017 faveurs compromettantes.

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𝘹𝘷𝘪𝘪. dix-sept

𝐅𝐀𝐕𝐄𝐔𝐑𝐒 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐑𝐎𝐌𝐄𝐓𝐓𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒

TERCERA VEZ EN LA QUE JANE ACUDE AL BAÑO COMO SI UN METÉORITO HUBIERA IMPACTADO EN SU ESTOMÁGO, y la única cura, fuera devolver toda aquella comida que ha estado comiendo durante el desayuno

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TERCERA VEZ EN LA QUE JANE ACUDE AL BAÑO COMO SI UN METÉORITO HUBIERA IMPACTADO EN SU ESTOMÁGO, y la única cura, fuera devolver toda aquella comida que ha estado comiendo durante el desayuno.

        La joven contempla la puerta del baño y eleva su mochila hacia mi brazo izquierdo con la intención de que la tome con rapidez. Pues sus náuseas son tan enormes que apenas piensa en la actitud que debería tomar a la hora de caminar hacia los aseos con puertas deterioradas.

     Natalie mueve la cabeza con desesperación y se contempla al espejo tratando de no perder la cordura.

—¿Será la comida francesa? —Natalie eleva su frente y comienza examinar su rostro sobre el espejo —. Lleva varios días vomitando todo lo que come.

—¿Desde cuándo está así? —pregunto con curiosidad —. ¿Desde aquella fiesta de Halloween?

—No —junta sus labios para esparcir la pintura del cosmético  —. Al menos desde comienzos de la semana pasada. 

—Es extraño —afirmo tratando de ubicar la situación —. Puede ser que no esté teniendo una alimentación adecuada, ¿no crees?

—Es lo que trato de decirle  —cierra el envase de su barra de labios —. Le digo que debería acudir a un hospital, pero se niega y no sé qué más puedo decir.

     Suspiro sin remedio.

—¡Imagina que es una intoxicación o algo parecido! — exclama —. Está jugando con su salud y no estoy de acuerdo con ello.

     Rodeo los ojos con molestia, y antes de que quiera aportar algo, la joven ya se ha levantado, tirando de la cadena, abandonando el inodoro, y caminando de forma desorientada hacia todos los lugares posibles de la habitación.

—¡Es ese maldito queso camembert! —Jane vocifera olvidando que hay presencia humana —. Juro por todos los demonios que odio este país.

—No pensaste lo mismo cuando decidiste que era buena idea estudiar aquí, Jane —Natalie replica con aires de defensa.

     Jane, sacude la cabeza como forma de negación, y busca sobre su abrigo marrón cualquier goma de pelo que sirva para recoger su pelo ondulado, después toma una toalla húmeda de cualquier dispensador de los baños públicos, y la restriega sobre su rostro para devolverlo a la vida estable.

—No quiero que Norman vuelva a saber que tuve que vomitar otra vez. 

    Pestañeo de forma compulsiva y me cruzo de brazos.

—¿Qué? —exclamo ofendida —. ¿Cómo vas a ocultarle a Norman algo así, Jane? —vocifero de forma descabellada —. Es tu novio, él debe saber cómo te sientes y lo que este país te provoca.

𝐇𝐎𝐌𝐄𝐖𝐎𝐑𝐊 𝐈𝐈 ─ daft punk fanfiction.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora