Unas semanas más tarde Laia se acurrucó en su cama, sintiéndose emocionada y nerviosa a la vez. Vinicius había regresado a Madrid para sus entrenamientos de fútbol.
Laia agarró su teléfono y lo revisó una vez más, asegurándose de que no había ningún mensaje nuevo de Vinicius. Miró el reloj y se dio cuenta de que era tarde, por lo que probablemente Vinicius estaría descansando para el día siguiente.
Laia decidió enviarle un mensaje de buenas noches a Vinicius, aunque sabía que probablemente no lo vería hasta la mañana siguiente. Escribió un mensaje corto y dulce:
"Buenas noches, mi amor. Te extraño mucho. Espero que tengas un buen descanso. Te amo".
Después de enviar el mensaje, Laia se sintió un poco mejor. Sabía que Vinicius era un hombre muy ocupado, pero confiaba en que él encontraría un momento para responder. Laia se durmió pensando en todas las cosas maravillosas que harían juntos cuando Vinicius regresara a casa.
Al día siguiente, Laia se despertó con una sonrisa en su rostro. Vinicius le había enviado un mensaje de regreso, aunque era tarde en la noche cuando lo envió. Laia abrió su teléfono y leyó el mensaje de Vinicius:
"Buenas noches, mi amor. También te extraño mucho. Descansa bien. Te amo".
Laia se levantó de la cama para prepararse para su día en el hospital. Se duchó y se vistió, asegurándose de que su uniforme estuviera impecable. Sabía que hoy iba a ser un día especial, ya que la supervisora le había informado que tendría una reunión con los jefes del hospital.
Cuando llegó al hospital, se reunió con la supervisora en la sala de reuniones. La supervisora le informó que los jefes del hospital querían hablar con ella sobre su futuro en el hospital. Laia estaba un poco nerviosa, pero también emocionada por saber qué tenían que decirle.
Cuando entró en la oficina de los jefes del hospital, se sorprendió al ver que estaban allí la supervisora de enfermería y el director del hospital. Los jefes le dijeron que habían estado impresionados con su trabajo y que querían que se quedara en el hospital. Le ofrecieron la oportunidad de elegir en qué planta quería trabajar.
Laia se sorprendió por la oferta, pero rápidamente decidió que quería trabajar en oncología pediátrica. Sabía que podía hacer una gran diferencia en la vida de los niños enfermos y sus familias, y estaba emocionada por tener la oportunidad de hacerlo.
Los jefes del hospital estuvieron de acuerdo con su elección y le dijeron que trabajarán en la transición para que pudiera comenzar lo antes posible. Laia salió de la reunión con una sonrisa en el rostro, sintiéndose agradecida y emocionada por esta nueva oportunidad.
Más tarde, durante su turno en oncología pediátrica, Laia se encontró con un niño llamado Pablo que estaba luchando contra el cáncer. Ella lo ayudó a pasar el tiempo jugando juegos y leyendo historias, y notó que su actitud estaba mejorando.
Laia estaba en medio de su turno en la unidad de oncología pediátrica cuando su móvil empezó a vibrar en su bolsillo. Al sacarlo, vio que era una llamada entrante de su novio, Vinicius. Pero justo cuando iba a contestar, escuchó un ruido en el pasillo y se detuvo en seco. Decidió colgar el teléfono y salir a ver qué estaba sucediendo
Al salir a ver lo que estaba sucediendo, vio a varios jugadores del FC Barcelona firmando autógrafos y entregando camisetas a los niños enfermos.
Ella se emocionó al ver a su hermano Ansu entre la multitud, pero también notó que había un jugador que reconocía de alguna parte. Cuando se acercó a él para ver de quién se trataba, se dio cuenta de que era Pedri, el jugador que le había hecho la falta a Vinicius en un partido anterior.
A pesar de que Laia todavía sentía resentimiento hacia Pedri por eso, no pudo evitar sentir una extraña atracción hacia él. Fue a buscar a su hermano para que pudieran conocer a los jugadores juntos, pero en su camino de regreso se encontró cara a cara con Pedri en el pasillo.
Pedri se presentó y trató de entablar una conversación con ella, pero Laia se mostró un poco fría al principio. Sin embargo, había algo en la forma en que Pedri hablaba que la hizo sonreír, y no pudo evitar sentirse atraída por él.
Al final, Pedri le preguntó si quería subir a una habitación privada para hablar un poco más, y Laia aceptó. Cuando llegaron a la habitación, Pedri le explicó que había venido al hospital para hacer una donación y que le importaba mucho el bienestar de los niños enfermos.
Laia empezó a sentirse más cómoda con Pedri y comenzaron a hablar sobre su trabajo en el hospital y la importancia de ayudar a los demás.
Por último, ella decidió dejar atrás cualquier resentimiento que hubiera tenido hacia Pedri por la falta que le había hecho a Vinicius y disfrutar de la amabilidad que él le estaba mostrando.
Cuando Laia regresó a su turno de trabajo, se sintió más feliz y motivada que nunca. Sabía que había conocido a alguien especial en Pedri y estaba emocionada por ver adónde podría llevar esta nueva conexión en el futuro.
Laia salió del hospital, agotada pero satisfecha después de un día de trabajo duro. Cuando llegó a casa, lo primero que hizo fue llamar a su pareja, Vinicius.
Al principio, Vinicius sonaba un poco enfadado cuando contestó, lo que sorprendió a Laia. Se sintió mal por no haberle contestado antes, pero antes de que pudiera decir nada, Vinicius se disculpó y le pidió perdón por haberle hablado de forma borde.
Laia explicó todo lo que había pasado en el hospital y cómo los jefes le habían dado la oportunidad de elegir en qué planta quería trabajar. Vinicius se sintió orgulloso de ella y le dijo lo afortunado que se sentía de tener una novia tan dedicada y apasionada por su trabajo.
Luego, Vinicius le contó a Laia que había estado entrenando todo el día. Le explicó que se sentía un poco frustrado por no haber podido pasar más tiempo juntos, pero que entendía que ella tenía un trabajo muy importante y que él la apoyaría en todo momento.
Laia se sintió aliviada al escuchar las palabras de Vinicius y agradeció su comprensión. Después de hablar un rato más, Laia y Vinicius se despidieron
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FUERA DE JUEGO
RomanceLaia una chica de 22 años, cabello rubio, ojos verdes de piel blanca y suave, acaba de acabar su carrera de enfermería y va a empezar las prácticas en el hospital. Su hermano mayor es Ansu Fati, jugador del Barça. Los hermanos se quedaron sin padres...