DESCIFRANDO TUS ACCIONES.

42. REGRESA A MÍ

Jieun cerró los ojos, tarareando la melodía de la canción que en ese momento Aeri y Jimin cantaban, acompañadas a coro por las casi 8 mil asistentes. Aquella canción se había convertido en algo similar a un himno. Diez años atrás, durante la conmemoración de los caídos, una señora de entre 50 y 60 años, interrumpió la ceremonia, subió a la plataforma entre llantos y lamentos por la muerte de su esposo y su hijo, cuyos rostros estaban en exhibición, rodeados de flores y medallas. Ambos eran militares asesinados por las guerrillas, hicieron su parte y dieron la vida en su labor. En ese momento nadie sabía que hacer y ante la pena que compartían con ella la dejaron ser, minutos después de que su llanto cesara empezó a cantar.

Regresa a mí, de I'll Divo. Un grupo musical muy famoso en su época. Ella cantaba y tarareaba la canción con lágrimas en los ojos mientras sostenía contra su pecho los retratos de quiénes había perdido. Los demás, conmovidos siguieron cantando con ella a voces en cuello. A partir de ese día, en cada ceremonia entonaban esa canción como si de un himno se tratase.

Era un simbolismo, una forma de expresar el dolor de la perdida, una manera pulida de mostrar la tristeza, y compartir la pena que cargaban. Para no perder la memoria, para no olvidar contra que luchaban, para no repetir los errores que los llevaron a ese punto.

"Quién no conoce la historia tiende a repetirla"

Era la premisa central de todo aquello. Para un país que llevaba décadas sumido en la guerra y violencia interna, esas palabras eran muy importantes. Se supone que debían mirar al futuro con nuevos ojos, dejar los errores en el pasado, romper el ciclo de odio, matanza y abusos. Escucharon la historia que los precedía, y no fue bonita en absoluto.

Como a Jieun, a muchos otros, la violencia y los malas decisiones los llevó a perder lo poco que tenían.

¿Cuánto más puede perder quien no tiene nada? Se preguntó Jieun. Quién sin una familia que la cuidara, sin voluntad y sin amor llegó al mundo y anduvo en el. Encontró el amor de diferentes formas y así mismo, lo perdió. Como ella ¿Cuántos sentían la letra de esa canción tallarles los huesos?. Quizá ella era demasiado sentimental o quizá la situación le permitía serlo. Escuchó a Jimin cantar la primera estrofa, armonizando su voz con la melodía.

- No me abandones así, hablando solo de tí. Ven y devuelveme al fin, la sonrisa que se fue -

Pero eso no era posible, Jieun jamás volvería a ver esa sonrisa que tanto amaba. Él ya no estaba y no estaría nunca.

- Una vez más, tocar tu piel... Y hondo suspirar. Recuperemos lo que se ha perdido - Aeri miró a Yizhou y a Jieun. Ellas no podrían esperar eso.

Yizhou vió a la multitud ponerse de pie lentamente, aquel acto tan solemne y triste en sí mismo le movió el corazón. Ella también extrañaba a alguien que jamás regresaría. ¿Recuperar lo perdido? Por mucho que intentará eso no era posible. No podría recuperar las mañanas escuchando cantar a su padre metido en la cocina, no podría volver a verlo llegar al colegio para recogerla, no podría volver a escuchar los chistes malos que decía y de los que tanto se quejó. No podría volver a verlo alegrarse por cada buena nota que ella obtenía en clases.

Simplemente no podría recuperar nada de eso.

No podría recuperarlo a él, a su padre, el hombre que más la amó, cuidó y consintió. ¿Y qué si no llevaba su sangre? Era su papá, tenía en ella todo el amor que él pudo brindarle en vida, pero a veces sentía ese amor atascado en recuerdos como migajas. A veces, ya no le alcanzaban. Y en otras ocasiones, eran lo más valioso que poseía.

- Regresa a mí... Quiéreme otra vez - Jimin cantó y junto a ella se escucharon miles de voces acompañando su sentimiento. Jimin sabía qué habían perdido los demás, pero ¿Que había perdido ella? ¿Para quién era el sentimiento en forma de súplica que surgió en esa parte de la canción? No sabía, pero ese mismo sentir la siguió.