CORAZON ROTO

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Laia se levantó temprano en la mañana, como siempre lo hacía, para ir a trabajar en su planta de oncología pediátrica en el hospital. Era una tarea que requería mucho esfuerzo emocional, pero era algo que Laia amaba hacer. Durante el camino, decidió llamar a su novio Vinicius para hablar sobre los planes que habían hecho juntos para su próxima cita.

Mientras hablaban, Laia notó una extraña tensión en la voz de Vinicius. Después de unos minutos, escuchó una voz femenina al otro lado de la línea. Al principio, pensó que era una equivocación, pero luego la voz femenina habló directamente con Vinicius. Laia se sintió inmediatamente insegura y triste, lo que la llevó a colgar el teléfono abruptamente.

Laia llegó al hospital, pero no pudo concentrarse en su trabajo. Su mente estaba en su conversación con Vinicius y en la extraña voz femenina que había escuchado. No podía evitar sentir una sensación de traición, lo que la hacía sentir mal consigo misma.

A pesar de todo, Laia trató de mantenerse enfocada en su trabajo, ayudando a los niños que necesitaban su ayuda. Aunque era difícil, Laia estaba determinada a no dejar que sus problemas personales afectaran su dedicación a su trabajo.

Sin embargo, Vinicius no estaba dispuesto a dejar que la situación empeorara sin hacer nada al respecto.

Durante todo el día, Vinicius intentó llamar y enviar mensajes a Laia para explicarle lo que había sucedido. Él estaba desesperado por explicarle la verdad, pero Laia se negaba a responder a sus llamadas o mensajes.

Vinicius se sintió muy frustrado y confundido por la falta de respuesta de Laia. Él sabía que había cometido un error, pero no podía entender por qué Laia se negaba a escuchar su explicación.

Después de cuatro días de no haber hablado con Vinicius, Laia estaba sintiéndose bastante sola y triste. A pesar de que sabía que había sido un poco irracional al colgarle el teléfono a Vinicius, todavía se sentía herida y decepcionada por lo que había sucedido.

Decidió llamar a Gavi, un amigo cercano de su hermano Ansu, para hablar de lo que estaba pasando. Aunque al principio se sentía un poco incómoda hablando con alguien que no era Vinicius.

Laia, pronto se dio cuenta de que Gavi era un oyente comprensivo y empático.

Laia le contó todo lo que había sucedido con Vinicius y cómo se sentía al respecto. Le explicó lo mucho que le dolía haber escuchado a otra mujer en el teléfono y cómo eso había desencadenado sus inseguridades y miedos. Gavi la escuchó atentamente y le brindó su apoyo.

Le recordó a Laia que ella era una persona increíble y que merecía ser tratada con respeto y consideración. También le dijo que, aunque era normal sentirse insegura en una relación, no debía permitir que ese miedo la controlara.

Después de hablar con Gavi, Laia se sintió mucho mejor. Aunque todavía no había resuelto sus problemas con Vinicius, se sintió reconfortada al tener a alguien que la escuchaba y apoyaba. También se dio cuenta de que no estaba sola en sus sentimientos y que muchas personas pasan por situaciones similares en sus relaciones.

Vinicius se encontraba destrozado. Desde que Laia le había colgado el teléfono, no había logrado comunicarse con ella. Había intentado llamarla y enviarle mensajes, pero no había recibido respuesta alguna. Se sentía desesperado y no sabía qué hacer para arreglar las cosas con ella.

Fue entonces cuando su amigo Valverde, quien había sido su compañero durante años, decidió acercarse a él para ver cómo estaba. Valverde notó que Vinicius se veía muy mal y le preguntó qué le estaba pasando. Vinicius le contó todo lo que había sucedido con Laia y cómo se sentía.

Valverde escuchó con atención y luego le dijo a Vinicius que necesitaba levantar el ánimo y salir a divertirse un poco. Le sugirió que fueran a jugar al fútbol, ya que sabía que eso era algo que a Vinicius le despejaba.

Al principio, Vinicius se mostró reacio, ya que no tenía ganas de hacer nada, pero finalmente aceptó la oferta de su amigo. Jugar al fútbol lo ayudó a distraerse y a pensar en otras cosas por un rato. Se sintió liberado al tener la mente ocupada en un juego en lugar de sus problemas personales.

Después del partido, Valverde llevó a Vinicius a un bar cercano para tomar algo. Le dijo que era importante que no se sintiera solo y que estuviera rodeado de amigos. Vinicius agradeció el gesto y comenzó a relajarse un poco.

Valverde también le recordó a Vinicius que tenía que hablar con Laia sobre lo que estaba sucediendo. Le dijo que era importante que se comunicara con ella y le explicara cómo se sentía. Vinicius se dio cuenta de que su amigo tenía razón y que no podía dejar que las cosas se fueran por el desagüe sin luchar por su relación.

FUERA DE JUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora