Ansu estaba sentado en el vestuario del Barça, con la cabeza gacha y un semblante triste. Sus amigos del equipo, Pedri, Gavi, Ferran y Balde se acercaron a él y le preguntaron qué le pasaba.
- ¿Qué te pasa, Ansu? -preguntó Pedri preocupado-. Pareces triste.
- Es que quiero ver a mi hermana Laia, pero no he tenido tiempo de ir a Madrid -respondió Ansu con un suspiro.
- ¿Y por qué no esperas a que vayamos a jugar contra el Real Madrid la próxima semana? -propuso Ferran.
- Sí, seguro que Laia estará en el estadio animando a Vinicius y a ti -añadió Gavi.
Ansu alzó la cabeza y sonrió ante la idea de ver a su hermana en el partido más importante de la temporada. Sabía que Laia no se perdería por nada del mundo un partido contra el Real Madrid y que estaría allí apoyándolo a él y a Vinicius.
- Tienes razón, chicos -dijo Ansu, animado-. Gracias por recordármelo. Estoy deseando ver a mi hermana y compartir este momento con ella.
- ¡Eso está mejor! -exclamó Balde, dándole un golpe en el hombro-. Ahora vamos a concentrarnos en ganar este partido.
Ansu asintió con la cabeza y se preparó para salir al campo, sintiéndose mucho más animado gracias al apoyo de sus amigos y la idea de reencontrarse con su hermana en el estadio del Real Madrid.
Laia estaba en el coche camino al hospital, ya eran las 9 de la noche y decidió llamar a su hermano Ansu para felicitarlo por la victoria del Barça contra el Betis. Ansu estaba muy emocionado por la victoria y agradeció a Laia por la llamada.
- Laia, ¿cómo estás? ¿Cómo va todo con Vinicius? - preguntó Ansu preocupado.
Estoy bien, Ansu. La verdad es que he estado muy ocupada con el trabajo y no hemos podido vernos en estos días. Me siento un poco triste por eso
- Lo entiendo, hermana. Pero no te preocupes, el próximo partido del Barça es contra el Real Madrid puedes venir, sería genial verte
Laia se emocionó con la idea y prometió intentar hacer todo lo posible para asistir.
Finalmente llegó al hospital y se preparó para su turno en la unidad de oncología pediátrica.
Vinicius se movía de un lado a otro en el campo, pero su mente estaba en otro lugar. Estaba triste y preocupado por no poder ver a Laia cómo le gustaría. Valverde, su mejor amigo y compañero de equipo, notó su tristeza y se acercó a él.
- ¿Qué pasa, hermano? Pareces muy triste hoy -dijo Valverde.
- Es solo que extraño a Laia -respondió Vinicius con un suspiro-. Odio estos horarios, no nos dejan tiempo para estar juntos.
- Lo sé, amigo -asintió Valverde-. Pero mira el lado positivo, solo quedan tres días para el partido contra el Barça, quizás Laia pueda venir a apoyarte.
- Lo dudo -dijo Vinicius con pesar-. Tiene turnos de noche en el hospital y está muy ocupada. No quiero que se sienta obligada a venir al partido.
Valverde puso una mano en el hombro de Vinicius para animarlo.
- Siempre ha estado ahí para apoyarte en todo, no creo que esta vez sea diferente. Además, seguro que Laia encontrará la manera de estar allí para ti. Confía en ella.
Vinicius asintió con una sonrisa.
- Tienes razón, hermano. Gracias por tus palabras, siempre me das ánimos cuando los necesito.
- Eso es lo que los amigos hacemos -respondió Valverde con una sonrisa.
Vinicius se sintió mejor después de hablar con Valverde. Sabía que Laia hacía todo lo posible para estar allí para él, y confiaba en que encontrarían la manera de estar juntos en el partido.
Laia salió del hospital con un gran cansancio después de trabajar toda la noche en su turno. Mientras caminaba hacia su coche, notó que alguien se acercaba a ella. Era Valverde, el compañero de equipo de su prometido Vinicius. Laia se sorprendió al verlo allí.
- ¿Valverde? ¿Qué haces aquí? - preguntó Laia.
- Lo siento, no quise asustarte - dijo Valverde. Solo quería asegurarme de que estuvieras bien. ¿Has visto a Vinicius últimamente?
- No, no he podido verlo en unos días debido a mi trabajo en el hospital - respondió Laia con tristeza.
- Lo sé, y es por eso que vine a verte. Vinicius no está en su mejor momento en los entrenamientos. Está cansado y flojo, y todos estamos preocupados por él - explicó Valverde. Pero creo que si estás allí para animarlo, eso podría hacer una gran diferencia.
Laia se sintió conmovida por la preocupación de Valverde y le explicó que ya tenía planeado asistir al partido como una sorpresa para Vinicius. Le dijo que el día siguiente sería su último turno nocturno y que, por fin, podría ver a Vinicius más a menudo.
- ¡Genial! Vinicius va a estar emocionado cuando lo veas - exclamó Valverde con una sonrisa.
Laia agradeció a Valverde por su preocupación y se despidió. Mientras se dirigía a su coche, no podía evitar sentirse emocionada de ver a Vinicius en el próximo partido y de apoyarlo como siempre lo había hecho.
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FUERA DE JUEGO
RomansLaia una chica de 22 años, cabello rubio, ojos verdes de piel blanca y suave, acaba de acabar su carrera de enfermería y va a empezar las prácticas en el hospital. Su hermano mayor es Ansu Fati, jugador del Barça. Los hermanos se quedaron sin padres...