada.
Aún no era consciente del peso que suponía aquella palabra.
Muerde el esmalte de un lapicero que yacía escondido sobre la mesa sumergida en un mar de dudas. Parecía tener clara su decisión. Sin embargo, cuando quiere convencerse, el remordimiento envuelve su consciencia rápidamente.
