Esta historia se trata de una Argentina que se muda con su madre, abuela y hermana a un pueblo en el medio de la nada, llamado Forks.
Y estamos hablando de una familia Argentina lo que significa que vienen con todas sus costumbres a otro país.
Es co...
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Al fin había llegado el gran día o el día dónde las cosas iban a dar un gran giro, las gemelas miraban como su padre, Eduardo, acercarse a sus hijas en silencio, a !la lejos estaban su abuelo y Tatiana subiendo las últimas cosas al auto.
Las niñas no dejaron de verlo ni un solo momento saber que sus padres se estaban divorciando cosa que no iban a volver a estar juntos era un dolor para todos o mejor dicho para ellas y su madre, pero las peleas, los gritos contantes se iban acabar a pensar en hombre de vaya de la casa. Y ahora se mudaban a un pueblo lejos.
-Mis preciosas gemelas -dijo Eduardo acercándose a sus hijas - Las amo aunque mamá y yo estemos divorciados eso no significa que nos dejemos de ver, ustedes dos son la luz de mi vida.
-Te vamos a extrañar -dijeron al mismo tiempo las gemelas
-Y yo a ustedes, pero nos seguiremos viendo. Ok?
-No digas cosas que no vas a cumplir -dijo Tina
-Por qué dices eso mi amor?
-Solamente lo sé, cuando se separan los adultos no vuelven a ver a sus hijos.
-Pero yo si voy a venir a verlas.
-Confiamos en tu palabra -dijo Nata
-Ustedes dentro de unos días se irán al pueblo junto a mamá y al abuelo, quiero que estén calmadas ante el cambio que vivirán. -dijo Eduardo
-Estamos tranquilas es mejor un nuevo colegio -dijo Tina
-Por favor cariño no vuelvas a hablar sola en el colegio.
-Yo no hablo sola! -exclamo enojada Valentina
-A mi no me levantes la voz Valentina Martinez -exclamo enojado Eduardo
-No le grites a mi hermana! -salto a defender la menor de las gemelas
Las niñas vieron como su madre terminaba de subir las cosas al auto seguida por el abuelo, Nata abrazo a su padre por última vez para subir al auto, Tina miro a su padre con los ojos vidriosos.
-No me trates de loca cuando no podés entender lo que es ser diferente, tengo un don y nunca hablé sola siempre hablé con personas. -dijo Valentina a su padre pero su mirada se desvío a un hombre de traje que estaba alado de su progenitor.
-Ten un buen viaje Tina, pero antes podías hacer algo por mi? -pregunto Manuel haciendo que la niña asintiera -Dile a tu padre que no todos somos iguales y mucho menos somos unos ebrios como él.
-No todos somos iguales y mucho menos somos unos ebrios como vos. Me lo dijo Manuel que te lo diga -dijo Valentina para acercarse al hombre -Espero que encuentres lo que buscás y seas feliz.
-Prefiero quedarme así. -dijo Manuel
Tras la última mirada Valentina se dirigió al auto para mirar por última vez a Manuel quien sonreía a ver a la niña, Tina subió al auto sentándose alado de su gemela, las dos niñas esperaron a que su madre y abuelo pusieran en marcha el auto para el pueblo pequeño en el interior de la Argentina, mejor dicho Buenos Aires.
Tras unas largas horas de viaje llegaron a su nuevo hogar, el pueblo donde nació Tatiana y se crió junto a sus padres allí, donde originalmente la familia Rivera era.
-Arriba niñas -dijo Tatiana al terminar de estacionar el auto
-Cinco minutos mas -dijo Tina
-Levántate Tina!!! -dijo Nata
-Donde estamos? -pregunto Tina levantándose
-Ya llegamos pequeñas -dijo el abuelo
Las dos niñas bajaron del auto dejando el auto atrás, Tina y Nata se miraron para tomarse de las manos y mirar a su alrededor era bastante solitario solamente algunas o mejor dicho muy pocas personas caminaban a los lejos, era tranquilo. Era muy diferente a la ciudad no había autos pasando todo el tiempo y claramente no había bocinas sonando siempre, no había edificios, casas y negocios viejos en el pueblo, el silencio era lo principal en este lugar y las calles de tierra, los faroles en las cuadras de tierra y las calles tranquila.
