FALSO

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Laia y Vinicius se acostaron juntos en la cama, abrazándose y compartiendo algunos besos antes de cerrar los ojos y dormir. Laia, sin embargo, no pudo dormir bien esa noche, se despertó varias veces sintiendo una gran necesidad de ir al baño a hacer pis.

Cada vez que se levantaba, trataba de hacerlo lo más silenciosamente posible para no despertar a Vinicius, pero él se despertaba de todas formas y le preguntaba si estaba bien. Laia se disculpaba por despertarlo, pero él siempre la tranquilizaba, diciéndole que no se preocupara y que se aseguraría de que estuviera cómoda.

En una de las veces que se despertó, Vinicius decidió acompañarla al baño. Laia se sintió agradecida por su atención y compañía. Después de que Laia terminó de hacer pis, Vinicius la llevó de vuelta a la cama y la acurrucó junto a él.

- ¿Estás bien? - preguntó Vinicius en un susurro.

- Sí, gracias por estar conmigo - respondió Laia con una sonrisa somnolienta.

- Siempre estaré contigo, mi amor - dijo Vinicius antes de darle un beso suave en la frente.

Laia se durmió nuevamente, sintiéndose segura y amada en los brazos de su prometido.

Laia se despertó temprano en la mañana con un dolor de cabeza que la hacía sentir mareada y aturdida. Intentó levantarse de la cama, pero el dolor la hizo volver a acostarse. Vinicius, que estaba al lado de ella, se despertó al sentir su movimiento y se preocupó al verla en esa condición.

- ¿Estás bien, amor? - preguntó Vinicius mientras le acariciaba el pelo.

- No, me duele mucho la cabeza - respondió Laia con voz débil.

Vinicius se levantó rápidamente de la cama y fue a buscar una pastilla para el dolor de cabeza en el botiquín del baño. Regresó con un vaso de agua y la pastilla en la mano, y le pidió a Laia que se sentara para que pudiera tomarla.

Laia tomó la pastilla y el agua, y se acostó de nuevo en la cama. Vinicius se sentó a su lado, preocupado por ella.

- ¿Quieres que llame a un médico? - preguntó Vinicius.

- No, solo necesito descansar un poco más - respondió Laia cerrando los ojos.

Vinicius asintió y le acarició suavemente la frente. Laia se quedó dormida de nuevo enseguida, y Vinicius se quedó a su lado para asegurarse de que estaba bien.

Laia seguía tumbada en la cama con los ojos cerrados, tratando de aliviar el dolor de cabeza que la estaba atormentando desde que se despertó esa mañana. Vinicius se había ido a la farmacia para comprar algunos medicamentos que le ayudarían a sentirse mejor.

Laia se sentía un poco aturdida mientras estaba en el baño. Se preguntaba por qué seguía con dolor de cabeza. De repente, recordó la noche de amor que habían compartido y su rostro se encendió de un color rojo intenso.

Se dio cuenta de que llevaba una semana de retraso en su periodo menstrual y comenzó a sentir un poco de pánico. Habían estado muy ocupados con la planificación de la boda y la temporada de fútbol, por lo que no habían hablado sobre la posibilidad de tener un hijo. Laia no estaba segura de cómo reaccionaría Vinicius si le contaba la noticia.

Laia se apresuró a llamar a Vincius quien estaba de camino a la farmacia, le dijo que no comprará medicamentos sino una prueba de embarazo

Vinicius se quedó sorprendido por la noticia, pero trató de mantener la calma para no preocupar a Laia. Compró la prueba de embarazo en la farmacia y regresó a casa lo más rápido que pudo.

Laia estaba temblando mientras sostenía la prueba de embarazo en sus manos. Vinicius estaba a su lado, acariciando su espalda con suavidad y ofreciéndole todo su apoyo. Laia no podía evitar sentir un nudo en la garganta, mientras sus lágrimas empezaban a brotar.

- No puede ser - dijo Laia entre sollozos - estaba tan segura de que iba a ser positivo.

- Tranquila, cariño - dijo Vinicius, sosteniendo su mano con firmeza - estas cosas a veces tardan un poco en aparecer. Podemos esperar unos días más y volver a hacer la prueba.

- ¿Y si no funciona? - preguntó Laia, con los ojos llenos de lágrimas.

- Entonces tendremos que seguir intentándolo - respondió Vinicius con una sonrisa cálida - pero lo importante es que estamos juntos en esto. No tienes que pasar por esto sola.

Laia asintió, apoyando la cabeza en el hombro de Vinicius mientras él la sostenía con cuidado. Laia no podía evitar sentir un gran vacío en su interior, como si toda la ilusión que había construido se hubiera desvanecido en un instante.

Vinicius la abrazó con fuerza, y Laia sintió que todo su miedo y tristeza empezaban a disiparse. Ella sabía que podía contar con él para cualquier cosa, y que juntos podrían superar cualquier obstáculo.

- Gracias por estar aquí conmigo - susurró Laia, sintiendo que su voz estaba ronca por el llanto.

- Siempre estaré aquí contigo - respondió Vinicius con una sonrisa amorosa - pase lo que pase.

Laia se acurrucó contra él, sintiendo su corazón latir con fuerza contra su pecho. Aunque la prueba no había dado el resultado que esperaban, Laia sabía que tenía a Vinicius a su lado, y eso era lo más importante de todo.

FUERA DE JUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora