23. EL MIEDO ES COMO EL FUEGO, AYÚDAME.

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Resumiendo los últimos acontecimientos, Kim estaba preso, fue encarcelado sin derecho a juicio con todas las pruebas en contra, Taeyeon convenció a Beomgyu para declarar, convencer a Minjeong no fue tan fácil pero lo logró. Taeyeon entendía a sus sobrinos, para empezar Beomgyu odiaba a su padre como nadie; con justa razón. Minjeong más que odio sentía miedo. La misma Minjeong esperó lo peor aquel día, se imaginó vendida a cualquier depravado o en un prostíbulo, fue aterrador.

Beomgyu quería volver a trabajar, estaba acostumbrado a eso, a trabajar y estudiar. Era raro para él estar tanto tiempo quieto, Jieun y Taeyeon le dijeron que se concentrara solo en estudiar, pero era difícil. Se sentía mal por pensar que era un mantenido como le dijeron sus compañeros de clases, Jieun le dejó claro que no era así, una y otra vez, pero era imposible no pensar en ello.

Su parte consciente sabía que Jieun tenía razón, que debía aceptar la ayuda, incluso debía sentirse mejor que antes, pero otra voz en su cabeza le decía que no, que no debía aceptar esa ayuda, que no lo merecía, que sus compañeros tenían razón, que era un mantenido. Un inútil como siempre le decía Kim. Se estaba volviendo loco con tantas telarañas en la cabeza, era una guerra en su mente de la que no sabía cómo salir. Además, su angustia creció al recordar las palabras de Kim, "no podrás protegerla". Se refería a Minjeong, ¿De qué no podría protegerla? ¿De quién? ¿En qué metió a Min? ¿Porqué quería llevarsela?. Tenía claro que si le quitaban a Minjeong se volvería loco, Minjeong era su hermanita, la niña a la que debía proteger y querer, pero se sentía incapaz. Las lágrimas se acumularon en sus ojos al imaginar el peor de los escenarios. Kim también amenazó a Taeyeon, él estaba en la cárcel, si, pero Beomgyu ya esperaba hasta lo imposible viniendo de aquel hombre.

Aparte de la ansiedad que le carcomía la mente, las pesadillas constantes en las últimas semanas no lo dejaban descansar, también tenía miedo. ¿Que debía hacer? El daría su alma por lograr que todo acabara, daría su vida por proteger a Minjeong y que no le pasara nada.

- ¿Que debo hacer? ¿Que hago? Ah, mamá te extraño, ¿Dónde estás? - se llevó las manos detrás de la cabeza, mirando el suelo, esperando por una respuesta que nadie le daría. Su llanto siguió, el hipo entre suspiros le empezaba a ahogar, le temblaban las piernas y le sudaban las manos, las lágrimas en vez de detenerse, salían con más potencia. Algo en su cabeza las estaba detonando, pero no sabía exactamente qué. Quería llorar, llorar y llorar, que se le fuera la vida en ello. Para colmo de males, los recuerdos dolorosos salieron a la luz.

- mamá... - dijo con agonía - ¿Dónde estás? Sabes que te necesito... Por favor... - se sentía como un moribundo en ese momento. Su pulso iba a mil, y la respiración le fallaba, se le tapó la nariz por la congestión debido al llanto. Le dolía el cuerpo y sudaba a montones. Sentía que se quemaba vivo, algo calcinando su corazón.

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Jieun estaba por salir de la casa, todos estaban fuera, Taeyeon salió con Minjeong y Jungeun, NingNing salió al parque junto a RiRi y Karina, Beomgyu.... ¿Con quién se fué Beomgyu?. La casa estaba sola, o eso creía. Al salir de su habitación escuchó un ruido proveniente del tercer piso. Se detuvo un momento para escuchar bien, llanto, alguien lloraba. ¿Beomgyu? Su cerebro se activó como una alarma. Subió a toda prisa hasta el tercer piso, llegó hasta el cuarto de Beomgyu, intentó abrir pero tenía seguro. Tocó la puerta con desesperación.

- Beom, ¡¿Que tienes?! BEOMGYU! DIME QUE ESTÁS BIEN! BEOM POR FAVOR - El sonido de algo cayendo dentro de la habitación, fue la gota que colmó el vaso. No le quedó más opción que bajar hasta el primer piso por las llaves, iba lo más rápido que podía.

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Beomgyu hiperventilaba, se sentía cada vez más asfixiado, intentó levantarse del suelo y abrirle la puerta a Jieun, pero su cuerpo no respondió. Cayó de nuevo y se llevó la mesa de noche en el proceso. Le dolía el corazón, demasiado, intentó pedir por ayuda, gritarle a Jieun que no se fuera, pero su voz tampoco salía. No quería estar solo, el nudo en su garganta le hizo pensar en como casi mata a su padre. Lo hubiese matado si los policías no lo aguantaban, odiaba a su memoria por traerle esos recuerdos justo en ese momento. Eso empeoró todo, incluso el dolor en su pecho. Le ardían las lágrimas.

DESCIFRANDO TUS ACCIONES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora