DESCONFIANZA

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Laia se despertó sobresaltada por el ruido del timbre. Miró el reloj y vio que eran las 12 de la mañana. Se acercó a la puerta y miró por la mirilla. Vio a una chica desconocida.

- ¿Sí? -preguntó Laia con cautela.

- Hola, ¿está Vinicius? -preguntó la chica con una sonrisa.

Laia se sorprendió por la pregunta. ¿Quién era esa chica y cómo sabía ella que Vinicius vivía allí?

- Sí, él está aquí -respondió Laia.

En ese momento, Vinicius salió de la habitación, también en pijama.

- ¿Qué pasa, cariño? -preguntó Vinicius, confundido.

- ¿Tú eres Vinicius? -preguntó la chica.

- Sí, soy yo -respondió Vinicius, todavía confundido.

La chica sacó un anillo de compromiso de su bolsillo y se lo mostró a Laia.

- Vinicius me dio esto hace una semana. Me dijo que quería pasar el resto de su vida conmigo -dijo la chica.

Laia se quedó en shock al escuchar esas palabras. Miró a Vinicius, que también parecía sorprendido y confundido.

- Lo siento, pero hay un error -dijo Laia con voz temblorosa-. Vinicius es mi esposo.

- ¿Esposo? -preguntó la chica, sorprendida-. Pero, ¿cómo puede ser? Él me dijo que estaba soltero.

Vinicius intervino en ese momento. Laia estaba completamente destrozada. No podía creer que Vinicius le hubiera sido infiel, aunque él se esforzaba por negarlo y explicarle que todo era una confusión. La chica seguía insistiendo en que Vinicius le había dado un anillo de compromiso, lo que dejaba a Laia con muchas dudas e inseguridades.

Vinicius intentaba explicarle que no conocía a esa chica, que todo debía ser un malentendido, pero Laia no quería escucharlo. Ella estaba demasiado dolida y enfadada como para creerle. Y su rechazo a las palabras de Vinicius solo aumentaba su enfado. Finalmente, Vinicius explotó.

- ¿Cómo puedes desconfiar de mí después de todo lo que hemos pasado juntos? - le preguntó, visiblemente frustrado. Llevamos cuatro años de relación, estamos a punto de casarnos y tú aún dudas de mí. No puedo creerlo.

Vinicius estaba tan enfadado que se fue al entrenamiento sin decir nada más. En el camino, su mente seguía repitiéndole las mismas palabras de frustración y dolor.

- ¿Cómo puede Laia desconfiar de mí así Después de todo lo que hemos pasado juntos, ¿cómo puede pensar que le sería infiel?

Llegó al entrenamiento y se preparó para la sesión de entrenamiento, pero no pudo concentrarse. La imagen de Laia llorando se repetía en su mente, haciéndolo sentir aún peor.

Vinicius llegó a casa después del entrenamiento, cansado y enfadado todavía por la discusión con Laia. Buscó en todas las habitaciones, pero no encontró a Laia en ninguna parte. Al principio, pensó que tal vez ella había ido a trabajar en el hospital, pero luego encontró una carta en la mesa de la cocina.

Vinicius la tomó con manos temblorosas y empezó a leer. Las palabras de Laia le golpearon como un martillo. La carta explicaba que Laia se había vuelto a Barcelona y que había dejado el anillo de compromiso que él le había dado en su cama.

Vinicius no podía creer lo que estaba leyendo. Se sentó en la silla de la cocina, abrumado por la tristeza y la decepción. Todas las ilusiones que habían construido juntos, toda la felicidad que habían compartido, se habían desvanecido en un instante. Se preguntaba cómo había llegado a este punto, cómo había dejado que una situación tan tonta arruinara todo lo que habían construido juntos.

Vinicius se levantó y fue a la habitación, encontrando el anillo de compromiso sobre la cama. Lo tomó en sus manos, mirando fijamente la piedra. Recordó el día en que lo compró, pensando en cómo haría la propuesta perfecta.

Ahora, todo parecía una broma cruel. Vinicius cayó en la cama, desconsolado y sin saber qué hacer. Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras recordaba todos los buenos momentos que había compartido con Laia. No podía imaginar su vida sin ella, pero ahora parecía que eso era exactamente lo que tendría que hacer.

Se quedó dormido, abrazando el anillo de compromiso y pensando en todas las formas en que había fallado en su relación con Laia.

Vinicius estaba furioso. Después de la discusión con Laia y la desaparición de su prometida, solo tenía una cosa en mente: encontrar a la chica que se presentó en su casa y le mostró el anillo de compromiso que él nunca había dado. Él sabía quién era, era la chica que siempre intentó conquistarlo y separarlo de Laia.

Después de varias horas buscando, Vinicius finalmente la encontró en un café. Vinicius se acercó a ella con paso firme.

- ¿Por qué lo has hecho? -preguntó Vinicius, molesto.

Vinicius no creía nada de lo que decía Vanessa, la chica. Sabía que ella era capaz de todo para conseguir lo que quería.

- ¿Qué es lo que quieres, entonces? -le preguntó Vinicius, con la voz ronca.

La chica lo miró diciéndole que solo estaba tratando de ayudar a Laia a ver la realidad. Pero Vinicius no quería escucharla. Se había cansado de las mentiras y las falsedades.

- No quiero volver a verte cerca de Laia ni de mí -le dijo Vinicius con dureza-. Si te acercas a nosotros de nuevo, tendrás problemas graves.

La chica se quedó en silencio, asustada por la amenaza. Vinicius respiró profundamente, tratando de controlar la ira que lo invadía.

Vinicius estaba desesperado por recuperar a Laia, pero sabía que no podía dejar su carrera como futbolista en segundo plano. Los entrenamientos para la final de la Champions eran muy importantes y no podía perder el enfoque. Aun así, intentaba comunicarse con Laia por todos los medios posibles, pero no recibía respuesta alguna.

FUERA DE JUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora