Capítulo 14

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Capítulo 14



NaSeol sintió que se le cortaba la respiración cuando la ayudante de vestimenta tiró del corsé, zarandeándola de la tarima redonda en la que estaba de pie. Se llevó una mano al aplastado pecho y, con los ojos abiertos como platos, trató de mirar a la trabajadora a través del espejo de la sala para descubrir si tenía intenciones de matarla de asfixia o había sido solo un exceso de fuerza para ceñirle la cintura.

—Estás despampanante —halagó la duquesa en cuanto entró en la habitación.

—Mejor que eso —añadió YoonAh, entrando justo detrás.

La novia se sonrojó levemente y pasó sus manos sobre la áspera tela de la falda. Le daba vergüenza admitirlo, incluso solo pensarlo, pero lo cierto era que sí que estaba guapa. Muy guapa. No había estado así de guapa en su vida.

Tampoco es como si fuera logro suyo. Estaba así porque la peluquera le había rizado, trenzado y peinado el cabello en una corona trenzada, con adornos blancos y algunas florecillas, y la maquilladora había hecho un exhaustivo trabajo con las sombras y el delineado negro, pestañas rizadas, rubor y el realce de brillo en sus pómulos y la punta de la nariz.

—Tampoco es para tanto —musitó con modestia.

Nana, sentada en uno de esos sofás crema, dio un golpe al suelo con el bastón e hizo un ademán con la mano.

—Mentira, mi nieta está preciosísima. —YoonJeong sonrió de acuerdo, sentándose al lado de Nana y agarrándole la mano con confianza y naturalidad. NaSeol se alegraba que las familias de ambos hubieran hecho migas... No entendía como es que YoonGi había dicho que su madre no era tan agradable como su abuela cuando sí que lo era—. A YoonGi se le va a caer la boca al suelo cuando te vea.

La enfermera tragó saliva y se puso un poco más roja.

Una parte de ella deseaba que fuera así, que YoonGi alucinara nada más cruzara las puertas de la iglesia, pero la otra parte, más realista —aunque la consideraría más pesimista— estaba segura de que a él no le importaría ni su vestido, ni su pelo, ni su maquillaje, ni nada.

Trató de no pensar demasiado en eso, porque estaba segura de que se desanimaría.

—Oh, ya lo creo que sí —afirmó YoonAh, dándole un buen mordisco al dulce espolvoreado de azúcar que les habían ofrecido en la entrada del local—. Se va a enamorar de ti una segunda vez. Ya verás.

—Vamos, no exageréis... —susurró. De nuevo la trabajadora tiró del corsé y ella hizo una mueca. Carraspeó la garganta y dijo—: ¿Es... es necesario que apriete tanto?

En serio, apretaba demasiado.

Una nueva voz sonó.

—Sí, si no quieres que se pierda toda la figura. —Todas las presentes giraron para ver a la persona que acababa de cruzar la cortina que separaba la salita del resto del local—. No te ves... mal.

YoonJeong soltó un sonoro gruñido que se pudo escuchar hasta la otra punta del local, donde YoonGi se estaba preparando en compañía de HoSeok y Jin.

—Gracias, InJae.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó YoonAh con la boca llena del último gran pedazo de pastel que se había comido.

—NamJoon quería ver a InJae antes de la boda —explicó. Por su tono y el gesto de cruzarse de brazos, no parecía demasiado contenta con eso.

Unos toques en el marco de la entrada sonaron en ese mismo momento. NamJoon pidió permiso para entrar y apartó la cortina con elegante delicadeza. Sus pequeños y afilados ojos la escanearon, su boca se abrió de la impresión y su sonrisa le dejó más que claro que le gustaba el vestido.

The Closest Friend » YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora