HATHOR

Capítulo 42

Febrero, 2024

Espero nerviosa a Eros mientras termino de confirmar que todo está bien.

En compensación de la cita fallida organicé una cita sorpresa. Tampoco pudimos hablar desde los que sucedió con sus padres, ya que él estuvo atorado de trabajo y yo también.

Pero me dijo que no está enojado.

Corrí el mueble y el sillón al fondo de la habitación. Varias mantas, almohadones y encima de la manta hay una mesa muy bajita en donde arriba está lleno de cosas saladas que sé que le gustan a él.

Hay suave música y velas aromatizantes. Coloqué una película nueva que queríamos ver juntos y solamente me queda esperar que llegue.

Cosa que no demoran en hacer ya que en minutos escucho golpes la puerta.

Cuando abro lo primero que hago es abrazarlo, él me corresponde el abrazo con suaves risas.

—Dime que no estás enojado —le susurro—. Bueno, entendería que lo estés —aclaro haciéndolo reír y me separa un poco de su cuerpo con sus manos en mis caderas.

—No estoy enojado contigo, muñeca.

—¿Seguro? —pregunto precavida, deja un casto beso en mis labios y asiente.

—Muy seguro —suspiro, más tranquila ahora y me sonríe.

—¿Puedo saber que estás tramando?

—¿Por qué crees que tramo algo? —pregunto un poco nerviosa ya que la puerta tapa todo lo que hice.

—Porque se notaba tu voz cuando me dijiste que venga que algo estás tramando.

Me quedo mirándolo un poco sorprendida por esa respuesta que no me esperaba.

—Sabes... a veces me asusta cuánto me conoces... —eso le saca una risa y tomo su mano para que dé un paso hacia adelante y cierro la puerta haciendo que mire lo que había armado.

Se queda asombrado y fascinado.

—La anterior cita lo arruiné —digo un poco apenada—, y lo quería compensar.

—¿Tú armaste todo esto...? —pregunta un poco pasmado aún.

—Sí, para nosotros... —aclaro por si no quedó lo suficientemente claro— tenemos la casa sola, película, comida que te gusta, música, velas... simple, pero lindo... espero... —termino susurrando.

En un santiamén rodea mi cintura con sus brazos y me pega a su cuerpo robándome un profundo y gran beso que me tiene conteniendo el aire.

—Me encanta... —susurra sobre mis labios haciéndome sonreír en medio del beso.

Rápidamente nos sentamos en las mantitas acolchonadas y nos ponemos al día.

—Luego de que te fuiste —me dice volviendo al tema de lo que sucedió con sus padres en la última cena que tuvimos con ellos— Ryden comenzó a darte la razón. Primero empezó como una tranquila conversación en donde decía que estaba de acuerdo en todo lo que tú dijiste, pero terminó sumamente enojado, aunque mis padres no habían dicho nada; como si se hubiese enojado con él mismo por reaccionar recién ahora y no antes. Y les dijo cosas que jamás pensé que les iba a decir.

—Lamento haber ocasionado otra pelea... —digo apenada.

—Es que no fue una pelea —dice tranquilo—, él ni siquiera me dejó hablar a mí —agrega sorprendido recordando el momento—, él simplemente se desató y largo cosas que él mismo dijo que estaba aguantando hace mucho tiempo.