CHAPTER SIXTY FIVE.

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Una vez llegamos al hospital nos atendieron muy rápido y a los pocos minutos dejaron entrar a Daniel.

──¿Qué te dijeron?

──No es nada, solo su presión y al parecer su oxigenación bajo un poco

──Bueno, al menos está fuera de peligro

──Si, eso es lo importante── respondió dándome un abrazo, el cual correspondi gustosa y se lo devolví. A las pocas semanas por fin la dieron de alta y ya estábamos de regreso en casa.

──Perdónenme por haberlos preocupado de ese modo

──No sé preocupe suegra, al menos ya se encuentra mejor y ya sabemos que hacer en caso de que se vuelva a sentir mal── respondí con una sonrisa.

──Si, lo siento, no debí preocuparlos de ese modo y menos a ti. Pudiste haber perdido al bebé

──Oiga ya no se sienta culpable, está bien sentirse mal pero ya pasó y usted se pondrá mejor── dije reconfortandola y me acosté junto a ella. ──Además este bebé va a ser muy fuerte y nada lo lastimara

──Ay hija── dijo con una sonrisa y me dió un fuerte abrazo.

2do mes.

Hoy cumplía mi segundo mes de embarazo, Daniel estaba emocionado y preocupado a partes iguales ya que no sabía que hacer debido a que mis síntomas eran muchos más frecuentes que cuando estuve embarazada de Hizashi.


──¿Segura que esto es normal?

──Claro que lo es, no todos los síntomas son iguales

──Pero tuviste un aborto, con Hizashi casi pasa lo mismo; si sigues así en verdad te llevaré al médico

──El médico dirá lo mismo, por favor ya no te preocupes── dije dándole una sonrisa. Él asintió con inseguridad y me dió un abrazo.

──Estoy muy feliz, pero al mismo tiempo tengo miedo de que algo malo les llegue a pasar

──No te preocupes por eso, ahora vayamos al patio tu mamá ya ha de estar cansada── respondí tomando su mano y los dos salimos al jardín, encontrando a Hizashi montado en un caballo.

──Mira mami, Shon me enseñó

──Es Shion pequeño── me acerque a él y le di un abrazo. El resto de la tarde nos la pasamos jugando. Hasta que llegó la hora de comer, así que Daniel optó por llevarnos a un restaurante.

~Mikey~

─¿Ya la encontraron?

──Aun no

──Mi Rey, tenemos que hablar de algo

──¿Qué sucede Sanzu?

──La enfermera y el doctor── me levanté de la silla dejando a los dos hombres y salí del salón para ir con Sanzu.

──¿Qué hay de ellos?

──La policía los tiene, al parecer ya los interrogaron y dijeron todo

──Entonces ya sabes que hacer── respondí dándome la vuelta, tome la perilla y cuando estaba por abrir Sanzu hablo.

──¿Hasta cuándo haremos esto?

──Hasta que la tenga de nuevo a mi lado, a ella y a mi hijo

──Creí que estabas feliz con tu antigua pareja

──Sanzu más te vale que cierres la boca o no respondo

──Sanzu será mejor que hagamos el trabajo ahora mismo── Rindou lo tomo del brazo y los dos bajaron a la sala, en la cuarta puerta logré ver la cabeza de Yuri.

──¿Hay algo de lo que quieras hablar?

──No te incumbe a ti, Manjiro── respondió y volvió a meterse a su habitación. Solté un suspiro y entre al salón para continuar hablando con aquellos hombres.

──Takeomi me dijo que ustedes podrían viajar por todo el mundo sin causar sospechas

──Asi es señor, sólo necesitamos el dinero

──Bien, Kokonoi se encargará de darles todo el dinero que quieran, pero tendrán que traerme de vuelta a mi esposo e hijo── respondí poniendo una foto de Narumi sobre la mesa.

──Así se hará

──Bien, ¡Kokonoi!

──¿Qué sucede?

──Encárgate de darles el suficiente dinero como para que compren los boletos, entregales un mapa y un teléfono con el cual nos mantendremos en contacto para que me avisen cualquier situación, y manda a los otros hombres para que se hagan cargo de la zorra de Akane y el maldito ejército que se atrevió a entrar a mi casa

──Entendido

──Mikey, profanaron la tumba de tu hijo── comento Kakucho junto a Kanji y todos se quedaron en silencio.

~Narumi~

Una vez llegamos a la casa me recosté en la cama y solté un suspiro.

──Que cansada estoy

──No quieres un masaje── pregunto Daniel sentándose al lado de mi.

──Eso me vendría muy bien── respondí con una sonrisa y me recosté por completo, Daniel me quito los zapatos y comenzó a sonar la planta de mis pies.




El sucesor de Bonten Donde viven las historias. Descúbrelo ahora