008 irresponsabilité infinie

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𝘷𝘪𝘪𝘪 . huit

𝐈𝐑𝐑𝐄𝐒𝐏𝐎𝐍𝐒𝐀𝐁𝐈𝐋𝐈𝐓𝐄 𝐈𝐍𝐅𝐈𝐍𝐈𝐄

𝐈𝐑𝐑𝐄𝐒𝐏𝐎𝐍𝐒𝐀𝐁𝐈𝐋𝐈𝐓𝐄 𝐈𝐍𝐅𝐈𝐍𝐈𝐄

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—Cielos —la pelirroja suspira de un lado a otro —. ¿Qué hiciste anoche? 

       Le miro confundida, sin respuesta alguna, como si realmente no me acordase de lo que Charlie, Steve y yo hicimos anoche. Solo recuerdo las botellas de cerveza, los cristales esparcidos por toda la habitación y objetos tirados sobre el suelo que no fuimos capaces de ordenar. La joven acciona de la correa de la ventana para elevar las persianas y que el sol de la mañana parisina entre sobre los raudales de toda la habitación.

      Cuando la luz penetra sobre mis ojos, mi mano izquierda sujeta la almohada con la que he apoyado mi cabeza durante toda la noche y cubro mi rostro, con la intención de que la luz no entre sobre mis ojos nunca más, o al menos hasta que pueda recuperarme de la resaca que toda la cerveza de Charlie me ha provocado.

—¡Oh no, baja esa persiana! 

—¿Qué tienes en la mano? —la sujeta con una preocupación increíble —. ¿Qué te hiciste?

      Me doy la vuelta hacia su lugar, mi mano retira esa almohada, mientras creo pensar que voy a morir del dolor, mi espalda produce unas chispas, como si una aguja se me estuviera clavando en toda mi espina dorsal, y me quejo de dolor mientras que la joven sigue sosteniendo mi mano.

—Me corté.

—¿Por qué te fuiste de la fiesta? 

—Me aburría, además parece que todos estaban demasiado ocupados con beber y bailar aquella música apestosa. 

—Eso no es cierto, Violet —replica —. Norman solo estaba conociendo a los alumnos con los que va a estudiar en su facultad, ¿por qué te comportas así? 

—No sé qué ocurrió anoche —replico —. Me sentí mal por un momento, entonces Stevs vino enfadado por que Natalie no paraba de bailar con aquel Julien, decidimos volver a casa, Charlie se unió y quisimos observar algo de la ciudad. 

—¿Qué viste? —ella me mira ahora curiosa, pero se ha levantado para rebuscar en mi pequeño cuarto de baño, localizado a la izquierda, un botiquín de primeros auxilios para poder desinfectar mi herida.

      Trago saliva. Mi cerebro está recapitulando todos los momentos de anoche, desde la salida nocturna por París, Charlie y Steve, los tres caminando como puros estúpidos por aquellas tiendas y comercios de lujo, chocando con los turistas que se paran para tomar fotos de toda la arquitectura francesa, o de cualquier detalle que les pareciese interesante.

—Solo les enseñé por donde solíamos vagar cuando teníamos diecisiete años. 

—¿Volviste?

—Volví a ver el Lycée Carnot, y al parecer sigue como siempre —suspiro —, después decidí que tal vez era hora de contarle a los chicos lo que aquí pasó y por que este país está maldito para mí.

𝐇𝐎𝐌𝐄𝐖𝐎𝐑𝐊 𝐈𝐈 ─ daft punk fanfiction.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora