El sucesor de Bonten

CHAPTER THIRTY.

── ¿Wa-wakasa?

── Narumi── mi hermano corrió a abrazarme y cuando me tuvo entre sus brazos me cargo para después dar una vuelta. ── Creí que no te vería de nuevo

── ¿Cómo es que nos encontraste?

── Un viejo amigo── respondió volteando a ver a Takeomi.

── ¿Le diste nuestra ubicación?

── Él tiene derecho de ver a su hermana

── Eso no me importa, es mi mujer y esto la podría poner en riesgo. Acaso ya se te olvidó el por qué nos fuimos de la otra casa

── Ella estaba encerrada en ese cuarto, acaba de perder a su bebé y no tenía con quién hablar que querías que hiciera

── Por lo menos pudiste habermelo consultado y no traerlo nadamás por qué si

── ¿Perdiste al bebé?── pregunto haciendo que yo asintiera y volvió a abrazarme. ── Lo siento, lo siento mucho se supone que soy tu hermano mayor y debo protegerte

── No te preocupes, ¿Te vas a quedar? ──

── No── respondió Mikey de inmediato y yo volteé a verlo. ── No podemos arriesgarnos, además tampoco sabes si la policía viene con él o lo siguió ──

── En verdad me crees capaz de poner en riesgo la vida de mi hermana ──

── No, pero para recuperarla harías hasta lo imposible ──

── Claro que lo haría porque ella no se merece esta vida que está viviendo, acaso no sabías lo feliz que estaba por tener un bebé ──

── ¡Claro que lo sabía, yo también estaba feliz y emocionado! ──

── ¡Pero no pudiste protegerlos y ahora Narumi ha perdido lo único bueno que saldria de esta relación! ──

── ¡Tú no sabes nada! ──

── ¡Que crees que no se lo que haces cuando tú y ella pelean!── Mikey saco su arma y le apunto a mi hermano en la cabeza.

── ¡Cállate! ──

── Mikey baja el arma ──

── No te metas, Takeomi por tu culpa está pasando esto ──

── Mikey ya basta, es mi hermano y también tiene derecho de verme── hablé poniéndome enmedio de ambos, Mikey bajo el arma y la volvió a guardar. Soltó un suspiro y después me tomo del brazo. ── Tenemos que hablar, a solas ──

── Concuerdo contigo── respondí y ambos caminamos hasta nuestra habitación, una vez dentro comenzamos a hablar. De un momento a otro nuestra plática comenzó a hacerse discusión.

── ¡¿Por qué no?! ¡Te recuerdo que soy tu esposa, no un objeto sexual que no vale nada, mi palabra también debe de tener la misma autoridad que la tuya en esta casa! ──

── ¡No sé trata de eso, es sobre tu hermano! ¡Sabes que en cualquier momento podría pasar lo mismo que la vez pasada! ──

── En verdad desconfías de mi hermano ──

── ¡Ponte a pensar un poco, Narumi que tal si vuelves a perder otro hijo! ──

── ¡No soy tu maldita máquina de hacer bebés, Manjiro! ──

── ¡Eres mi mujer!── seguido de ese grito me soltó una bofetada, jamás me había golpeado así que mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y el ardor en mi mejilla hizo que pusiera una mano sobre ella. Mikey sólo soltó un bufido y salió del cuarto sin siquiera pedir perdón. Las lágrimas no tardaron en salir así que me senté en el borde de la cama y comencé a llorar.

── ¿Por qué? ¿Qué estoy haciendo mal?── murmuré mientras juego con el anillo de bodas que esta en mi dedo anular. Al ver que Mikey no regresaba a la habitación me acosté en la cama y me quedé dormida.

[•••]

Cuando desperté estaba en la misma posición en la que me había quedado dormida y el lado de Mikey estaba intacto, me levanté de la cama y baje hasta la cocina con la esperanza de ver a mi hermano aún en casa, pero sólo ví como Nara y Rindou discutían.

── ¡No quiero estar aquí! ──

── ¡No te puedes ir nadamás porque si, y también llevarte a mis hijos! ──

── ¡Claro que puedo, soy su madre y se que ellos van a estar mejor estando lejos de toda esta mierda en la que nos has metido!── dicho eso tomo su maleta y salió de la casa azotando la puerta, Rin soltó un suspiro y también salió de la casa.

── Nara ya no quiere estar aquí ──

── Santo cielo, Koko me has dando un susto
──

── Lo siento, Narumi ──

── ¿Has visto a mi hermano? ──

── Eso es algo que debes hablar con Mikey── asentí y volví a subir las escaleras, al llegar a su oficina entre sin tocar la puerta viendo como Mikey despegaba su nariz de la mesa.

── ¿Qué estás haciendo aquí? ──

── Soy tu esposa, tengo derecho de entrar aquí ¿Qué estabas haciendo? ──

── Nada ──

── Mikey ──

── ¡Dije que nada, carajo!── gritó al mismo tiempo que se levantaba de la silla y caminaba hasta la puerta, estaba por hablar cuando escuche como se azotó la puerta. Camine hasta el escritorio y logré ver restos de polvo blanco, sabía perfectamente lo que era así que sólo solté un suspiro y me senté en el sofá esperando a que volviera a regresar.

Esperaba una disculpa de su parte, por lo menos.