39. PURGA

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¿De quién dependen las leyes en el mundo? ¿Quién puede decir que algo está completamente bien o absolutamente mal? Solo alguien con poder absoluto puede gobernar absolutamente y a su vez, imponer que está bien o mal, pero ¿Quién tiene tanto poder? Nadie. Bona estaba harta del jueguito de policías y ladrones. Los policías jugando a ser los héroes y los ladrones fingiendo ser los villanos. Un desperdicio de tiempo. El país había pasado décadas sumido en guerras internas y pese a todos los esfuerzos, aún seguían. No tan severas como antes pero se mantenían. Fue tanto el daño que, ni siquiera cuarenta años después habían podido conseguir tranquilidad y tampoco acabar con los grupos armados.

Según el orden, las fuerzas defensoras del país estaban divididas en varias partes. Por un lado, el ejército, la fuerza aérea y la armada o marina; como muchos le llaman. Luego en la parte civil se encuentra la policía, y los cuerpos antimotines. Normalmente, el ejército no se mezcla con la policía, ya que no debería ser necesario. Sin embargo la violencia fue tanta que los altos mandos del ejército tuvieron que intervenir para hacer el trabajo que la fuerza militar civil no pudo.

En algún punto, entre tanta tragedia, surgió la necesidad de algo más. Un equipo diferente, algo que pudiese ayudar a eliminar a las guerrillas desde la raíz. Necesitaban asesinos; se vieron obligados a crear asesinos.

Esas eran las unidades especiales.

En total crearon 5 unidades; 11, 13, 15, 17 y 19.

En menos de 10 años sometieron a más de 200 niños entre 10 y 15 años a un entrenamiento militar especial. Único en su clase, preparados en todos los campos, educación seglar de alta calidad, y por supuesto, capacitación en armas de todos los tipos. Fue duro pero necesario. Cada unidad fue enviada a distintos lugares, con distintos objetivos. Bona aún recordaba su primer objetivo. Cerca de la zona amazónica del país. ¿La orden? Encontrar el lugar de un grupo guerrillero que tenía azotado el lugar y acabarlo. Tenían prohibido causar alborotos, prohibido llamar la atención, prohibido poner en peligro a la gente y prohibido dejar con vida a alguien.

En una noche mataron a todos en aquel monte. Hombres, mujeres, ancianos y lo que allí estuviese, ¿Los niños? Que risa, eran niños matando niños. Pero tenían que hacerlo, aquellos chicos también estaban entrenados en armas y dejarlos vivir con la esperanza de que crecieran para bien después de salir de ahí no era segura, eliminar todo era mejor para acabar con la mala hierba y ¿Que podía decir en contra? Esos chicos eran parte de ello, habían matado inocentes tambien.

Antes de la media noche habían terminado la tarea y antes de la madrugada la unidad 15 había ido a recoger los cadáveres que servirían de abono para el jardín de la academia. A lo largo de los años exterminaron multitud de delincuentes de todo tipo, incluso fuera del país, eran solicitados y enviados fuera a seguir matando. Las unidades especiales solo debían responder ante un mando y era, ante el General de los 5 soles, y cabe aclarar que él era solo una fachada, en realidad, estaban fuera del mando político y militar.

Eso también fue un problema pues las unidades empezaron a corromperse, perdieron el sentido de su propósito. La corrupción les caló hondo y no hubo nada que hacer allí. Una vez tenían las pruebas en mano, Bona solicitó una reunión con el General de los 5 soles.

- ¿Jiyeon? -

- General - hizo una reverencia, el hombre notó la carpeta que traía en la mano. Cerró los ojos buscando calma y resignación, pues bien era sabido que cuando la capitana de la Unidad 13 visitaba correría sangre.

- Tu visita huele a sangre - suspiró

- Revise los documentos, por favor -

Revisó hasta las letras pequeñas de cada papel, no faltaba ni un solo detalle, todos los cargos imputados tenían su respectiva prueba, no tenía nada que preguntar.

DESCIFRANDO TUS ACCIONES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora