MALDIVAS

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Vinicius y Laia habían llegado al aeropuerto emocionados y ansiosos por comenzar su luna de miel en las Maldivas. Pero justo cuando se disponían a hacer el check-in, fueron interceptados por un grupo de periodistas que habían estado esperándolos allí.

Vinicius, acostumbrado a la atención mediática debido a su carrera como futbolista, se mantuvo sereno y trató de responder amablemente a las preguntas de los reporteros. Sin embargo, se preocupó por Laia, que estaba un poco nerviosa ante la situación.

- No te preocupes, mi amor -dijo Vinicius, sosteniendo su mano con firmeza-. Vamos a estar bien.

Los periodistas les hicieron preguntas sobre su boda, su luna de miel, y también sobre el futuro del Real Madrid. Vinicius trató de responder lo mejor que pudo, pero también fue lo suficientemente hábil como para no revelar nada comprometedor o que pudiera poner en peligro su carrera.

Después de varios minutos, Vinicius y Laia lograron escapar de la multitud de periodistas y se dirigieron a la zona de embarque. Una vez allí, se relajaron un poco y comenzaron a disfrutar del momento.

- Lo siento, cariño -dijo Vinicius, abrazando a Laia-. No esperaba que nos esperaran aquí.

- Está bien -respondió Laia, acurrucándose contra su pecho-. Sé que eres famoso y tienes que lidiar con esto todo el tiempo.

- Sí, pero preferiría que no te afectara a ti -dijo Vinicius con ternura-. Me preocupa tu seguridad y tu tranquilidad.

- Lo sé, pero estoy bien contigo -dijo Laia, sonriendo dulcemente-. Me siento segura y feliz contigo.

Vinicius sonrió y la besó suavemente en los labios. Sabía que su luna de miel en las Maldivas sería el momento perfecto para desconectar del mundo y disfrutar el tiempo juntos como recién casados.

Una vez a bordo, Laia se acomodó en su asiento y comenzó a hojear una revista mientras Vinicius guardaba las maletas en el compartimento superior.

De repente, una azafata se acercó a Vinicius con una sonrisa coqueta.

- Hola, soy Mariana. ¿Puedo ayudarte con algo? - preguntó con una voz dulce.

Vinicius notó el coqueteo de la azafata, pero decidió ser educado y simplemente le dijo que no necesitaba ayuda en ese momento. Sin embargo, Mariana no se rindió y siguió intentando llamar la atención del futbolista.

Laia comenzó a sentirse incómoda con la situación, pero no quería hacer un escándalo en el avión. Vinicius notó la incomodidad de su esposa y decidió tomar una postura firme.

- Disculpa, Mariana, pero estoy casado con Laia - dijo Vinicius con una sonrisa en su rostro.

La azafata se sorprendió al escuchar esto, pero trató de recuperarse rápidamente. Vinicius le aseguró que todo estaba bien y que no había problema alguno. Después de eso, la azafata se retiró y Laia se sintió mucho más cómoda sabiendo que su esposo estaba comprometido y fiel a ella.

Laia cerró los ojos, Vinicius se sentó a su lado y la observó con una sonrisa en el rostro. Le encantaba verla dormir, parecía tan pacífica y hermosa.

Mientras Laia dormía, Vinicius la cuidaba, asegurándose de que tuviera suficiente espacio y comodidad. De vez en cuando, le ajustaba la manta o le acariciaba el cabello. Estaba feliz de estar en su luna de miel con Laia, pero también quería asegurarse de que ella se sintiera cómoda y descansada.

El vuelo fue largo, y Laia dormía profundamente. Vinicius la observó con ternura, preguntándose cómo pudo tener tanta suerte de estar casado con alguien tan maravillosa como ella. Cuando finalmente llegaron al destino de su luna de miel, Vinicius despertó a Laia con un beso suave en la mejilla.

FUERA DE JUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora