CHAPTER SIXTY EIGHT.

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~Omnisciente~

Al mismo tiempo que el avión de Narumi aterrizaba, dos personas ya estaban esperando a que el avión con destino a Italia llamará a los pasajeros.

──Bienvenidos a Tokio, por favor síganme── Narumi volvió a subirse en la silla de ruedas, y los llevaron hasta la entrada del aeropuerto.

──Bien, señores Vargas serán trasladados a la mansión del señor Utawa. Sus autos ya están afuera── respondió la azafata y nosotros nos detuvimos. Unos tipos pasaron cerca de nosotros pero se siguieron de largo.

──Hay tanta gente loca por aquí que uno ya no sabe cuándo los van a asaltar

──Daniel vámonos ya

──¿Te sientes mal?

──No, ya no quiero estar aquí── Daniel asintió y salimos del aeropuerto para subir al auto y que nos trasladarán hasta la mansión.

──¿Viste a esa familia?

──¿La de los hombres con traje y eso?

──Si. La mujer se parecía a la de la foto

──Quizá fue imaginación tuya── comento uno de ellos.

──Quizá tengamos razón, salgamos de aquí y busquemos a esa mujer──  respondió el otro.

──¿Narumi?

──Has que paren el auto── una vez el auto se detuvo Narumi abrió la puerta y saco su cabeza para comenzar a vomitar. Mientras esperaban a qué las náuseas de Narumi pasarán los demás salieron a verificar que nadie los siguiera y el perímetro fuera seguro.

──Ya me siento mejor

──Avancen── ordenó Daniel y volvieron a avanzar. Una vez llegaron a la mansión subieron Narumi a la habitación que ocuparía junto a Daniel y los encargados del mantenimiento de la limpieza subieron el equipaje.

7mo mes.
~Narumi~

──¿Cómo te sientes?

──Bien, todos los días me la paso acostada y me traen la comida hasta la cama así que me siento como una princesa── respondí con una sonrisa.

──Pronto tendremos de vuelta nuestra vida y estaremos con nuestro pequeño

──No puedo esperar a conocerlo, estoy muy emocionada

──Yo igual, cada día que pasa ansió más poder conocer a mi hijo

──¿Qué nombre le pondremos?── pregunté sobando mi vientre.

──Que te parece Emmanuel

──¿Y si es niña?

──Sofía, como mi hermana mayor

──La que falleció

──Asi es── respondió y se acostó a mi lado, poniendo su mano sobre mi vientre.

──¡Mami, mami!

──¿Qué pasa cariño?

──Ya tengo hambre

──Bien, vamos a preparar tu comida

──Ah no, quédate aquí

──Daniel ya me aburrí de estar así, quiero estar haciendo algo más productivo

──Bien, traeré la silla de ruedas── asentí y dejé que me ayudara para subirme en la silla de ruedas. Una vez que estuvimos en la cocina Daniel comenzó a preparar la comida mientras yo sólo lo veía.

──¿Mami mi hermanito está bien?

──Claro que sí pequeño, ¿Por qué lo preguntas?

──Por la silla

──Sera sólo por unos meses, tu hermanito está ansioso por vernos y ya quiere salir

──¡Sí!

──Pero aún tendremos que esperar

──¿Cuánto tiempo?── pregunto y yo le sonreí.

──Dos meses── respondí.

──Es mucho

──Lo sé, pero te prometo que valdrá la pena── lo acerque a mi y tome sus mejillas para después darle un beso en ambas.

──Ya está la comida

──¡Yei!

~Mikey~

──¿Cuánto tiempo más se van a tardar?

──Encontrar a alguien a quien prácticamente se la trago la tierra y nosotros borramos la mayoría de sus datos nunca es fácil

──Pero ellos son expertos, ya deberían de estar aquí

──Acaban de salir de Tokio── anuncio Kokonoi.

──¡Le dije que buscarán en todo el puto mundo no solo en Japón!

──Mikey cálmate

──¡No me digas que hacer, Rindou. O quieres que te recuerde que por culpa de tu hermano ahora no se dónde se puede encontrar mi esposa

──No lo vuelvas a mencionar

──¿O qué?

──Te vas a arrepentir

──Quiero que lo vuelvas a repetir── respondí y saque mi arma de su estuche.

──Mikey cálmate

──¡Cállense todos! Ustedes no saben lo que se siente

──Pues déjame decirte que tú te lo buscaste. La tratabas como a una mierda, la golpeaste, la acusaste de infiel, la golpeaste estando abrazada y le pusiste una pistola en su cabeza y por si fuera poco le mataste al hermano. Tú solito te has buscado esto

──¡Cállate!── tire del gatillo y la bala quedó incrustada en la puerta.

──Dije que ya basta, Mikey controlarte y tú Sanzu ya no empeores las cosas

──Él tiene que aceptar lo que hizo── una vez dijo eso salió de la oficina y no lo volvimos a ver hasta el tercer día, que fue cuando Yuri lo encontró en la azotea bastante drogado y apunto a morir.

El sucesor de Bonten Donde viven las historias. Descúbrelo ahora