Esta historia se trata de una Argentina que se muda con su madre, abuela y hermana a un pueblo en el medio de la nada, llamado Forks.
Y estamos hablando de una familia Argentina lo que significa que vienen con todas sus costumbres a otro país.
Es co...
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Por fin había llegado el sábado, el tan esperado finde semana para lograr descansar de trabajo o clases, muchas personas de la Reserva iban a la Push para disfrutar el finde semana, mientras que otros no.
-Dale vamos al mar! -exclamo Quill riendo
-Congelate vos sólito -le contesto la chica
-Amargada
-no soy amargada, solamente no quiero pasar más frió del que tengo.
-Dejemos a la aburrida leyendo y vamos a jugar. -dijo Embry pateando la pelota.
mientras que Embry, Quill y Jacob jugaban a la pelota, Valentina se habia acomodado tranquilamente en la arena para sacar su libro de Mitologia Griega para leer, pero lamentablemente sintio a alguien sentandose alado de ella no tuvo que mirar para saber quien era ya que despues de unos segundos la persona hablo.
-Es muy linda la playa. -dijo Levi con un suspiro -Hace mucho no pisaba la playa, sentir la arena en mis pies -suspiro- Creo que eso siempre fue mi paz.
-Es calmado. -dijo Valentina sin sacar la vista del libro- Tus palabras son muy sabias.
-Creo que esto es un logro, nunca me habías dirigido mas de dos palabras juntas.
-Uno aprende con los años a ser callada, a saber cuando debe hablar.
-Lo aprendiste por las malas? -Valentina asintió en silencio- Ya veo.
-Uno aprende de cada acción que comentemos, la maldad de los humanos es impresionante o mejor dicho los niños son crueles.
-Parece que estás leyendo y no hablando conmigo.
-Eso es justamente lo que trato de hacer.
-Ignorame para siempre no te hará más fuerte.
-Pero me hará pasar por invisible ante la vista de los demás.
-Algunos ya creen que eres rara.
-Me lo empezaron a decir a mis ocho años así que tranquila esto ya no afecta.
-Mentirosa.
De pronto una sombra tapo la vista de la joven Valentina, haciendo que esta por primera ves sacara la vista del libro, levanto la vista y vio a quien reconoció como Sam Uley, atrás de este estaban los otros dos idiotas con una mujer de una cicatriz en la mejilla.
