CHAPTER SEVENTY TWO.

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Hoy por fin regresábamos a México, así que desde temprano estuvimos en el aeropuerto esperando a que nos llamarán para abordar nuestro avión. Una vez que llegáramos a México iríamos a registrar a Sofía y de ahí iríamos a la casa.

Una vez que llegamos al aeropuerto revisaron nuestras maletas y sellaron nuestros pasaportes para después subir al mismo avión en el que habíamos llegado, el resto del viaje me la pasé durmiendo y en cuanto llegamos a México fuimos directo al registro civil para registrar a Sofía.

En cuanto todo el papeleo termino nos dijeron que nos entregarían el acta dos días después. En cuanto llegamos a la casa subimos a nuestras respectivas habitaciones y nos quedamos dormidos.

~Mikey~

─Ya saben algo de Narumi

──Aún no Mikey

──Pues más les vale que se den prisa

──Está bien

──Kanji más vale que esos hombres encuentren a mi mujer y a mi hijo o sino yo mismo me encargaré de matarlos

──Cálmate, es mejor que pienses en la recuperación de tu pierna

──Yo voy a estar bien

──Lo que tú digas── respondió y se marchó de la habitación.

~Akane~

─¡Akane!

──¿Naoto?

──Si ese soy yo, me alegra verte por aquí

──A mi igual, la última vez que vine no te vi

──Creíste que ya no trabajaba aquí ¿Verdad?

──Es correcto, pero me alegra verte de nuevo. Si me disculpas tengo que llevar estos papeles con tu superior

──¿Son sobre el caso de Bonten?

──¿Que sabes sobre ese caso?

──Yo puedo ayudarte, conozco a un amigo que conoce a su líder

──Ya veo

──¡Naoto!

──Takemichi ¿Que haces aquí?

──Vi a Mikey── mi mente quedó en blanco y rápidamente tome a los dos pelinegros y los metí a una oficina vacía.

──¿Dónde lo viste? ¿Fue un encuentro amistoso? ¿De negocios? ¿Intento matarte?¿Iba acompañado? Necesito que me digas todo

──Akane tranquila

──Lo siento. Lamento haberte abrumado con tantas preguntas

──N-no, no se preocupe

──Necesito que las responda, pero no aquí. Recientemente nos enteramos de que hay soplones en las distintas bases que le dan información a Manjiro. Tendríamos que vernos en algún lugar seguro

──¿Que te parece mi departamento?

──Está bien, los veré ahí a las cinco en punto── respondí y los tres salimos de la oficina, una vez fue la hora acordada tome mi auto y me dirigí al departamento de naoto donde comenzamos a hablar de todo lo relacionado a bonten para hacer que Takemichi se relacionara con el caso.

──Él dijo que ya no tenía nada, todo lo que le importaba eran su esposa e hijo

──Pero él no está casado

──Solo lo dijo así

──¿Cómo es que conoces a Manjiro?

──Fui amigo de él durante su adolescencia ¿Y tú?

──Yo era novia de su hermano── respondí con una sonrisa, recordando todos los bellos momentos que vivi junto a Shinichiro antes de su muerte. ──pero después de la muerte de su hermano me aleje de ellos y nunca más volví a verlos

──Ya veo

──Akane quiero ayudarte en esta misión

──No, Naoto apenas nos enfrentamos a ellos y casi muero. Ahora puedo estar seguro de que estoy entre la lista de sus enemigos y querrá matarme

──Pues no importa, quiero que ese desgraciado vaya a la carcel por lo que le hizo a mi hermana

──Naoto, sé que te sientes culpable por la muerte de Hina, pero tu muerte no ayudará en nada

──¿Y la tuya sí?

──Si es atrapándolo, claro que sí

──Akane necesito esto, por lo menos enterarme

──Naoto

──Por favor, te prometo que no me meteré en nada

──Más te vale── respondí y me quedé un rato más con ellos, hasta que se hizo de noche y tuve que regresar a casa.

~Narumi~

Habían pasado ya dos semanas desde que regresamos de Tokio, en cuanto las chicas se enteraron de nuestro regreso vinieron a vernos.

──¡Hola!

──Hola amigas

──Oh por dios, ya nació

──Si, nació en nuestro viaje

──Vaya, es tan bonita

──Se parece mucho a Daniel

──Si, pero tiene el color de Narumi

──Hizashi igual y sus ojos son oscuros, ojalá los de Sofía sean verdes o como los de Narumi

──Yo pido ser su madrina── respondió Susana.

──Claro, se lo diré a Daniel

──Me parece perfecto ¿Cómo te sientes?

──Bien, mucho mejor

──Que bueno, cuando nos enteramos del paro cardíaco que te dió creímos que ibas a morir

──Yo también, pero ahora me siento mejor

──Que bueno── respondieron ambas con una sonrisa, y sólo asentí y se quedaron un rato más; incluso ayudaron a preparar la comida.


El sucesor de Bonten Donde viven las historias. Descúbrelo ahora