DESCANSO

8 1 0
                                    

Vinicius estaba muy preocupado por Laia, sabía que el estrés no era bueno para el embarazo y el incidente de la noche anterior había sido muy estresante para ella. Él quería asegurarse de que ella estuviera bien y cómoda en todo momento.

Después de hacerle el desayuno a Laia, Vinicius se sentó a su lado en el sofá y le acarició el pelo suavemente.

- ¿Cómo te sientes mi amor? - le preguntó.

Laia suspiró y apoyó la cabeza en el hombro de Vinicius.

- Estoy cansada y asustada, pero gracias por estar aquí conmigo. Me haces sentir mejor - dijo ella.

- Siempre estaré aquí contigo, mi amor. No te preocupes por nada, yo cuidaré de ti y de nuestro bebé - respondió Vinicius con ternura.

Laia sonrió y tomó la mano de Vinicius.

- Gracias, eres el mejor esposo que podría pedir.

Vinicius le dio un beso en la frente.

- Ahora quiero que te relajes y descanses un poco. ¿Quieres que te traiga algo de comer o beber?

Laia asintió y Vinicius se levantó para prepararle un batido de frutas frescas. Mientras ella descansaba en el sofá, él se encargó de hacer algunas llamadas y ponerse en contacto con un cerrajero para asegurar mejor su casa.

Laia se quedó dormida en el sofá y Vinicius la cubrió con una manta. Él se sentó a su lado y la miró dormir, prometiéndose a sí mismo que nunca permitiría que algo así volviera a suceder y que siempre protegería a su familia con todo lo que tenía.

Vinicius subió corriendo las escaleras, preocupado por el grito de Laia. Al entrar en la habitación, Laia estaba acostada en la cama con una sonrisa en su rostro y sus manos sobre su vientre.

- ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? - preguntó Vinicius, acercándose a la cama.

- ¡Nuestro bebé ha dado patadas por primera vez! - dijo Laia emocionada, mientras tomaba la mano de Vinicius y la ponía sobre su barriga para que pudiera sentir las patadas.

Vinicius sintió el movimiento y una oleada de emoción lo invadió. Miró a Laia y le besó suavemente la frente.

- ¡Es increíble! ¡Nuestro bebé está creciendo tan rápido! - dijo Vinicius, con una sonrisa en su rostro.

Laia asintió con la cabeza, feliz y emocionada. Vinicius sabía que el embarazo de Laia había sido difícil, y que la noche anterior no había ayudado en nada. Pero en ese momento, todo parecía estar bien.

Vinicius recibió la llamada de su entrenador, quien le informó que tenían una reunión en el Estadio Santiago Bernabéu para recibir la lista de los partidos de septiembre. Vinicius estaba emocionado por poder planear su agenda y prepararse para los próximos partidos. Sin embargo, también se preocupó por dejar sola a su esposa.

Después de hablar con Laia, decidió llevarla consigo a la reunión en el estadio. Cuando llegaron, los jugadores los recibieron con entusiasmo y curiosidad, los jugadores le preguntaron sobre su embarazo. Laia estaba encantada de hablar sobre el bebé.

Después de una larga tarde en el Bernabéu, Vinicius y Laia finalmente estaban de vuelta en casa. Vinicius no podía evitar mirar a Laia, quien estaba sentada en el asiento del copiloto, con su hermosa barriga de embarazada.

- Estás preciosa, mi amor - dijo Vinicius mientras ponía una mano en el muslo de Laia.

Laia sonrió y le acarició la mano.

- Gracias, mi amor. No puedo creer que nuestro bebé vaya a ser un niño.

- Será el mejor jugador de fútbol del mundo - bromeó Vinicius.

Laia rió y luego se puso seria.

- Vinicius, ¿crees que podrás manejar tu carrera y ser un buen padre al mismo tiempo?

Vinicius suspiró y se detuvo en un semáforo en rojo.

- Es una pregunta difícil, Laia. Pero haré todo lo posible para estar ahí para ti y para nuestro hijo. Y sé que tú también serás una gran madre.

Laia sonrió y se acercó a él para darle un beso en la mejilla.

- Te amo, Vinicius.

- Te amo más, mi amor - respondió Vinicius mientras aceleraba cuando el semáforo cambió a verde.

- Ahora, hablemos sobre lo que vamos a cenar esta noche.

Después de cenar, Laia estaba de muy buen humor y le pidió a Vinicius que bailara bachata con ella. Vinicius la miró con una sonrisa y aceptó encantado. Pero cuando Laia intentó pegarse a él para bailar como solían hacerlo, se dio cuenta de que su barriga de embarazada se lo impedía.

Vinicius notó la frustración en el rostro de Laia y rápidamente decidió una solución. La abrazó por detrás, poniendo sus manos alrededor de su cintura, y comenzaron a bailar juntos moviendo sus caderas al ritmo de la música.

Laia se sintió más cómoda y feliz bailando con su esposo de esta manera, sintiendo su cuerpo y su presencia protectora detrás de ella. Vinicius la sostuvo con firmeza mientras bailaban, asegurándose de que ella no se lastimara a pesar de la barriga de embarazo.

Después de un rato, Laia se detuvo y giró para darle un beso a Vinicius, agradecida por hacerla sentir bien y hacer lo posible para satisfacer sus deseos. Ambos sonrieron y se tomaron de las manos, listos para pasar el resto de la noche juntos.

FUERA DE JUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora