LA CITA

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Laia se despertó temprano en su último día libre, aún sintiéndose un poco oprimida por la experiencia reciente en el hospital. Después de tomar un desayuno rápido, recibió un mensaje de texto de Pedri preguntándole si quería ir al cine con él más tarde.

Aunque en un principio se sorprendió por la invitación, decidió aceptarla y pasar una tarde divertida. Después de todo, necesitaba distraerse un poco antes de volver a su trabajo en el hospital.

Cuando llegó la hora, Pedri la recogió en su coche y condujeron hasta el cine. Laia notó que Pedri estaba un poco nervioso, pero intentó no prestarle demasiada atención. En el cine, disfrutaron de una película de acción y rieron juntos en algunas escenas cómicas.

Después de la película, mientras caminaban por el estacionamiento, Pedri se detuvo de repente y se volteó hacia Laia. Ella se sorprendió por el gesto, pero antes de que pudiera decir algo,

Pedri le confesó sus sentimientos.

- Laia, tengo que decirte algo - comenzó Pedri, su voz temblorosa. - No puedo evitar sentir que me estoy enamorando de ti. Sé que tienes a Vinicius, pero simplemente no puedo negar mis sentimientos por ti

Laia quedó sorprendida por la confesión de
Pedri, pero trató de ser amable con él.

- Pedri, aprecio mucho que me hayas invitado al cine hoy, pero tienes razón en que estoy comprometida con Vinicius. Quiero que sepas que eres un gran amigo y espero que podamos seguir siéndolo.

Pedri asintió con la cabeza y sonrió un poco avergonzado.

- Por supuesto, Laia. No quiero arruinar nuestra amistad. Solo tenía que sacarlo de mi sistema.

Después de un momento incómodo, Laia decidió que era hora de volver a casa. Pedri la llevó a su casa y se despidieron con un abrazo amistoso.

Laia se sintió aliviada de haber aclarado las cosas con Pedri y esperaba que pudieran seguir siendo amigos cercanos como antes.

Laia se sentía un poco confundida después de su cita con Pedri, así que decidió hablar con su hermano Ansu sobre lo sucedido.

- Ansu, ¿puedo hablar contigo? - preguntó Laia mientras se acercaba a su hermano.

- Claro, ¿qué pasa? - respondió Ansu, notando la seriedad en el tono de Laia.

- Fui al cine con Pedri y, no sé, siento que él puede haberse tomado las cosas de una forma diferente a la que yo esperaba - explicó Laia.

- ¿Qué quieres decir? - preguntó Ansu.
Pues... Pedri me dijo que le gustaba pasar tiempo conmigo y que se sentía muy bien a mi lado. Yo no sabía cómo responderle, así que simplemente dije que también me divertí - explicó Laia.

- Ah, entiendo - dijo Ansu, dándole un toque de aliento en el brazo. - Laia, a veces las personas pueden tener sentimientos diferentes a los nuestros. No tienes que corresponder a los sentimientos de Pedri si tú no sientes lo mismo.

- Lo sé, Ansu, pero no quiero hacerle daño. Él es un buen amigo y no quiero arruinar nuestra amistad - dijo Laia preocupada.

- Si Pedri es un buen amigo, comprenderá tus sentimientos. Además, eres una persona muy empática y sabrás encontrar la manera adecuada de hablar con él - aconsejó Ansu.

- Gracias, Ansu. Siempre sabes qué decir - sonrió Laia, sintiéndose un poco más tranquila.

- De nada, hermanita. ¿Y qué tal si hablamos de otra cosa? - sugirió Ansu. - Mañana tenemos un partido importante y necesitamos tu apoyo.

Laia sonrió, agradeciendo a su hermano por el cambio de tema. Juntos, empezaron a hablar sobre el partido y Ansu le contó sobre la estrategia que había preparado con sus compañeros de equipo. Laia se emocionó al escucharlo y se sintió feliz de tener a su hermano como apoyo en momentos difíciles.

FUERA DE JUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora