Capítulo 4.2

134 28 1
                                    

—¡Joder, Kyungsoo! ¡Te dije que su cara me sonaba de algo! —gritó Suho, indignado, mostrándole la primera página del periódico de la mañana.

—Si esperas a que me tome el café, podré insultar contigo a quien desees, pero hasta que eso no ocurra, ya sabes bien que no soy persona, Suho.

—¡Muy bien! Pero ¿por qué no le echas un vistazo a esta foto mientras te bebes ese espeso brebaje al que llamas café y me dices si este tipo no te recuerda a alguien?

—Es el idiota que nos visitó hace meses  comentó Kyungsoo despreocupadamente, sin molestarse en leer la noticia—. ¿Qué le ha pasado? ¿Le ha tocado la lotería? —bromeó mientras se preguntaba qué era lo que tenía a Suho tan alterado.

—¡Espera, te lo leeré! «El famoso empresario Lee JongIn, dueño de la famosa cadena de tiendas de regalos Eros, abrirá una de sus sucursales en la calle comercial, en el local número quince.

El próximo catorce de febrero, todos los enamorados están invitados a celebrar el quinto aniversario del nacimiento de este hermoso negocio dedicado al amor...». Y bla-bla-bla. Sigue con una cuantas chorradas más. Pie de foto: «Fotografía del dueño de la cadena de tiendas Eros».

—¡No me jodas! —exclamó Kyungsoo, tirando su café por todos lados y arrebatándole el periódico a Suho con incredulidad—. ¡Ese hijo de...! — despotricó, sintiéndose engañado.

—Vino a espiarnos, a ver lo que hacíamos en Love Dead y, por lo visto, no le gustó, ya que desde su visita de.aquel día no paran de llegarnos demandas —dedujo Suho, señalándole una y otra vez el periódico—.

¡Y parece que aún no ha acabado con nosotros,  que va a abrir una de sus tiendas en nuestra misma calle!

—Suho, ¿cuál es exactamente el local número quince? —preguntó Kyungsoo,
temeroso de saber la respuesta.

—No lo recuerdo, pero ahora mismo voy a averiguarlo. Minutos después, volvía casi sin aliento a Love Dead, confirmando sus
peores temores.

—¡Es... el... jodido local... de enfrente! —dijo entrecortadamente, despertando la cólera de Kyungsoo.

—¡La guerra ha comenzado! — declaró él, mientras salía de su tienda furioso, al oír el estruendoso sonido de un caro descapotable. Kim JongIn sonreía complacido al ver cómo los hombres daban los últimos retoques a su nueva tienda: el hermoso y caro parquet otorgaba calidez al espacio, invitando a la clientela a adentrarse en su acogedor interior.

Las paredes, de un blanco impoluto, contribuían a mostrar la pureza de su negocio y los cuadros de famosos enamorados de la historia repartidos por todo el local recordaban que nada era imposible para ese loco de Cupido.

Una de las secciones del establecimiento mostraba a los clientes la gran variedad de flores con las que se podía demostrar los sentimientos y cada una de ellas llevaba una etiqueta con su significado. En otra de las zonas de la tienda había varias vitrinas en forma de corazón, donde se exponían múltiples peluches: ositos con caras sonrientes, corazones con cariñosos mensajes, flores que bailaban al son de la
música…

Sobre el mostrador, rojo y negro, había folletos explicando los diferentes servicios y una pantalla de televisión que quedaba detrás de él, pasaba una y otra vez los distintos anuncios de Eros, detallando todo lo que estas tiendas ofrecían a sus clientes.

Distraído indicándoles a sus hombres dónde debían colocar una de las estanterías, JongIn no se percató del
escándalo de fuera, hasta que oyó gritar a su espalda:

—¿Tú eres Lee JongIn? ¡Bastardo mentiroso! ¡Jodido hijo de...!

—Era Do Kyungsoo, al que algunos empleados de JongIn intentaban impedir la
entrada, pero Kyungsoo consiguió llegar junto a él.

El amor nos separará (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora