La mañana siguiente, Laia y Vinicius se despertaron en la cama, abrazados el uno al otro. Se sintieron felices y agradecidos por tenerse mutuamente. Se miraron a los ojos y se besaron suavemente.
- ¿Qué planes tienes para hoy? - preguntó Vinicius mientras acariciaba el cabello de Laia.
- No tengo planes - respondió Laia con una sonrisa. - ¿Tú?
- También estoy libre todo el día - dijo Vinicius, besando suavemente la frente de Laia. - ¿Qué te parece si nos quedamos en casa, cocinamos juntos y disfrutamos de nuestra compañía?
- Me parece perfecto - respondió Laia, abrazándolo con fuerza.
Vinicius y Laia se quedaron en la cama un rato más, disfrutando de la comodidad y calidez del otro. Hablaban sobre sus sueños y metas, y sobre todo lo que habían pasado juntos.
Después de un rato, Vinicius se levantó para preparar el desayuno. Laia se unió a él en la cocina y comenzaron a cocinar juntos. Mientras preparaban los huevos y el tocino, Vinicius puso música de bachata en el fondo.
- ¿Te gustaría bailar, Laia? - preguntó Vinicius, extendiendo la mano hacia ella.
- ¡Claro! - respondió Laia, emocionada por la idea.
Vinicius tomó a Laia por la cintura y comenzaron a moverse al ritmo de la música. Bailaban bachata pegados el uno al otro, sintiendo la pasión y el amor que compartían. Laia se sentía feliz y agradecida por tener a Vinicius en su vida.
Después de bailar un rato, Vinicius tomó a Laia en brazos y la llevó hasta la mesa donde habían preparado el desayuno. Se sentaron a disfrutar de la comida, compartiendo risas y conversación.
Laia y Vinicius sabían que no necesitaban mucho para ser felices, sólo necesitaban el uno al otro. Se sentían agradecidos por tenerse mutuamente y por poder compartir momentos como estos juntos. Sabían que no importaba lo que el futuro les deparará, mientras estuvieran juntos, serían capaces de superar cualquier obstáculo.
Laia estaba sentada en el sofá de la sala de estar, mientras Vinicius le hacía cosquillas en el cuello. De repente, ella se levantó emocionada.
- ¡Me acabo de acordar! Tengo un pequeño jacuzzi en la última planta de la casa. ¡Vamos a ver si funciona! - dijo Laia con una sonrisa.
Vinicius se puso de pie y tomó la mano de Laia. Juntos subieron las escaleras hacia la última planta de la casa. Una vez allí, Laia abrió la puerta del jacuzzi y se asomó.
- Parece que funciona - dijo Laia emocionada.
Vinicius tomó a Laia en sus brazos y la llevó corriendo hasta su habitación.
Una vez en la habitación, Vinicius y Laia se cambiaron de ropa rápidamente y regresaron al jacuzzi. Cuando Vinicius vio a Laia con su bikini, se le cayó la baba. Se sentía afortunado de tener a una mujer tan hermosa y especial en su vida.
Laia se sentó en el borde del jacuzzi mientras Vinicius se sumergía en el agua caliente. Luego, Vinicius tomó la mano de Laia y la ayudó a entrar al jacuzzi, se acercó a ella para abrazarla.
Juntos, disfrutaron del agua caliente del jacuzzi y de la vista del paisaje que rodeaba la casa. Se besaban con ternura y disfrutaban del momento romántico que estaban compartiendo.
Después de un rato, salieron del jacuzzi y se envolvieron en toallas. Vinicius tomó la mano de Laia y la llevó de vuelta a su habitación. Juntos, se acurrucaron en la cama y se durmieron abrazados, sintiendo la paz y la felicidad que sólo pueden sentir cuando están juntos.
Vinicius se despertó en medio de la noche con escalofríos y sudoración. Laia se dio cuenta de que algo no estaba bien y tomó su temperatura. Era de 38,5 grados.
- ¿Cómo te sientes, cariño? - preguntó Laia, preocupada.
- No me siento muy bien. Tengo escalofríos y me duele la cabeza - respondió Vinicius.
Laia inmediatamente fue a buscar el botiquín de primeros auxilios y le dio a Vinicius algo para bajar la fiebre. También le trajo una botella de agua y una manta para que se cubriera.
- Voy a prepararte un té de jengibre para que te sientas mejor - dijo Laia, mostrando sus dotes de enfermera.
Laia le preparó el té y lo trajo a Vinicius. Le indicó que lo bebiera lentamente y que intentara descansar.
Mientras Vinicius descansaba, Laia se quedó a su lado, acariciándole el cabello y haciéndole compañía. Le preguntó cómo se sentía cada cierto tiempo y le aseguró que todo estaría bien.
Vinicius se sintió agradecido por tener a Laia a su lado en esos momentos difíciles. Se sintió seguro y protegido en sus brazos y agradecido por su amor y cuidado.
Laia se aseguró de controlar la fiebre de Vinicius y se quedó a su lado toda la noche.
Después de algunas horas, la fiebre de Vinicius comenzó a disminuir y él se sintió un poco mejor. Laia le dio algunos remedios naturales para fortalecer su sistema inmunológico y le aseguró que estaría bien.
Vinicius se sintió agradecido por todo lo que Laia había hecho por él y por su amor incondicional
![](https://img.wattpad.com/cover/339484626-288-k98.jpg)
ESTÁS LEYENDO
FUERA DE JUEGO
RomanceLaia una chica de 22 años, cabello rubio, ojos verdes de piel blanca y suave, acaba de acabar su carrera de enfermería y va a empezar las prácticas en el hospital. Su hermano mayor es Ansu Fati, jugador del Barça. Los hermanos se quedaron sin padres...