CHAPTER SEVENTY FIVE.

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──¡Mamá rápido, se nos hace tarde!

──¡Ya voy! Ni tu papá me presiona tanto── Hizashi se rió y tomo su mochila, yo tome mi bolso y la mochila de Sofía. Antes de salir de la casa revise mi teléfono, Akane había visto los mensajes pero no los respondió, supuse que aún seguía algo ocupada así que apague mi teléfono y lo guarde. Ya luego le enviaría un mensaje.

Una vez fuera Shion ayudó a Hizashi a subir su mochila a la camioneta, Sofía intento subirse pero no pudo, así que Hizashi ayudó a su hermana. Una vez que los dejamos en la escuela y me despedí de ellos fuimos rumbo a la casa de Susan. En el camino recibí un mensaje, así que lo abrí y vi que era de Akane pidiendo la dirección de la casa y disculpándose por no haber contestado antes así que le envié la dirección y le dije que no había problema.

──Señorita

──¿Si?

──Puedo preguntar ¿por qué está actuando tan sospechosa?

──Mañana es el cumpleaños de Hizashi y quiero hacerle una fiesta sorpresa

──¿No va a invitar a sus amigos?

──Claro que sí, a sus madres les he enviado la invitación diciéndoles que será una fiesta sorpresa

──Ya veo, usted si que pensó en todo

──Obvio, además corrió con la suerte de que su cumpleaños fuera en sábado── respondí con una sonrisa y apague el teléfono. Una vez que llegue a la casa de Susan fuimos a una tienda a comprar todo lo que usaríamos para la fiesta.

En cuanto terminamos de comprar las cosas nos dirigimos a la casa y ahí comenzamos a preparar las cosas a la hora de la salida yo fui por ellos acompañada de Daniel. Al llegar a la casa había mucha gente desconocida.

──¿Mamá quienes son todos ellos?

──Son empleados nuevos── respondió mi suegra y nosotros asentimos.

──Hizashi sube a hacer tu tarea

──Está bien, hola abuelita

──Hola mi amor── Hizashi, Sofía y mi suegra se metieron a la casa y nosotros fuimos los últimos en entrar.

──Mañana acuérdate de pasar por el pastel en cuanto vengas de regreso, ya lo deje pagado

──Tranquila, todo saldrá bien

──Eso espero, por cierto Akane vendrá a la casa

──Ya veo

──Oye, no es nada relacionado al trabajo. Solo quiero que esté presente en el cumpleaños de nuestro hijo

──Está bien, será mejor que entremos a ver qué Hizashi si este haciendo su tarea── asentí y le di un beso en los labios para después entrar a la casa. Una vez que terminamos de hacer las cosas nos acostamos y nos quedamos completamente dormidos.

A la mañana siguiente me desperté temprano junto a mi suegra y sin hacer tanto ruido comenzamos a acomodar las mesas y sillas, mientras que las cocineras se encargaban de preparar la comida, algunos aperitivos  y bebidas para los más pequeños. En cuanto Sofía y Hizashi se despertaron le pedí a Julia, su niñera que se los llevará al centro para que se distrajeran y no se enteraran de la fiesta sorpresa.

──Claro señora, yo sé los cuido── respondió y se fue junto a otro chófer.

──Oye a ese señor nunca lo había visto

──De seguro son los nuevos choferes que contrato Shion

──Okey

~Julia~

Una vez que llegamos al centro le pedí al chofer que nos dejara cerca del parque y él se fuera a dar una vuelta.

──Oye Julia ¿Puedo comer un helado?

──Claro, ven vayamos por su helado pero no le digan a su mamá

──Esta bien── cuando vimos a un señor vendiendo helados nos acercamos a su puesto y mientras esperábamos nuestro turno saque mi teléfono y envié un mensaje.

──Vengan ya nos toca pedir nuestro helado── dije y guarde mi teléfono para después tomar la mano de Sofía. Él sonido de unas llantas chirriar me hizo detener mis pasos y en eso dos camionetas blindadas se pusieron frente a nosotros. Tres hombres se bajaron de las camionetas y uno de ellos me apunto a la cabeza con una pistola.

──¡No nos hagas nada! Solo son niños

──¡Sueltalos!

──¡Solo son niños!

──¡Sueltalos o aquí mismo te mueres!

──Solo son niños── volví a suplicar pero no sirvió de mucho ya que los otros dos hombres se acercaron y me arrebataron a los niños.

──¡Ayuda!

──¡Julia!

──¡Que no te muevas! ¡Subanlos a la camioneta ahora!── me quedé quieta y en cuanto ellos se subieron a la camioneta yo intenté seguirlos.

──¡Ayuda! ¡Qué alguien me ayude!── comencé a gritar desesperada e intenté seguir la camioneta, pero un tipo comenzó a disparar.

El sucesor de Bonten Donde viven las historias. Descúbrelo ahora