50. ¿PORQUÉ LO HICISTE?

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Yeonjung había visto Jimin entrar por la pared del lado derecho, eso le daba a entender que de aquél lado debía haber otra habitación. Ella no conocía nada de la familia paterna de sus primas; así que todo era suposición respecto a los sitios escondidos de esa casa. Yeoreum y Jimin habían subido dejándola con Hyunjin y las demás.

Pero momentos después de que Yeoreum subió, la pared del lado izquierdo fue golpeada. Eso la puso en alerta ¿Había otra habitación de ese lado? Se acercó con cuidado a la pared, se concentró en escuchar y, en efecto, había una habitación conjunta. Varias voces hablaban, y los pasos resonaban de un lado a otro, ¿Por dónde entraron? Buscaban algo, quizá para abrir o echar abajo la pared. Debía ponerse en marcha antes que ellos.

- Hyunjin, entra en el armario también, rápido - El no tardó en obedecer. Por suerte, todavía quedaba espacio.

- ¿Que sucede afuera? - preguntó Minjeong.

- ¿Dónde están Jimin y Yeoreum? - preguntó Jungeun preocupada.

- Las preguntas para después, ahora.... Pase lo que pase, oigan lo que oigan, no salgan de aquí y no hagan el más mínimo ruido ¿Entendido? - Todos asintieron - Ningún ruido por lo que más quieran -

Yeonjung cerró las puertas del armario con seguro y escondió la llave en la caja de madera que estaba bajo el mueble, y tomó una daga; más larga que la que usó Jimin, además tenía doble filo y el mango tenía como decoración un diminuto reloj de arena incrustado en el. Luego se escondió detrás del sillón. Estaba preocupada, pues llevaba casi dos años sin entrenar adecuadamente, temía no tener la agilidad suficiente para manejar la situación. Además, tampoco quería herir a nadie, pero si no tomaba cartas en el asunto gente inocente como sus compañeros la pasarían mal. Rogaba por no fallar en ese momento. Consiguieron abrir la pared del lado izquierdo, escuchó con atención los pasos.

Cuatro hombres, calzado firme, posiblemente botas militares; debía evitar a toda costa recibir patadas. Ellos empezaron a buscar y Yeonjung contaba los segundos para poder actuar mientras rogaba para que los chicos no hicieran ruido. Había uno de ellos pegándole a las puertas del armario e intentado abrir, por suerte eran resistentes. Cerró los ojos y puso toda su atención en acertar la ubicación de los hombres dentro de la habitación.

- No hay nadie en este lugar -

- Busquen con cuidado, dijeron que la vieja trajo a las chicas aquí -

- ¿Y si fue una trampa? Aquí no hay nada - el hombre que dijo eso se asomó por encima del espaldar del sillón. Esa fue la señal para atacar. Un corte en la mano sobre la que estaba apoyado, para hacer que perdiera el equilibrio, un golpe en la garganta con todo y otro directo en el oído derecho.

Él cayó al suelo alertando a los otros.

Uno de ellos disparó al instante y Yeonjung volvió a esconderse detrás del sillón por reflejo. La bala le dió al jarrón que estaba en la esquina de la pared. Indicando que el sujeto tenía buena puntería, de no haberse agachado le daba en el pecho. Haciendo un repaso mental de que era el único con arma, lo marcó como el siguiente objetivo. Pero debía moverse rápido. En ese momento deseaba tener la habilidad de Jae para rodar por espacios reducidos. Se las arregló para moverse por el espacio que había entre los sillones y muebles junto a la pared.

Cuando él pateó el sillón, no había nadie ahí. Movió el otro y tampoco había nadie. El sujeto al que atacó primero se desmayó por la falta de aire trás la golpe que le dió en la garganta - Ey, levántate! - le gritaba al inconsciente - ustedes estén atentos! Al parecer hay un fantasma aquí - dijo con ironía, caminando despacio junto a los muebles, quizá como una forma de infundir miedo. Yeonjung veía las suelas pasar de un lado a otro. Se quedó quieta debajo del mueble de madera, esperando a que él lo tirara como hizo con los demás, entonces atacaría.

DESCIFRANDO TUS ACCIONES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora