Capítulo 36

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Capítulo 36



YoonGi llegó a la comisaría solo veinte minutos después. Entró a trompicones y sus ojos bailaron de un lado al otro entre los escritorios hasta que encontró a NaSeol sentada frente a un policía y junto a su vecina, MiRan. Se acercó rápidamente, con la respiración agitada. Desde que le habían llamado diciendo que su mujer había tenido una violenta pelea, había estado con los nervios a flor de piel.

NaSeol tenía los mechones de pelo que bordeaban su rostro mojados, pero su rostro parecía limpio de cualquier golpe. MiRan, por otro lado, lucía terrible: estaba también con el cabello empapado, tenía moratones por algunas partes de su rostro y su nariz tenía una férula nasal y varias gasas. Debajo de los ojos tenía dos manchas amoratadas y uno de ellos estaba tapado con un parche.

No le resultó difícil saber quién había ganado la pelea.

—Agente, ya estoy aquí —saludó.

NaSeol ni siquiera le miró.

—¿Es usted el señor Min YoonGi? —Asintió—. Como ya le hemos dicho, su esposa y la señorita Park MiRan han discutido en los baños del club Kaliope. Por suerte, no ha habido desperfectos, así que la única medida que han tomado los dueños es prohibir permanentemente la entrada de ambas al local. Entre ellas tampoco han querido presentar cargos —informó con tono aburrido—. «Ajuste de cuentas», dicen. En fin, que no hay motivos para que la señorita Oh NaSeol esté aquí. Pueden irse.

NaSeol sabía que YoonGi se moría de ganas por hacerle un interrogatorio justo ahí, pero se contuvo. Se levantó pesadamente de la silla, sin mirar a ninguno de los otros tres, y anduvo arrastrando los pies hasta la salida de la comisaria.

Antes de que YoonGi pudiera seguirla, el agente le detuvo.

—Es la segunda vez en menos de tres meses que su mujer acaba en comisaría. A la próxima acabará haciendo trabajo social —advirtió.

—Descuide, no volverá a pasar.

YoonGi salió apresurado de la comisaría, aún desorientado por la situación. Cuando llegó al parking, vio que estaba con SeonKyu, quien la señalaba con gesto amenazador. Su posición era levemente encorvada y apretaba la mandíbula con fuerza.

—¡Eres una psicópata de mierda! —le gritaba. NaSeol seguía con la cabeza agachada, sin abrir la boca y sin intención de responder. YoonGi bajó los primeros escalones en su dirección—. ¡¿Cómo te atreves a tocar a mi novia?! ¡La siguiente vez te las vas a ver conmigo, NaSeol! —Soltó una colérica exclamación—. Maldita seas, zorra.

SeonKyu se alejó de ella. Caminó hacia las escaleras y ahí cruzó miradas con YoonGi. Chasqueó la lengua y emitió una serenata de palabrotas. Chocó sus hombros con fuerza, a propósito, y después desapareció por el interior de la comisaría.

YoonGi se pasó la mano por el cabello, alborotándolo un poco. Terminó de bajar las escaleras y se posicionó frente a NaSeol.

—¿Se puede saber qué mosca te ha picado? —No estaba para nada contento. Su previa preocupación se había transformado en un enfado férreo. Tenía la mandíbula apretada y buscaba los ojos de NaSeol—. ¿Se puede saber qué ha pasado, eh? ¿A qué ha venido la estúpida pelea?

NaSeol permaneció unos segundos en silencio.

—¿Te vas a quedar ahí callada?

Suspiró. Le miró.

The Closest Friend » YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora