Capítulo 6

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Capítulo 6



El resto del tiempo que estuvieron en la joyería fue una absoluta bomba de relojería a punto de estallar. YoonGi tenía doble pensamiento: sabía que NaSeol tenía razón, que tenían que encargarse de su boda, pero a la misma vez le molestaba que se hubiese metido en su momento entre él e InJae. Quería pasar tiempo con ella.

NaSeol miró la mancha de helado de su vestido de nuevo en la calle. YoonGi le había pedido que esperara fuera mientras daba sus datos para el pago financiado a plazos del anillo incluso si este no era demasiado caro. Al final, habían comprado el verde esmeralda que la había cautivado. La dueña se lo había limpiado y había salido del local con él puesto.

A su abuela le encantaría. Trataba de no pensar demasiado en el hecho de que estaba mintiendo e ilusionando a una pobre anciana una vez le diera la noticia, y prefería convencerse de que lo hacía por ella. Quería que viera a su nieta dar un paso gigantesco como el matrimonio lo era. Seguro que estaría muy feliz por ella. Desde que era bien pequeña, Nana le había dicho reiteradas veces que nada le haría más feliz que ver a su linda NaSeol con un vestido de novia.

Y casarse, formar una familia, encontrar el amor...

A fin de cuentas, Nana no había podido disfrutar de la vida de su hija, la madre de NaSeol, como ella había soñado. No pudo verla hacerse una adulta con una vida anhelada. La había perdido demasiado pronto, de forma demasiado fugaz. Un día estaba y, al otro, ya no. 

NaSeol era su vivo retrato. Tenía los mismos labios, la misma forma redondeada de la punta de la nariz e incluso la manera de expresarse. Nana le había enseñado fotos de cuando su madre tenía su edad y cualquiera podría haberlas confundido por hermanas de no haber sido madre e hija. Su padre y sus genes hicieron poco trabajo cuando ella nació. Al menos, eso sí, heredó en gran medida esa inteligencia.

Escuchó la campanita de la joyería cuando YoonGi abrió la puerta. Se cubrió los ojos del sol mientras le veía acercarse. 

—Discúlpame. —NaSeol no tardó ni medio segundo en decir aquello—. No han sido las maneras lo de antes. No debí hablarle así a InJae.

YoonGi negó con la cabeza.

—Ha sido culpa mía —masculló él.

—YoonGi —le llamó—, este plan tiene lagunas. Por un lado —levantó la mano izquierda— esto consiste en que nuestros mejores amigos nos presten atención, que nos echen de menos. Pero, por otro —ahora levantó la derecha—, debemos vernos unidos. Es... contradictorio, ¿no lo ves? InJae reclama tu atención y tú se la das, pero eso no hace más que levantar sospechas en lo que a nuestra relación se refiere, porque si tú haces caso a InJae y a mí me ignoras, eso nos hará ver distantes. Que falla algo en nosotros. Alimentar una parte del plan hace que la otra muera de inanición.

Era mejor que hablaran las cosas ahora, porque no quería que Nana notara que habían discutido antes de ir a verla. Y porque cualquier cosa podría hacer a su plan hacer aguas.

—Nunca la he visto tan cercana, ¿sabes? No he podido resistirme. —Su mejor amiga nunca había hecho tanto contacto físico con él hasta hoy. Estaba tan alucinado como gustoso—. Pero reconozco que, contigo delante, es un poco raro.

NaSeol asintió la cabeza y aseguró que todo estaba bien, que no pasaba nada. También, entre pequeñas risas tímidas para relajar el ambiente, señaló el surco de helado que, efectivamente, se había quedado en la camiseta negra de YoonGi.

The Closest Friend » YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora