CHAPTER FORTY NINE.

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Hoy al fin me daban de alta, así que desde temprano Daniel ya estaba aquí y me hizo compañía hasta que por fin nos hicieron firmar los papeles y después salimos del hospital rumbo a una base militar.

── ¡Señor! ──

── Me alegra que haya decidido regresar con nosotros y nos este apoyando desde su país ──

── No se preocupe, lo hago por el bien de mi familia ──

── Que le vaya bien── a lo lejos logré ver a Akane así que le sonreí y ella se acercó a nosotros.

── Lo voy a extrañar mucho teniente Vargas ──

── Yo igual teniente Yagi ──

── A ti también voy a echar de menos Narumi, me alegra saber que tú y tu bebé están bien ──

── Si, gracias ──

── Bueno, su avión está por despegar así que permítanme escoltarlos ──

── Por favor── Daniel tomo mi mano y ambos caminamos siguiendo a Akane y al otro soldado.

── Nos vemos luego ──

[•••]

Cuando al fin llegamos a México ya era de noche, además de que también estaba lloviendo y varios vehículos ya nos estaban esperando para escoltarnos.

── Teniente Vargas es un placer tenerlo de vuelta── se nos acerco un tipo de cabellos negros y extendió un paraguas.

── El placer es mío ──

── Ahora si me permite, los escoltare hasta su casa ──

── Muchas gracias, casi lo olvido le presento a mi esposa Narumi ──

── Así que te casaste con una japonesa ──

── Alejandro ──

── Así es hermano, mucho gusto señorita mi nombre es Alejandro Mendoza ──

── El gusto es mío, soy Narumi Imaushi ──

── Simón yo los llevaré, tú ya puedes irte a la base ──

── Idiota, te recuerdo que estamos en la base ──

── Oigan no empiecen, sólo queremos llegar con mi madre y descansar ──

── Bien, entonces suban a la camioneta── el tal Simón me dió su chaqueta y abrió la puerta de la camioneta para que pudiera subirme a esta.

~Daniel~

A

menos de la mitad del camino Narumi se quedó dormida, así que me acerque a ella para poder cubrir su cuerpo.

── En serio estás enamorado de ella ──

── Déjalo tranquilo Alejandro ──

── Acaso no viste, está de regreso en el lugar donde dijo que jamás volvería y ahora está aquí por ella ──

── Ya déjalo ──

── Daniel cuéntanos por qué estás de vuelta aquí── voltee a ver a Narumi pensando en una respuesta para Alejandro.

── Porque quiero que ella esté a salvó junto a su bebé ──

── Así que está embarazada, ¿Alguna vez te imaginaste esto? ──

── No ──

── ¿Y cómo fue que la conociste? ──

── En verdad tenemos que hablar de esto ──

── Hombre estuviste fuera del país por casi diez años y cuando regresas ya estás casado y esperando un hijo ¿Cuántos meses tiene? ──

── Cuatro ──

── Vaya, con razón no se le nota ──

── Ya basta Alejandro, lo estás atormentando ──

── Lo que digas, jefe ──

── Eres un idiota── solté una carcajada y Alejandro volteo a verme para después darme un golpe en el brazo. ── No empiecen por favor ──

── Estás muerto pendejo ──

Así ambos comenzamos a pelear, hasta que hartamos a Simón y freno la camioneta.

── Ya basta parecen niños, podrán tener veintinueve y veintiocho años pero aún siguen siendo los mismos inmaduros de dieciséis y diecisiete ──

── Mm ¿Ya llegamos? ──

── No aún no. Lo siento Narumi no quería despertarte ──

── No te preocupes── respondió y volvió a dormir. ── Mm ──

── ¿Qué pasa? ──

── Sólo dile que... Ugh ──

── Simón para la camioneta ──

── ¿Qué pasó?── en cuanto la camioneta freno Narumi abrió la puerta y comenzó a vomitar.

── Ya pasó linda, tranquila── hablé sobando su espalda y sosteniendo su cabello. Justo en ese momento nos dimos cuenta de que estábamos frente a una gasolinera así que todos bajamos de la camioneta y ella fue al baño.

~Narumi~

Una vez que termine de vomitar camine con Daniel hasta los baños para enjuagar mi boca y también limpiar mi cara, saliendo de los baños ví a Simón recargado en la pared encendiendo un cigarrillo.

── Lamento haberte hecho frenar ──

── Oh, tranquila no te preocupes por eso ──

── ¿Y Daniel? ──

── Está adentro de la tienda con Alejandro. Me alegra saber que al fin tiene a alguien con quién pasar el resto de su vida ──

── Oh si ──

── ¿Hace cuánto se casaron? ──

── Hace unos cuatro años── respondí intentando sonar lo menos nerviosa posible, lo cual pareció funcionar y después salió Daniel.

── Toma, te compre un agua ──

── Gracias ──

── No hay de qué ──

── Hay algo más que necesiten o ya podemos irnos ──

── Ya vámonos ──

── Bien, suban a la camioneta yo los alcanzo── dicho eso los tres caminamos hasta la camioneta y esperamos a que Simón se terminará su cigarro para después subirse a la camioneta y encenderla.

El sucesor de Bonten Donde viven las historias. Descúbrelo ahora