𝘹𝘪𝘹. dix-neuf
𝐂𝐎𝐄𝐔𝐑 𝐁𝐑𝐈𝐒𝐄
(𝘶𝘯𝘦 𝘥𝘦𝘶𝘹𝘪𝘦𝘮𝘦 𝘧𝘰𝘪𝘴)
DOS FIGURAS INDECISAS YACEN EN EL APARTAMENTO, que apenas tiene luz, por la excepción de la persiana de una ventana, que se encuentra ligeramente posicionada hacia el medio del horizonte. La habitación tampoco es la gran cosa del universo, pues el caos puede observarse sin alzar demasiado la vista, ropa extendida sobre los lados sobresalientes del armario, un escritorio lleno de papeles de aquel trabajo de investigación que no realicé, y varios zapatos que yacen sobre el suelo del mármol blanco, después de un descanso casi nulo.
Esta noche ha sido horrible.
Mis náuseas hicieron una aparición estelar durante todo el período nocturno, tal vez quise dormir por unas horas, pero estas se posaban sobre mi estómago con insistencia, y los viajes al baño han sido demasiado intensos. Después mi cuerpo lleno de sudor, que apenas me ha dejado conciliar el sueño de la forma en la que debería de hacerlo.
—No sé ni por que he acudido.
Aquella voz, camina de forma indecisa y desconcentrada, sobre el centro del apartamento con una alfombra cualquiera, que cubre el revestimiento del suelo, pero que ahora no cumple su función debido a su torcida posición, desviando su mirada perdida sobre las paredes blancas y refunfuñando intensamente.
—Quería disculparme por mi actitud de ayer, Guy —una segunda voz replica con un tono arrepentido y titubeante —. Estaba angustiado, por mi eterna discusión con Hélène y no supe reaccionar de otra forma.
—¿Crees que eso lo justifica? —su voz se vuelve más rabiosa, sin tratar de elevar el tono —. ¡Sólo estábamos diciendo la verdad, Thomas! —se acerca hacia el joven y le propicia un leve empujón para hacerle reaccionar —. Esa Hélène es obsesiva, y no te está haciendo nada bien.
El joven, encubierto con aquel suéter de color gris, que ahora está un poco arrugado, debido a su estancia incómoda sobre mi cama, deja caer sus hombros con arrepentimiento y mira al joven con remordimiento.
—¿Y sabes que es lo único que se te ocurrió? —el ojiazul le contempla nerviosamente —. Como no puedes admitir la verdad, por que siempre andas buscando la perfección en cualquier cosa que haces, y nadie puede contradecirlo, decidiste que era una gran idea atacar todo el trabajo que llevo haciendo durante meses, para que el logo de la portada del álbum sea perfecto —declara enojado —. ¿Tienes idea de cuántos meses estuve pensando para que todo fuese perfecto?
El rizado deja escapar un suspiro de pesadumbre y arquea sus cejas sin saber qué más decir. Pues su amigo tenía razón, su personalidad siempre es obsesiva, lo que implica buscar la perfección en cualquier aspecto de la vida, por poco importante que pudiese parecer, y cuando esto no sale de la forma que él busca, se vuelve rabioso y un sentimiento de impotencia le rodea por completo, haciéndole perder la consciencia.
ESTÁS LEYENDO
𝐇𝐎𝐌𝐄𝐖𝐎𝐑𝐊 𝐈𝐈 ─ daft punk fanfiction.
FanfictionPARÍS, AÑO 1996 [SEGUNDA PARTE] La vida de Violet Hansen ha cambiado enormemente. Es una ocupada universitaria con una vida un poco monótona; los amigos perfectos, el novio perfecto, la reputación perfecta. ¿Pero qué pasará cuando sus amigos decid...