Laia y Vinicius se encontraban en la habitación, cada uno en un lado de la habitación, arreglándose para su última cena en la luna de miel. Laia estaba poniéndose su mejor vestido, mientras Vinicius terminaba de peinarse y ponerse su mejor traje.
Laia se acercó a Vinicius para ayudarlo a abrochar los botones de su camisa. Él la miró con cariño y le tomó las manos.
- Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida -le dijo Vinicius sonriendo.
- Y tú eres el hombre más guapo que he conocido -respondió Laia sonrojada.
Vinicius tomó una caja que estaba sobre la cama y se la entregó a Laia. Ella la abrió con curiosidad y dentro encontró un hermoso collar de diamantes.
- Es hermoso -exclamó Laia emocionada-. ¿Dónde lo conseguiste?
- Lo compré en una joyería de la ciudad -respondió Vinicius con una sonrisa-. Quería que tuvieras algo especial para recordar nuestra luna de miel.
Laia lo besó con dulzura, y Vinicius la abrazó fuertemente. Luego se separaron para terminar de arreglarse.
Cuando ambos estuvieron listos, Vinicius tomó la mano de Laia y la llevó hacia la terraza. La mesa estaba decorada con pétalos de rosa y velas encendidas.
- Espero que te guste -dijo Vinicius sonriendo.
- Es hermoso -respondió Laia impresionada-. No puedo creer que hayas hecho todo esto.
Vinicius la ayudó a tomar asiento y luego se sentó a su lado.
Durante la cena, Laia y Vinicius hablaron de sus planes para el futuro y de todo lo que habían disfrutado durante su luna de miel. Después de cenar, se quedaron un rato más en la terraza, disfrutando del aire fresco y las vistas.
Vinicius tomó la mano de Laia y la llevó a la habitación del hotel. Se acostaron en la cama y se abrazaron.
- Ha sido una luna de miel maravillosa -dijo Laia con una sonrisa.
- Sí, ha sido increíble -respondió Vinicius-. Pero lo mejor de todo es que estoy casado con la mujer más hermosa y maravillosa del mundo.
Laia lo besó con dulzura, y Vinicius la abrazó fuertemente. Sabían que pronto tendrían que volver a la realidad, pero por ahora querían disfrutar de su amor y de su luna de miel.
Laia y Vinicius ya estaban en pijama, listos para ir a la cama después de una cena romántica en la terraza de su casa en las Maldivas. Mientras se preparaban para dormir, Vinicius notó que Laia parecía un poco enferma.
- ¿Te sientes bien, mi amor? - preguntó Vinicius, mientras se sentaba en la cama junto a ella.
- No sé, he estado mareada y con ganas de vomitar todo el día - respondió Laia con un suspiro.
Vinicius se preocupó.
- ¿Quieres que llame a un médico?
- No, no creo que sea nada grave - dijo Laia con una sonrisa. Solo necesito descansar un poco.
Vinicius asintió, pero no estaba completamente convencido.
- ¿Estás segura? Solo quiero estar seguro de que estás bien.
Laia lo miró a los ojos y le dio un beso suave.
- Estoy bien, no te preocupes tanto.
Pero Vinicius no pudo evitar preocuparse.
Vinicius se despertó un poco aturdido y miró a su alrededor. La habitación estaba en penumbras y el reloj digital en su mesita de noche marcaba las 5:00 am. Bostezó y se frotó los ojos, tratando de despertarse completamente. Fue entonces cuando notó una pequeña caja en su mesita de noche.Se frotó los ojos de nuevo, tratando de aclarar su visión, y examinó la caja con curiosidad.
Laia, que estaba acurrucada a su lado, se despertó al sentir sus movimientos. Lo miró y sonrió, esperando a que abriera la caja. Vinicius, todavía medio adormilado, abrió la caja y sacó una prueba de embarazo positiva y un pequeño papel que decía:
"¡Voy en camino, papá!"
Vinicius se quedó mirando la prueba de embarazo con sorpresa y felicidad mientras Laia le miraba con los ojos brillantes. Finalmente, Vinicius rompió el silencio.
- ¿Esto es real? - preguntó con una sonrisa de oreja a oreja.
- Sí, mi amor - respondió Laia, con lágrimas en los ojos.
- ¿En serio? ¿Estás segura? - preguntó Vinicius, sintiendo como si su corazón estuviera a punto de explotar de felicidad.
- Vinicius, estoy embarazada - dijo Laia con una sonrisa en su rostro.
- ¡Vamos a tener un bebé! - exclamó Vinicius, todavía emocionado.
- Sí, Vinicius, vamos a ser padres - dijo Laia, acurrucándose contra él.
Vinicius no podía creerlo. Había soñado con ser padre y ahora, finalmente, se estaba haciendo realidad. Abrazó a Laia con fuerza, con lágrimas de felicidad en los ojos.
- Te amo, Laia. Te amo tanto - dijo Vinicius emocionado.
- Te amo más, Vinicius. Y no puedo esperar a tener a nuestro bebé - respondió Laia con una sonrisa.
La pareja se abrazó en la cama, felices y emocionados por lo que estaba por venir.
Laia y Vinicius habían disfrutado de unas vacaciones increíbles en su luna de miel. Ahora, era hora de regresar a casa. Con sus maletas listas, se dirigieron hacia el aeropuerto.
Laia se sentía un poco triste de tener que dejar el hermoso destino donde habían pasado su luna de miel, pero también estaba emocionada de volver a casa
Cuando llegaron a Madrid, caminaban hacia su coche, Laia notó a alguien familiar al fondo. Era Vanessa, la chica que había intentado separar a Laia y Vinicius. Laia se quedó quieta y se lo señaló a Vinicius.
Vinicius notó la incomodidad de Laia y la rodeó con su brazo mientras caminaban hacia su coche.
- No te preocupes, mi amor - le dijo Vinicius. Ella ya no significa nada para mí. Lo importante es que estamos juntos y nos amamos.
Pero antes de que pudieran subir al coche, Vanessa se acercó a ellos.
- Hola, Laia, Vinicius - dijo con una sonrisa falsa. Me alegro de ver que todavía están juntos.
Laia apretó la mano de Vinicius con fuerza, pero él mantuvo la compostura.
- Sí, todavía estamos juntos y más fuertes que nunca - respondió Vinicius con una sonrisa en su rostro.
Vanessa frunció el ceño, pero no se rindió.
- Bueno, solo quería decirles que si alguna vez necesitan un amigo, estoy aquí para ustedes - dijo.
Laia sintió una mezcla de ira y tristeza.
- No necesitamos amigos como tú - respondió con firmeza. Gracias, pero ya tenemos suficientes amigos de verdad.
Vinicius abrió la puerta del coche para que Laia pudiera subir.
- Lo siento, Vanessa, pero tenemos que irnos - dijo antes de cerrar la puerta y subir al asiento del conductor.
Mientras conducían hacia su casa, Laia se sentía aliviada de haber dejado atrás a Vanessa.
Vinicius la tomó de la mano y le dijo:
- No te preocupes por ella, mi amor. Lo importante es que estamos juntos y nada ni nadie nos va a separar.
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FUERA DE JUEGO
RomanceLaia una chica de 22 años, cabello rubio, ojos verdes de piel blanca y suave, acaba de acabar su carrera de enfermería y va a empezar las prácticas en el hospital. Su hermano mayor es Ansu Fati, jugador del Barça. Los hermanos se quedaron sin padres...