Esta historia se trata de una Argentina que se muda con su madre, abuela y hermana a un pueblo en el medio de la nada, llamado Forks.
Y estamos hablando de una familia Argentina lo que significa que vienen con todas sus costumbres a otro país.
Es co...
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Un nuevo año había comenzamos hace unos dias.
Aquel martes cinco de enero.
Era un día de pleno verano, Valentina andaba alrededor de las doce del medio día despierta en su nueva cama que su abuelo le había regalado por su cumpleaños. Con música se levantó de lo más bien mientras que en la casa, a todo volúmen la música se escuchaba a su alrededor.
Se asomo por la ventana viendo algunos vecinos correr hacia la dirección de la plaza del pueblo, en la casa de la familia Rivera también había revuelto, Tina desde su ventana vio como sus tíos Lucia y Camilo salian corriendo de la casa al mismo tiempo que Tatiana.
- Que mierda está pasando? - pregunto Tina saliendo de cuarto
- Vos también los viste correr en dirección al parque? -pregunto Nata también saliendo de su cuarto
- Si, había junta y no nos enteramos?
Nata golpeo la puerta de Laura tratando de que saliera, la puerta fue abierta por una despeinada chica de cabello rubio amarillo.
- Te acabas de levantar rubia? -pregunto Tina
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La noche cayó en Carlos keen Tina buscaba a su abuelo por la casa sin encontrarlo en ningún lado. En el comedor estaban sus tíos, madre y abuela.
- Vieron al abuelo? - pregunto Tina
- Mi amor - dijo Tatiana secándose las lágrimas
- Qué?
- Atilio, murió.
Valentina quedó en silenció profundo hasta empezar a negar con la cabeza - no, decime que es mentiras, no no. - dijo desesperada
- Qué paso? - pregunto Nata bajando las escaleras
- Decime que es mentira! Decime que es una broma!
- Tina, no es ninguna broma murió el abuelo está mañana en le cajero.
-NO! - grito Tina mientras caía de rodillas al piso en un mar de lágrimas siendo abrazada por su madre- decime que es mentira, mi gordo, mi abuelo. No puede ser verdad, no, no, no.
Cómo un balde de agua calló esa noticia para la familia Rivera pero especialmente a Valentina, quién era una hija verdaderas para Atilio, ellos no eran abuelo y nieta, eran padre e hija. Las lágrimas caían por la mejilla de al joven mayor de la familia, la peor noticia la única que jamás hubiera creído, su abuelo muerto quién fue un padre realmente para ella, quién no la juzgo nunca y estuvo orgulloso de sus logros de sus pasos, la iba a buscar al colegio y nunca la llamo rara, la aceptaba tal cual como era. Atilio le había dado su puesto a su verdadera hija, Valentina.
