81. CRÓNICAS DE UNA GUERRA PERDIDA

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La vida de una persona es relativamente corta en comparación con otros seres, pero no menos problemática; lo que es irónico, pues diferente a los animales, los humanos pueden pensar pero en el día a día parece que no es así. Es decir, parece que realmente los humanos no usan dicha capacidad. Si lo hicieran, no harían cosas tan tontas y sin sentido como lastimarse unos a otros..

Los actos requieren decisiones y las decisiones deben meditarse y pensarse correctamente.

Hay decisiones individuales, colectivas y masivas. Los resultados, las consecuencias y problemas que estos actos traerán se ven con el paso del tiempo y, a veces, acaban sufriendo personas que nunca se vieron involucradas en dichas acciones. A veces, los hijos pagan las deudas de los padres, cargando con problemas, miedos, traumas y cientos de cosas que, sin saber o sabiendo, los padres ponen sobre sus hijos. De esa forma un padre marca a su hijo, una generación marca a la otra y una decisión puede llevar a otra aún peor que la anterior.

Jieun no quería que fuese de esa manera para ella o sus hijas. Por eso se tragó los miedos, se guardó las quejas, escondió las heridas y calló sus penas, porque esas fueron sus decisiones y las consecuencias debían ser para ella, no para sus hijas, sin embargo, tuvo errores. Hubieron algunos de sus problemas que se fueron de las manos y empañaron la tranquilidad de sus hijas. Lo lamentaba en verdad y por eso se esforzaba para evitar que sus problemas cayeran en sus pequeñas.

Pero ¿Que debería sentir o pensar al saber que sus hijas corrían peligro y afrontaban problemas por que, sin querer fueron arrastradas por los errores de otras personas? La inmadurez de un hombre que decía ser sabio acabó con la tranquilidad de su hogar.

Y es que Jieun hizo de sí misma un ser completamente nuevo solo para que sus hijas vieran lo mejor del mundo en ella, no era justo que esos estúpidos echaran a perder todo lo que le costó construir. Jieun quiso llevar las cosas debidamente en paz, no meterse con nadie, pero ya era suficiente. Por eso apoyó la propuesta que Bona le hizo, y no le importaba llenar el mar de muertos si con eso lograba mantener en paz la vida de sus hijas.

Tenía esperanza en sus hijas, ellas vivirían una vida diferente de la suya.

- ¿Porqué me mentiste Jieun? - esa mañana se reunió con el director del equipo de búsqueda que estaba a cargo de encontrar a sus hijas. Fue enviado desde la superintendencia para estar al frente, pero Jieun ya no confiaba en él, ni en nadie que viniera de arriba.

- No sé de qué hablas -

- ¿A qué estás jugando? Estás removiendo aguas que deberían estar quietas, ¿Tú mataste a Uchinaga? - El cuerpo de Uchinaga fue hallado dos días atrás y por supuesto, entre las sospechosas del caso muchas manos apuntaban a ella.

- Ojalá, lo estaría presumiendo de ser así -

- No eres una asesina, pero las personas a tu lado puede que lo sean - él se refería Jiyeon. Sabía que de alguna manera Bona y Jieun estaban conectadas.

- Ve al punto -

- Kim Jiyeon, ¿La estás ayudando? Dime qué están planeando, ¿Cuál es el propósito de hacer pensar a la gente que tus hijas están desaparecidas? ¿Querías que pensaran que la muerte de tu cuñado tenía justificación o que simplemente nadie pudiese reclamar por él? Dime Jieun -

- ¿Mis hijas no están desaparecidas? - Era un informante de superintendencia, debía tener cuidado con la información que dejaba escuchar.

- No pareces desesperada en absoluto, no estás en el papel de una madre que busca a sus hijas - apuntó él.

- Según tú, ¿Que debería estar haciendo? ¿Quedarme en casa y llorar mientras espero a que ustedes me den resultados? Mis hijas están desaparecidas y me duele, a parte de eso tengo muchas cosas que atender y tú dices que debería estar quieta y llorando mientras mi trabajo se va por la borda, ¡Hay personas que dependen de mí por si no lo sabías! -

DESCIFRANDO TUS ACCIONES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora