Capítulo 19

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Capítulo 19



Quien avisa no es traidor; NaSeol había dicho que se movía mucho en la cama. Lo suficiente como para quedarse encima de la muralla de cojines y tener su brazo extendido por la cara de YoonGi, además de sus piernas extendidas como si fuera una estrella de mar. Sí, era una postura tan incómoda como sonaba, pero estaba tan profundamente dormida que detalles así no importaban. Le había dejado a YoonGi un espacio mínimo en la cama.

Sonó el despertador y YoonGi fue consciente de que NaSeol se le había tirado encima... y de que estaba babeando. Tenía el pelo como un nido de pájaros, los cascos con cancelación de ruido todo descolocado sobre su cabeza y entre los nudos del pelo. La camiseta de su pijama ascendía por cuerpo, dejando su tripa al aire.

Sus ojos se posaron ahí, en el ombligo, en la curvatura de la cadera.

Ascendió y ascendió...

Y sin más, dejó de mirarla y salió de la cama.

Ella se movió una última vez y ocupó el lado de su cama, hecho que le confirmó que no estaba muerta. Aunque los ronquidos que había estado escuchando toda la noche también eran indicador de ello.

En cualquier caso, desayunó solo, tranquilo. Incluso con solo dos taburetes y un ficus del IKEA, el apartamento era mil veces mejor que el zulo donde HoSeok había decidido vivir. Pero no se libraba de la tortura de compartir piso. Ahora tenía que compartir espacio con NaSeol. Espacio, sofá, baldas en la nevera, cubiertos y el dichoso cuarto de baño. Hasta la mismísima cama.

NaSeol apareció media hora después por el salón con el cabello recogido, la cara lavada y ropa decente. Incluso ella misma se había asustado de su reflejo en el espejo; parecía que la había arrollado un coche. Una camión. Un tanque de guerra.

Sin dirigirle ni una sola palabra al médico, se preparó el desayuno con las cápsulas de café robadas. YoonGi estaba concentrado en el sudoku del periódico. ¿Quién seguía leyendo el periódico hoy en día? ¿Quién hacía sudokus cuando estaba científicamente comprobado por el Instituto de Porque NaSeol Lo Diga que las sopas de letra eran como mil veces mejor?

Negó con la cabeza. Punto número 29 de La lista de las 30 cosas: a Min YoonGi le gustan los sudokus.

El silencio fue interrumpido por el timbre. Era el repartidor del (¡sorpresa!) IKEA. Con su sofá. Con su única solución para no tener que compartir cama y asfixiarse entre almohadones.

—Una señora con un perro muy peludo y muy molesto nos ha dicho que el ascensor no puede usarse como montacargas —fue lo siguiente que dijo después del «hola» y señalar el logo de la empresa de su uniforme.

—Pues subidlo por las escaleras —solucionó rápido YoonGi.

NaSeol lo veía todo desde la cocina.

—No entra dentro del servicio de entrega. —La voz del repartidor era anodina. 

—Pero pagué para que me lo instalaran.

—Pero si no hay ascensor, no hay instalación. No podemos subir el sofá por las escaleras. Mi compañero está mal de la ciática y yo solo no puedo cargar con él. —Le puso una tablilla en la cara—. Écheme una firmita por aquí, caballero.

—¿Y qué vais a hacer con mi sofá? ¿Dejarlo ahí tirado en mitad de la calle?

—No, qué va. Lo tiene en el rellano de la planta baja. Ahí es donde ese chucho ha empezado a ladrarnos, pero creo que ha meado la caja. Mi vecino tiene uno de esos feos con la cara chafada, que ladra todos los días a las seis de la mañana. Odio a esos sacos de pulgas.

The Closest Friend » YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora