Esta historia se trata de una Argentina que se muda con su madre, abuela y hermana a un pueblo en el medio de la nada, llamado Forks.
Y estamos hablando de una familia Argentina lo que significa que vienen con todas sus costumbres a otro país.
Es co...
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El bosque de Carlos Keen siempre había sido un misterio para Valentina, un misterio incógnito que nunca había logrado resolver del todos, el bosque se divida en tres parte.
La primera era la que daba para daba indicio al pueblo dónde todos los habitantes de Carlos Keen conocían. La segunda parte era dónde estaba la viejas cabañas de reuniones que ya no usaban, aquellas cabañas eran las que usaban como punto de encuentro el consejo o familias. Y por último la tercera parte la que nadie nunca había pisado para contarlo, la oscuridad invdadia aquella parte, era divida de las otra partes con un arrollo la cual estaba más alejada de las cabañas y muchísimo más lejos del pueblo, reinaba los ruidos aterradores y los movimientos raros del pueblo, Carlos Keen era un misterio ante todo pero la tercera parte del bosque era aún peor que el pueblo.
A la joven Rivera no le quedó otra que mojarse los pies hasta casi por la rodilla le llevaba el agua del arrollo, pero aún así lo cruzó. Aquella parte del bosque era desconocida completamente para ella y claro, nadie había contado nada de esa parte era algo incógnito para la vista de los habitantes de Carlos Keen y para la joven adolescente.
Tras cruzar el arrolo, árboles enormes con arbustos a sus pies tuvieron que cruzar, una hora estarían caminando tal vez o un poco más ya habían perdido la noción del tiempo, Rivera sin duda alguna le había gustado aquella parte misteriosa del bosque.
Al adentrarse en los árboles una pequeña cabaña a lo lejos se había notar de tejas marrones y ventanas abiertas con una cortina rasgada como por garras, se escuchaba el ajetreo de voces proviniendo de la cabaña, Peter y Valentina se acercaron más aquella cabaña, pronto pasó con ferocidad y rapidez alado de de ellos una cabellera rubia, una pequeña niña rubia, paso corriendo enfrente de ellos con rapidez, a vista de Valentina tendría un año más que Lorenzo o dos tal vez.
- Monic! - gritó Peter - Deja de correr, tenemos invitada.
La niña paró al escuchar el grito se dió vuelta con lentitud para mirar a Tina con rapidez de arriba a abajo.
- Ella es Mónic Wolf. - presentó Peter. - Como mucho de los niños que hay acá fue abandonada, es una hija de la luna, todos de la manada tienen mi apellido. Valentina asintió por aquella información.
Ajetreo se volvió a escuchar pero un golpe de un vaso cayendo silencio en ajetreo, pronto el grito de alguien se escuchó, Valentina miró a Peter quién no parecía no en lo más mínimo preocupado por eso. Una joven despeinada, bastante despeinada rubia salió enfurecida atrás de está un joven de ojos celestes con tranquilidad siguiendo a la chica.
- No puede ser que no puedan ordenar! - gritó la rubia hacia el chico, esté miró por encima del hombro a la rubia para encontrarse con la mirada cansada pero divertida de Peter y a una chica que gamas había visto, Valentina. - Me escuchas!?
