Laia se despertó temprano en la mañana, emocionada por el nuevo comienzo que se avecinaba. Se levantó de la cama y miró por la ventana para ver el sol brillante que anunciaba un buen día. Vinicius todavía estaba durmiendo profundamente, pero Laia decidió no despertarlo todavía y comenzó a preparar las maletas y cajas para la mudanza.
Laia había estado haciendo planes para la mudanza a Madrid con Vinicius. Estaban ansiosos por comenzar una nueva vida en la capital española.
Mientras Laia empacaba, recordaba todo lo que dejaba atrás: su trabajo, su hermano y sus amigos. Pero sabía que todo valdría la pena por estar con Vinicius y comenzar su nueva vida juntos.
Vinicius se despertó y se unió a Laia en el proceso de empacar. Laia y Vinicius estaban rodeados de cajas y maletas abiertas. Laia había estado separando su ropa tratando de decidir qué llevarse y qué dejar atrás.
Vinicius estaba sentado en el suelo, doblando cuidadosamente la ropa de Laia y colocándola en una de las maletas. Laia estaba sentada en la cama, mirando fijamente hacia el vacío, tratando de decidir si realmente estaba lista para dejar su hogar y mudarse a Madrid.
- ¿Estás bien, cariño? - preguntó Vinicius, notando la expresión pensativa en el rostro de Laia.
- Sí, estoy bien - respondió Laia con una sonrisa forzada. Solo estoy un poco triste por dejar mi casa y a mi familia.
Vinicius dejó la ropa que estaba doblando y se acercó a Laia, abrazándola por detrás.
- Lo entiendo, amor. Pero recuerda que esto es solo el comienzo de una nueva aventura para nosotros. Juntos podremos hacer cualquier cosa.
Laia se sintió reconfortada por las palabras de Vinicius y se volvió para mirarlo a los ojos.
- Tienes razón. Estoy emocionada por comenzar esta nueva etapa de nuestras vidas juntos.
Vinicius le sonrió y le dio un beso suave en los labios.
- Eso es lo que quería escuchar. Ahora, ¿qué más tenemos que empacar?
Laia y Vinicius continuaron empacando sus pertenencias, hablando y riendo mientras recordaban algunos de sus momentos favoritos juntos. A medida que las cajas y maletas se llenaban, comenzaron a sentirse cada vez más emocionados por el futuro y por la vida que construirían juntos en Madrid.
Vinicius y Laia salieron de la casa para ir al hospital donde trabajaba Laia. Era un día triste para Laia porque estaba dejando su trabajo y a sus compañeros con quienes había compartido muchas experiencias.
Cuando llegaron al hospital, Laia se dirigió directamente a la oficina de la supervisora para informarle de que se estaba mudando a Madrid con Vinicius y dejar su puesto de trabajo. La supervisora, aunque triste por perder a una de sus mejores enfermeras, le deseó lo mejor a Laia y le agradeció por sus servicios.
Después de informar a la supervisora, Laia fue a la planta donde trabajaba para despedirse de sus compañeros. Fue una despedida corta, pero llena de lágrimas y abrazos. Laia se despidió de cada uno de sus compañeros con un gran abrazo, agradeciendo por todo lo que habían compartido y prometiendo mantenerse en contacto.
Vinicius se mantuvo cerca de Laia en todo momento, apoyándola y sosteniéndola cuando era necesario. Él entendía lo difícil que era para ella dejar todo atrás y comenzar una nueva vida en Madrid. Le aseguró que siempre estaría allí para ella y que juntos, podrían superar cualquier obstáculo.
Finalmente, Laia y Vinicius salieron del hospital, sabiendo que habían tomado la decisión correcta al mudarse juntos a Madrid. Se miraron el uno al otro y se dieron cuenta de que su amor era lo suficientemente fuerte.
Laia y Vinicius llegaron a casa de Laia y encontraron a Ansu en el sofá viendo un partido de fútbol en la televisión. Al ver a Laia, Ansu se levantó rápidamente y la abrazó fuerte.
- ¡Hermanita! ¿Ya te vas? - dijo Ansu con tristeza.
- Sí, Ansu. Me voy a Madrid con Vinicius - respondió Laia con lágrimas en los ojos.
- Lo sé, es una gran oportunidad para los dos. Pero me vas a hacer mucha falta, hermana.
-Yo también te voy a echar de menos, Ansu - dijo Laia con voz temblorosa.
- Tranquila, Laia. Siempre puedes venir a visitarme cuando quieras. Y yo también iré a Madrid - dijo Ansu con una sonrisa.
Después de despedirse de Ansu, Laia y Vinicius cargaron todas las maletas y cajas en el coche y se pusieron en marcha hacia Madrid. Laia estaba un poco nerviosa por el viaje en coche, pero Vinicius la tranquilizó y le habló de todo lo que podrían hacer en Madrid.
- Vamos a tener una nueva vida juntos, Laia. Una vida llena de aventuras y sueños por cumplir - dijo Vinicius con una mirada enamorada hacia Laia.
- Sí, Vinicius. Me encanta la idea de empezar una nueva vida contigo - respondió Laia sonriendo.
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FUERA DE JUEGO
RomansaLaia una chica de 22 años, cabello rubio, ojos verdes de piel blanca y suave, acaba de acabar su carrera de enfermería y va a empezar las prácticas en el hospital. Su hermano mayor es Ansu Fati, jugador del Barça. Los hermanos se quedaron sin padres...