MADRID

4 1 0
                                    

Laia se había dormido en el coche de Vinicius mientras éste conducía hacia Madrid. El sonido del motor y el vaivén del coche la arrullaron hasta sumirla en un sueño profundo.

Vinicius condujo con cuidado, sin querer despertarla. Miraba de reojo a Laia, tan tranquila durmiendo en el asiento del copiloto. Le parecía increíble que fueran a vivir juntos en Madrid, después de cuatro años de relación a distancia donde tan solo se podían ver en las vacaciones o partidos donde Laia iba a verle. Se sentía muy afortunado de tenerla a su lado.

El trayecto era largo, pero Vinicius no se sentía cansado. Estaba emocionado por empezar una nueva vida con Laia. Pensó en todas las cosas que quería hacer juntos en Madrid.

Cuando finalmente llegaron a la casa de Vinicius ya que pasarían allí la noche para que él también pudiera empacar sus cosas, Vinicius aparcó el coche en el garaje. Laia seguía dormida, así que Vinicius la cogió en brazos con cuidado para llevarla a su habitación. La depositó con suavidad en la cama, quitándole los zapatos y cubriéndola con una manta.

Laia se movió un poco, pero siguió durmiendo. Vinicius la contempló un momento antes de salir de la habitación. Fue a la cocina a preparar algo de comer, sabiendo que Laia se despertaría con hambre después del largo viaje.

Mientras preparaba la comida, Vinicius pensó en lo mucho que quería a Laia.

Laia abrió los ojos y se encontró en una cama desconocida, se incorporó un poco y se dio cuenta de que estaba en la habitación de Vinicius. Se restregó los ojos y bostezó, todavía un poco somnolienta.

En ese momento, Vinicius entró en la habitación y la besó suavemente en los labios.

- Hola, mi amor - dijo sonriendo.

- Hola - respondió Laia, sonriendo también. - ¿Dónde estoy?

- En mi casa - respondió Vinicius, sentándose al borde de la cama. - ¿Cómo has dormido?

- Creo que muy bien - dijo Laia, mirando alrededor de la habitación. ¿Qué hora es?

- Son las 15 de la mañana - respondió Vinicius. - Pensé que podríamos tomar una comida juntos antes de que fuéramos a nuestra nueva casa

- ¡Suena bien! - dijo Laia, sonriendo. ¿Qué hay para comer?

- Hay un montón de cosas en la cocina - dijo Vinicius, levantándose de la cama y ayudando a Laia a levantarse también. ¿Tienes hambre?

- Un poco - admitió Laia, bostezando de nuevo.
Vinicius la estaba esperando en la mesa del comedor.

Laia se sentó y comenzó a comer, agradecida por tener a Vinicius a su lado en este nuevo capítulo de su vida.

Después de la comida, Vinicius cogió todas sus maletas y las metió en el coche. Se despidió de su casa para siempre. En el coche Vinicius tenía una mano en el volante y la otra en un muslo de laia, cada vez que podía la miraba.

Laia y Vinicius llegaron a su nueva casa en Madrid. Laia estaba emocionada por ver la casa que Vinicius había comprado para ellos. Cuando llegaron, se quedó asombrada por lo grande y hermosa que era la casa. Tenía dos pisos amplios, una piscina interior, un jardín con césped perfecto y una vista espectacular de la ciudad.

Laia no podía dejar de decir lo impresionante que era la casa, mientras Vinicius le mostraba cada rincón de la casa. Laia estaba particularmente emocionada por la piscina, diciendo que iba a pasar mucho tiempo allí nadando y relajándose.

Vinicius le mostró la habitación principal, que estaba en el segundo piso. También le mostró la sala de estar, la cocina y el comedor en la planta baja.

FUERA DE JUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora