LA CENA

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Laia y Ansu estaban cenando juntos en casa cuando de repente Ansu le preguntó:

- Oye Laia, ¿vas a venir al partido del sábado? El Barcelona jugará contra el Real Madrid y estoy emocionado de jugar contra ellos.

Laia sonrió y dijo: -¡Por supuesto que iré! Estoy emocionada de verte jugar en vivo. Y, ¿adivina quién también estará allí? Vinicius.

Ansu frunció el ceño un poco al escuchar el nombre de Vinicius, pero trató de ocultar su incomodidad: - Oh, eso es genial. Me alegra que ambos puedan estar allí para apoyar a nuestros equipos.

Laia notó la expresión de su hermano y decidió aclarar las cosas: - Oye, ¿hay algo mal, Ansu? ¿No te agrada Vinicius?
Ansu suspiró y respondió: - No es que no me agrade, es solo que a veces parece que no le importa el fútbol tanto como debería. Es difícil para mí, ya que esto es algo tan importante en mi vida.

Laia asintió con comprensión: - Entiendo lo que quieres decir, pero Vinicius ama el fútbol tanto como tú, solo que tal vez no lo expresa de la misma manera. Pero en el fondo, ambos aman el deporte y eso es lo que realmente importa, ¿no?
Ansu sonrió y se sintió un poco más aliviado: - Tienes razón, Laia. Tal vez solo necesito darle una oportunidad y ver cómo es él realmente en el partido del sábado.

Laia asintió de nuevo y agregó: - Además, si ambos aman el fútbol, podrían disfrutar juntos del partido y compartir su pasión por el deporte.
Ansu sonrió y se sintió mejor. Laia siempre sabía cómo calmar sus preocupaciones y traer una perspectiva más amplia a las cosas.

Después Laia y su hermano Ansu estaban en la cocina limpiando los platos y utensilios. Laia estaba lavando los platos mientras Ansu secaba y guardaba todo.
En un momento, Ansu comenzó a hacer el tonto, sacando la lengua y haciendo caras graciosas. Laia se rió y respondió con algunas caras graciosas propias. Pronto, ambos estaban haciendo caras divertidas el uno al otro mientras trabajaban.

- ¿Qué es eso que tienes en la nariz? - preguntó Ansu, señalando a la nariz de Laia.

- ¿Qué? ¡No hay nada! - respondió Laia, sonriendo mientras intentaba tocarse la nariz con la lengua.

Ansu comenzó a reírse aún más mientras decía:

- ¿Qué estás haciendo? ¡Eso no tiene nada que ver con lo que te pregunté!

Laia continuó riendo mientras terminaba de lavar los platos. Luego, Ansu le entregó un plato para que lo seque, pero en lugar de hacerlo, comenzó a jugar con él, sosteniéndolo como si fuera un volante y haciendo ruidos de coche.

- ¡Vamos, Laia, sube al auto! ¡Vamos a dar una vuelta! - dijo Ansu mientras hacía gestos con el plato.

Laia se rió y jugó con él, fingiendo ser la copiloto. Ambos continuaron haciendo el tonto mientras limpiaban la cocina.
Finalmente, terminaron de limpiar y se miraron el uno al otro con sonrisas. - Eso fue divertido - dijo Laia.

- Sí, fue genial - respondió Ansu. - Me alegra que podamos hacer el tonto juntos, incluso cuando estamos haciendo tareas aburridas como esta -.
Laia asintió, y ambos se abrazaron antes de ir cada uno a su habitación. Aunque solo era una pequeña actividad divertida, Laia y Ansu se sintieron más cercanos que nunca, y eso era lo más importante para ellos.

Era tarde en la noche y Laia estaba acurrucada en su cama, mirando fijamente su teléfono. Estaba esperando un mensaje de texto de Vinicius, su novio, quien estaba fuera de la ciudad por un partido de fútbol. Justo cuando estaba a punto de apagar su teléfono y dormir, recibió un mensaje de él.

- ¿Sigues despierta, mi amor?- preguntó Vinicius.
Laia sonrió mientras leía el mensaje y respondió rápidamente: - Sí, todavía estoy despierta.

- ¿Cómo estuvo el partido?
Genial, mi equipo ganó, respondió Vinicius. - Pero lo mejor de mi día es poder hablar contigo ahora mismo. Quiero que sepas que eres lo más importante en mi vida.

Laia se sonrojó al leer esas palabras. Vinicius siempre encontraba la manera de hacerla sentir especial, incluso a través de los mensajes de texto.

- Gracias, Vinicius, eres tan dulce - respondió Laia.

- Vinicius continuó: - Solo quiero que sepas que no puedo esperar a verte de nuevo. Te extraño tanto -.

Laia se sintió abrumada por la emoción y la ternura en las palabras de Vinicius. - Yo también te extraño - respondió ella. - Estoy contando los días para volver a estar contigo-

Vinicius finalmente envió su mensaje de buenas noches: - Buenas noches, mi amor. Sueña conmigo y con todo lo que haremos juntos cuando estemos juntos de nuevo.

Laia se acurrucó en su almohada con una sonrisa en su rostro mientras respondía: - Buenas noches, Vinicius. Siempre sueño contigo.
Después de enviar el mensaje, Laia cerró los ojos y se quedó dormida, sintiéndose amada y afortunada de tener a alguien tan dulce como Vinicius en su vida.

FUERA DE JUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora