Capítulo 35

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Capítulo 35



La primera semana en el turno de noche no se le hizo tan horrible como pensaba. Los pasillos estaban tranquilos, los chequeos se hacían con normalidad y los niños estaban dormidos, al igual que los parientes que decidían pasar la noche. Llegaba a casa casi a la misma hora en la que YoonGi se marchaba y no intercambiaban ni una sola palabra. Cuando ella dormía, él no estaba, e igual a la inversa. No sabría decir si el no verse avivaba el fuego o lo apaciguaba. La cosa es que no había tenido que escuchar a SeonKyu y MiRan acostándose, ni tampoco se había cruzado con ellos.

En la segunda semana, le había cogido el tranquillo a lo de ser un vampiro. Su reloj biológico ya se había acostumbrado a funcionar de noche y descansar de día el máximo posible de horas. YoonGi solo entabló conversación para decirle que el martes de esa semana él cubriría el turno de noche de uno de sus compañeros, que se había dado de baja por una lesión jugando al pádel (o algo de eso quiso entender).

Aun así, a NaSeol le sorprendió topárselo en la máquina expendedora de la planta baja. Él compró unas galletas de chocolate y, sin preguntar, pagó también el sándwich que NaSeol iba a comerse. No se dedicaron ni una sola palabra, pero le agradeció con una sonrisa tirante.

Siempre parecía que querían decirse algo, pero al final nadie abría la boca.

En su tercera y última semana, YeoReum y algunos de sus compañeros la invitaron a salir a tomar algo. Eran salas privadas donde podían poner la música que les diera la gana y elegir un montón de bebidas y comida de un menú buffet con precio fijo. Aunque no le apeteciera demasiado, se apuntó al plan.

Se estaba aburriendo como una ostra. Y no podía evitar pensar en YoonGi. Echaba de menos cualquier tipo de relación que habían tenido previa a la luna de miel. Estaban en noviembre y ya no hablaban, ni siquiera para darse los buenos días. La familia de YoonGi había estado liada y no había podido visitarlos, así que tampoco tuvieron que aparentar normalidad. Visitaba ella sola a Nana. NamJoon e InJae... Bueno, parecían estar lidiando con su propio matrimonio.

Estaba observando el móvil, a la espera de algún mensaje que pudiera salvarle la vida, cuando YeoReum se tiró a su lado en el sofá. Iba borracha como una cuba. Le dijo que la quería muchísimo, muchisísimo, y que era la mejor del mundo mundial. Le olía el aliento a cerveza y sus mejillas estaban sonrojadas.

Entonces le arrebató el móvil para el sobresalto de NaSeol.

—¿Con quién hablas? ¿Quién te tiene tan distraída? —Nadie. Literalmente nadie—. ¿Es tu churri? —Levantó una sonrisa siniestra—. ¿Y si le escribimos algo al doctor Min?

—¿Qué dices? Dame el móvil. —Se estiró para quitárselo, pero YeoReum se apartó rápido—. ¡YeoReum!

—Vamos a escribirle, ¿qué más da?

—No. Vas superborracha. Y yo no voy bien.

YeoReum la ignoró. Abrió el chat con YoonGi y soltó una carcajada. Miró con complicidad a NaSeol.

—Opción de mensaje número 1 o número 2.

—¿De qué hablas?

—Elige.

Se mordió el labio.

—¿El... dos?

Los dedos de YeoReum empezaron a bailar fugaces por las teclas. NaSeol hizo el amago de leer algo, pero su amiga lo evitó a toda costa. Su lengua se relamía por sus labios y sola expulsaba risitas agudas e infantiles. Cuando pensó que ese mensaje era interminable, YeoReum le devolvió el móvil. Los ojos casi se le salieron de sus órbitas.

The Closest Friend » YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora