Laia se despertó temprano en la mañana, sintiendo el calor del cuerpo de Vinicius junto al suyo. Abrió los ojos y sonrió al verlo durmiendo plácidamente a su lado. Recordó lo bien que la había hecho sentir la noche anterior y decidió sorprenderlo con un desayuno romántico.
Se levantó sigilosamente de la cama para no despertarlo y preparó una bandeja con pan tostado, mermelada, frutas frescas y jugo de naranja recién exprimido. Luego volvió a la habitación y despertó a Vinicius con un beso en los labios.
- Buenos días, mi amor -dijo ella.
Vinicius se despertó sonriendo y se sorprendió al ver el desayuno.- Vaya sorpresa, ¿esto es para mí? -preguntó él.
- Sí, quería hacerte algo especial para empezar bien el día -respondió Laia.
Vinicius la abrazó y la besó con pasión. Después de desayunar juntos, decidieron pasar el día juntos. Salieron a dar un paseo por la ciudad, fueron al cine y comer en un restaurante italiano que les gustaba mucho.
Laia estaba nerviosa por la noche, ya que se enfrentaban el Real Madrid contra él Barça, y su novio Vinicius jugaba en el equipo blanco mientras que su hermano Ansu estaba en el equipo rival. A pesar de que ella siempre intentaba mantenerse neutral, no podía evitar sentir cierta tensión en el ambiente.
Cuando llegaron al estadio, Laia se sentó en la primera fila de las gradas. Pocos minutos después, Ansu se acercó a ella para preguntarle cómo estaba.
- Estoy bien, gracias. Solo un poco nerviosa por el partido -respondió ella.
- Lo entiendo, pero no te preocupes, será un buen juego -dijo Ansu sonriendo.
Poco después, Vinicius apareció en el campo y Laia sintió una oleada de emoción al verlo.
El partido estaba muy reñido y ambos equipos estaban luchando duro por la victoria.De repente, Laia vio cómo uno de los jugadores del Barça hizo una trabanqueta a Vinicius, haciendo que cayera al suelo. Laia se preocupó por su novio y se levantó de su asiento, intentando ver si estaba bien.
Vinicius se levantó rápidamente y, aunque cojeaba un poco, parecía estar bien. Laia respiró aliviada, pero al mismo tiempo sintió una punzada de enojo hacia el jugador del Barça que hizo la falta. Ella no lo conocía, pero estaba segura de que era uno de los jugadores con el número 8.
Laia mordió su lengua para no decir nada en ese momento, ya que no quería armar un problema en medio del partido. Pero por dentro, se sentía muy frustrada por lo que acababa de suceder.
Ella sabía que el fútbol era un deporte de contacto, pero cuando veía a su novio en el suelo, su instinto de protección salía a la luz.
Vinicius continuó jugando y aunque cojeaba un poco, parecía estar bien. Laia seguía viendo el partido con mucha atención, preocupada por lo que pudiera pasar. Afortunadamente, el partido terminó sin ninguna lesión grave.Después del partido, Laia y Vinicius se reunieron en el vestuario del Real Madrid. Laia abrazó a su novio y le preguntó si estaba bien.
- Sí, amor, estoy bien -respondió Vinicius-. Fue solo una falta, nada grave.Laia respiró aliviada y se sintió agradecida por tener a Vinicius a su lado. Aunque había sentido mucha rabia hacia el jugador del Barça que hizo la falta, decidió mantener su enojo bajo control.
- Me alegra que estés bien, cariño -dijo ella.
Vinicius le dio un beso suave en los labios y la abrazó con fuerza. Laia se sintió segura en sus brazos y supo que, aunque el fútbol pudiera ser un deporte violento a veces, ella estaba dispuesta a apoyar a su novio en todo momento.
Laia seguía enojada con el número 8 del Barça por la falta que le había hecho a su novio. Así que decidió ir a buscarlo y enfrentarlo cara a cara.
Cuando finalmente lo encontró, lo primero que hizo fue sacarle las cosas en cara.
- ¿Cómo te atreves a hacerle eso a Vinicius? ¡Estuvo a punto de lastimarse gravemente por tu culpa! - gritó Laia, mientras el chico la miraba fijamente con unos ojos que le brillaban.
Pero a pesar de su enojo, Laia no pudo evitar notar que el jugador tenía algo especial. Era alto, con una sonrisa encantadora y una presencia imponente en el campo. Sin embargo, en ese momento, nada de eso importaba para Laia, solo quería que el jugador se hiciera responsable por su falta.
Mientras Laia seguía gritándole, de repente, Vinicius apareció detrás de ella. Al verlo, el jugador número 8 se sorprendió y retrocedió un paso. Vinicius pensó que el jugador le había hecho algo a su novia, así que se encaró con él.
- ¿Qué está pasando aquí? - preguntó Vinicius, mientras ponía a Laia detrás para protegerla.
En ese momento, llegó el hermano de Laia, Ansu, quien era jugador del Barça. Al ver la situación, Ansu rápidamente intervino y separó a los dos jugadores.
- ¿Qué está pasando aquí? - preguntó Ansu, tratando de averiguar qué había sucedido.
Laia explicó lo sucedido y el jugador número 8 se disculpó por su falta.
- Lo siento mucho - dijo - no fue mi intención lastimarlo.
Después de hablar un poco más, Laia a fin de cuentas se calmó y decidió perdonar al jugador.
Aunque todavía estaba molesta, entendía que en el campo, a veces las cosas pueden salir mal.
Vinicius también aceptó las disculpas del jugador, aunque todavía estaba un poco tenso. Pero con Ansu allí para mediar, todo se resolvió pacíficamente
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FUERA DE JUEGO
RomanceLaia una chica de 22 años, cabello rubio, ojos verdes de piel blanca y suave, acaba de acabar su carrera de enfermería y va a empezar las prácticas en el hospital. Su hermano mayor es Ansu Fati, jugador del Barça. Los hermanos se quedaron sin padres...