Laia y Vinicius habían decidido ir a una de las discotecas más populares de la ciudad. Ambos estaban emocionados por la idea de bailar y pasar una noche inolvidable.
Laia estaba emocionada por la idea de ir a la discoteca con Vinicius. Sabía que era la oportunidad perfecta para lucir su ropa más sexy y hacer que Vinicius no pudiera quitarle los ojos de encima.
Mientras se arreglaba, Laia se puso un vestido ajustado que resaltaba sus curvas y unos tacones altos que hacían que sus piernas parecieran interminables. Cuando Vinicius entró en la habitación para verla, no pudo evitar quedarse boquiabierto.
- Estás increíble - dijo Vinicius, admirando la belleza de Laia. Ella sonrió y se acercó a él, pasando sus brazos alrededor de su cuello.
- Solo quería verte impresionado - le dijo ella mientras lo besaba suavemente.
Cuando llegaron a la discoteca, las luces parpadeantes y música fuerte, creando un ambiente vibrante y emocionante. Se acercaron a la barra para pedir algo de beber, y mientras esperaban, observaron la multitud.
Laia se dirigió directamente a la pista de baile no podía dejar de sonreír mientras bailaba sensualmente al ritmo de la música. Vinicius no podía dejar de admirarla.
En un momento, se acercó a ella y le susurró al oído: No puedo quitar los ojos de encima de ti. Estás tan hermosa y sexy.
Laia sonrió y lo besó apasionadamente Vinicius le volvió a susurrar al oído: ¿Quieres bailar? - Laia asintió emocionada.
Laia y Vinicius se encontraban bailando al ritmo de la bachata. Laia se dejó llevar por la música y se acercó más a Vinicius. El calor de sus cuerpos se sentía a través de la ropa y Laia se sintió eléctrica. Vinicius la rodeó con sus brazos y la acercó a él, manteniendo un ritmo constante y sensual.
Laia se sintió cómoda con Vinicius. Comenzó a moverse al ritmo de la música con más confianza, dejándose llevar por el momento.
Mientras bailaban, Vinicius se acercó más a Laia y la tomó por la cintura, pegando sus cuerpos aún más. Laia pudo sentir su respiración en su cuello y el corazón de Vinicius latiendo contra su pecho.
Ambos se miraron a los ojos y se sonrieron, sabiendo que estaban experimentando algo especial. Laia se sintió atraída por la fuerza y la seguridad que Vinicius emanaba, mientras que él se enamoró de la dulzura y la vulnerabilidad de Laia.
Continuaron bailando bachata, moviéndose juntos como si estuvieran en una danza perfecta. Laia sintió cómo el mundo desaparecía a su alrededor, dejando sólo a ella y a Vinicius. La música se hizo más intensa y sensual, y Laia cerró los ojos, disfrutando cada momento.
Finalmente, la canción terminó y Vinicius la miró a los ojos, y se rieron, llenos de felicidad.
Cuando la noche llegó a su fin, Laia y Vinicius se fueron de la discoteca, felices y satisfechos de haber tenido una noche increíble juntos. A medida que caminaban hacia el coche, Vinicius no podía evitar pensar en lo hermosa y sexy que era Laia, y en lo afortunado que se sentía de tenerla como su prometida.
Estaban regresando a casa en coche. Pero su noche se vio interrumpida cuando la policía los detuvo en un control de tráfico. Vinicius no había bebido alcohol, pero el policía comenzó a hacerle preguntas insinuando que él estaba borracho.
- ¿Ha estado bebiendo esta noche? - preguntó el policía a Vinicius con una actitud prejuiciosa.
- No, no he bebido nada - respondió Vinicius con voz firme.
El policía lo miró con desconfianza, pero Laia, que estaba sentada en el asiento del pasajero, intervino: - Oficial, ¿hay algún problema? Vinicius no ha bebido nada esta noche.
El policía se volvió hacia Laia, sorprendido de que ella hablara.
- No hay ningún problema - dijo el policía con una actitud despectiva. Solo estoy haciendo mi trabajo.
Laia no se dejó intimidar.
- Su trabajo no es hacer suposiciones infundadas sobre su estado de sobriedad - le dijo ella al policía con valentía.
El policía parecía desconcertado por la firmeza de Laia.
- ¿Y usted es la prometida de este hombre? - preguntó el policía, mirando a Laia con desprecio.
- Sí, soy su prometida - respondió Laia, sintiendo la hostilidad del oficial.
- ¿Cómo es que alguien como usted, de piel blanca, está comprometida con alguien de piel oscura? - se burló el policía.
Laia se sintió furiosa e indignada.
- ¿Qué tiene que ver el color de piel con el amor y el compromiso? ¿Cree que el amor solo puede existir entre personas del mismo color de piel? ¿Es eso lo que enseñan en la academia de policía?.
El policía se quedó en silencio. Laia continuó hablando, sin darle la oportunidad de responder.
- Su trabajo es proteger y servir, no juzgar a las personas por su apariencia o prejuicios. Espero que pueda reflexionar sobre su comportamiento y hacer su trabajo de manera justa y sin prejuicios - dijo Laia con voz firme.
El policía asintió con la cabeza y les devolvió los documentos. Laia y Vinicius se alejaron del lugar, sintiéndose aliviados y decepcionados por la actitud del policía.
- Lo siento mucho por lo que pasaste - dijo Vinicius, tomándole la mano a Laia.
- No tienes nada que disculparte, mi amor - respondió Laia con una sonrisa. Siempre estaré a tu lado, no importa qué.
A pesar de la experiencia desagradable, Vinicius sintió su amor por Laia.
Después de la experiencia con la policía, Laia y Vinicius estaban contentos de estar de vuelta en su hogar. Se cambiaron rápidamente y se prepararon para acostarse. Vinicius se quitó la camisa y los pantalones y se tumbó en la cama, mientras Laia se cambió en el baño.
Cuando Laia salió del baño, se encontró con Vinicius detrás de ella, abrazándola por la espalda. Le preguntó si lo amaba menos por su color de piel. Laia lo besó suavemente y le respondió que lo amaba tal y como era, y que su color de piel no tenía nada que ver con su amor por él.
Vinicius se sintió aliviado y feliz por la respuesta de Laia. La tomó en sus brazos y la llevó a la cama, acurrucándose juntos y abrazándose.
- Te amo, Laia - susurró Vinicius mientras acariciaba su cabello.
- También te amo, Vinicius - respondió Laia, sonriendo y apoyando su cabeza sobre el pecho de él.
Se quedaron así por un rato, disfrutando de la compañía del otro y del amor que compartían.
Finalmente, cerraron los ojos y se quedaron dormidos juntos, sintiendo la felicidad y la tranquilidad de estar en los brazos de su ser amado.
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FUERA DE JUEGO
RomanceLaia una chica de 22 años, cabello rubio, ojos verdes de piel blanca y suave, acaba de acabar su carrera de enfermería y va a empezar las prácticas en el hospital. Su hermano mayor es Ansu Fati, jugador del Barça. Los hermanos se quedaron sin padres...