HATHOR

Capítulo 3

Veo a Aria sentada en la tapa del inodoro, pálida. Pancho, el perro de ella, le lame la mano.

—¿Estás segura que quieres ir a grabar el videoclip? —le pregunto y ella asiente.

La veo un poco insegura de ello. Esta mañana se levantó descompuesta y creemos que la comida que pidió anoche, de un lugar que no conocía, le cayó pésimo.

—No creo que sea buena idea —me acerco y me arrodillo frente a ella, haciendo que Pancho ahora me intente lamer la cara, haciéndome sonreír.

—Estoy bien, me tomo algo para la panza y listo —dice recuperando un poco el color de piel.

—No vuelvas a pedir comida de allí —digo apenada por verla así.

—Tenía sabor raro... —dice recordándolo y haciendo una mueca.

—Sabes que si le explicamos a Julián, él puede arreglar las cosas ¿no? —ella asiente.

—Voy a ir —dice terca sin escucharme.

Bufo sabiendo que no voy a hacerla cambiar de parecer. 

Le digo que ya vuelvo y salgo del baño de su habitación para bajar por las escaleras que dan a la sala. Voy hacia la oficina de la casa que está debajo de las escaleras y estoy por tocar la puerta, pero escucho su risa.

Matthew dice cosas dulces y lindas a Valeria, lo sé porque dice su nombre.

Por un momento pienso en irme, pero mi mejor amiga es más importante que él. Así que toco la puerta.

—Pase —entro y veo a Matthew sentado detrás del escritorio con su celular en la oreja, cuando me ve se despide con rapidez y deja el celular—. Hat... —dice suave mirándome con una sonrisa de lado.

No sé si pretende que tengamos la misma ida y venida de siempre, con comentarios con doble sentido, yo haciéndolo reír y él evitando el tema. Pero hoy no estoy de humor para su indiferencia disfrazada de intenciones.

Por lo que voy al grano. Sin sonreírle como siempre, sin comentarios. Siendo como soy con cualquier persona que me encuentro por la calle.

—Aria está descompuesta —la sonrisa le titubea y deja de ser coqueta para ser normal—. Hoy debemos grabar el videoclip, pero no creo que sea buena idea que ella vaya así.

—¿Está muy mal? —pregunta ahora frunciendo el ceño mientras se levanta de la silla y rodea el escritorio.

—Vomito una vez y está medio mareada, además de pálida —asiente.

—Quiere ir igual ¿no?

—Sí, pero si sigue así no creo que la ayude —por unos largos segundos me mira sin decir nada.

—Puedo acompañarla al set y de paso...

—No es por eso —digo negando con la cabeza—. Sólo quiero que la veas y la hagas entrar en razón.

—¿Estás bien? —pregunta viéndome confuso.

—Perfecta —digo sonriendo con suavidad, pero no como le sonrío normalmente a él—. Pero me preocupa Aria, habla con ella, yo debo irme al set.

No dejo que diga más nada, doy media vuelta y subo las escaleras para despedirme de Aria. Luego bajo, ignorando la mirada de Matthew y me subo al auto.

Dejo ir una gran respiración.

—No sobre pienses... no lo hagas... —me digo a mi misma en voz alta.

Pero no lo logro.

Es que... díganme lectores ¿Cómo hago para no sobre pensar si este chico me tiene en una calesita que nunca para de dar vueltas?