PARÍS, AÑO 1996 [SEGUNDA PARTE]
La vida de Violet Hansen ha cambiado enormemente. Es una ocupada universitaria con una vida un poco monótona; los amigos perfectos, el novio perfecto, la reputación perfecta.
¿Pero qué pasará cuando sus amigos decid...
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—¿Crees que debería cambiar esto?
—¡Oh, ya veo cual es tu objetivo! —Pedro ríe —. Quieres que sea tu nuevo maestro de francés.
Esbozo una sonrisa apurada con algo de timidez.
—Seré tu maestro si es lo que quieres —replica —. Pero antes debes de decir algo.
—¿El qué?
—¡Violet! —Jane interrumpe —. ¿Se te olvidaron tus modales?
—¿Podrías ser mi maestro de francés, por favor?
El amelenado sonríe de forma plena y satisfactoria.
—Oui.
—Merçi —imito un acento francés deficiente.
—¡Estás aprendiendo, amiga!
—No demasiado. —inquiere Norman —. No se pronuncia como lo hiciste.
—¿Y cómo?
—Pronunciaste "merrrci" —explica —. Marcaste la r, cuando en realidad, sería "megsi"
—Eso, o a veces la "r" es muda —interrumpe Pedro.
—Merçi —vuelvo a repetir con insistencia.
—¡Perfecto! —produce un chasquido con sus dedos y sonríe —. Ahora lo hiciste excelente.
—En realidad, si quieres agradecerle a una persona deberías usar "Merçi beaucoup"
—Pero eso es muy básico Norman, hasta una persona que no sepa francés es probable que lo sepa —replica Pedro —. Serás un buen médico, pero no podrás ocupar mi puesto como maestro de francés.
—¡No te preocupes! —exclama —. Puedes ocupar mi puesto cuando quieras, no estaba buscando ser profesor de francés.
La joven responde con una sonrisa resplandeciente y Jane interrumpe la conversación, pero piensa sí lo que debería decir es una buena idea, o si realmente debería callarse.
—¡Tengo una idea perfecta!
—¿Y cuál es? —Natalie replica interesada.
—Tú ya tienes a Thomas, Violet —rodea los ojos con temor por esperar mi reacción —. Puedes pedirle ayuda.
Unos segundos pasan, tal vez unos cinco, y entonces la joven que estaba sonriendo debido a que pensó que era una broma increíble, recuerda, que Pedro está aquí, y que esto no era una buena idea. Esbozo una mirada malhumorada hacia su rostro.
